Prólogo

noviembre 25, 2016


Oh… Me has sorprendido. Me pregunto cuánto tiempo has estado mirándome desde ahí. Perdona por darme cuenta tan tarde. Creo que me he despistado un momento. De todas formas, hoy hace buen tiempo. Lluvia, humedad  y olor ha mojado…  Sin duda es un día para pasar cómodamente. Y… Hoy se muda una nueva inquilina, ¿verdad? Lo he oído del agente inmobiliario.
Sean las circunstancias que sean por las que has tenido que venirte aquí, no sé, pero si es aquí, aunque seas una persona sin garante, alguien que ha huido de casa, alguien buscado por la ley o un loco, creo que estarás bien.
Ignorando el hecho que el edificio es bastante viejo, el alquiler es barato. La habitación es lo suficientemente grande para vivir solo, así que no habrán quejas, además,  tiene baño y una cocina de gas. Y encima, está amueblada.
Primero, deja que te enseñe por dentro. Puedes buscar sin problemas cualquier habitación vacía hasta la quinta planta. La sexta planta y la séptima son las plantas privadas del dueño y, por eso, tenemos prohibida la entrada. ¿Que por qué todas  las habitaciones están vacías? Eh, ¿no te  lo ha dicho el agente? Ese agente inmobiliario no hace un buen trabajo… Vaya, perdona, el movimiento de las cuatro extremidades… No, ocho extremidades desaparece al hacerse viejo, ¿sabes? Todas se escurren del hilo a la vez. Perdona, mi cuerpo, encima de ese hilo… Ah, eso me es de mucha ayuda. Aquí vamos… Gracias. Eres una persona amable a la que no le perturban las cosas. La cosa es que mucha gente no quiere tocarme ni a mí ni a mis compañeros.
¿Qué dices? Ah, que si hay otros inquilinos. Veamos, bueno, pues, hablemos mientras te lo enseño todo. ¿Tienes tiempo? Hay otros que quieren dar una vuelta… No digas eso, por favor. Para mí eres la primera visita desde hace mucho tiempo. Piensa en ello como hacer un servicio social y acompaña a esta vieja tonta senil mientras recuerda el pasado un poco, ¿te parece?
Eh, ¿qué? ¿Una araña que habla humano es tan raro? Bueno, sí, como puedes ver, soy una araña, aunque siempre cuelgo de un solo hilo como este del techo. Sin embargo, mira, esta es sólo tu opinión egoísta, para mí eres tú quien está al revés y parece balancearse. Es posible que sea yo quien cuelga del techo, pero también podrías ser tú. A ojos del resto podrías parecer una araña. ¿Lo habías pensado alguna vez? ¿Puedes afirmar que lo que ahora ves es la “realidad”?
¿Por qué…? Era sólo una broma. No pienses tanto en ello.
Bueno, deja que te lo enseñe todo sin demora. Aquí está el ascensor, al otro lado están las escaleras. Por ahí he esparcido muchas telas de araña, así que ten cuidado. Como sea, no puedo hacer nada más que vomitar hilo. ¿Ves? Ni siquiera lo he acabado de decir y ya estás atrapado.
Sí, sí, te agradecería que escuchases mi historia mientras caminamos. Por supuesto es algo de hace mucho tiempo. Una historia de antes de que este edificio fuese abandonado, no como ahora, cuando los inquilinos todavía estaban aquí...
Ay, antes de eso, todavía no te he dado la bienvenida.
Pues, antes que nada:
Bienvenido al Hotel Williams Hijo de Pájaro.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images