Saltando arriba y abajo,

mi cabeza es un animal.

Y cierto tiempo atrás, había un animal

que tenía un hijo que segaba el césped.

El hijo era un buen tipo.

Tenían una libélula como mascota.

La libélula huyó

pero volvió con una historia que contar.

Sus patas sucias y peludo abrigo.
Huyó cuesta abajo por el bosque.

El bosque de árboles parlantes

que solían cantar sobre pájaros y abejas.

Las abejas les habían declarado la guerra.

El cielo no era lo suficientemente grande para todos.

Los pájaros, consiguieron ayuda de los de abajo,

de las patas sucias y de las criaturas de la nieve.

Y por un tiempo las cosas estaban frías.

Estában asustados en sus agujeros.

El bosque que cierto tiempo atrás había sido verde,

había sido pintado de negro por esas maquinas de matar.

Pero ella huyó y sus amigos peludos

derribaron a la abeja reina y sus hombres.

Y así es como va la historia.

La historia de las bestias con esas cuatro patas sucias.