Capítulo 25: ¿Quién es la marioneta?

enero 13, 2017

Tres días más tarde, la xiaojie de Erfang, Li Chang Ru, no pudo esperarse más y, de inmediato, se puso su nuevo atuendo. El vestido estaba hecho de seda Jinquiao. El vestido de un verde amarillento era radiante y cegador. Chang Ru parecía todavía más elegante que otros días y, cuando apareció en He Xiang Yuan, atrajo la atención de todo el mundo. Justo entonces, Li Zhang Le, apareció sujetando a su gata de la suerte. En cuanto se percató de lo radiante y elegante que le quedaba el vestido a Li Chang Ru, su expresión se agravió instantáneamente.
Li Wei Yang había llegado mucho antes que Chang Ru y Zhang Le. Presenció la escena desde lejos y sonrió. La posesión más preciada de esa hermana mayor suya era su belleza, y se creía la más bella del mundo. Por tanto, Zhang Le también creía que lo mejor debía ser suyo. Por eso, cuando vio el hermoso vestido de Li Chang Ru – hecho con la seda que debería haber sido suya – su rostro se puso verde de la envidia. No parecía en absoluto la cara de la famosa persona misericordiosa y amable que decían que era.
Li Wei Yang anduvo por el pasillo. El pasatiempo de Lao Furen era tener pájaros como mascota. Su favorito era el loro rojo de la entrada. Una vez, entraron a robar en la finca de los Li, y fue gracias a ese loro parlanchín que Lao Furen pudo salvar su propia vida, por eso ese pájaro era tan importante para ella. El loro vivía dentro de una jaula de madera. Cuando vio a Wei Yang acercándose, ladeó la cabeza y montó un alboroto. Li Wei Yang sonrió a la criada, Lu Zhi, que estaba a cargo del pájaro. Sostuvo un bol de comida y un bol de agua, lo dejó en la jaula y comentó:
-¡Er xiaojie, está tan guapa!
Lu Zhi miró a Er xiaojie desde lejos y asintió.
-Sí, el vestido de Er xiaojie es muy bonito.
El loro aleteó.
-¡Muy bonito! ¡Er xiaojie! ¡Muy bonito!
Li Wei Yang sonrió, apartó las cortinas y entró.
Li Zhang Le y Li Chang Ru – la una siguiendo a la otra – también entraron. La criada estaba a punto de apartar las cortinas para ambas, pero de repente, Li Zhang Le escuchó una voz a sus espaldas.
-¡Er xiaojie está muy guapa! ¡Er xiaojie está muy guapa!-La voz era aguda e infantil. Con el silencio que había, la voz era todavía más clara. La voz del loro era como un cuchillo cortando la calma que Li Zhang Le estaba luchando por mantener.
Era una simple mascota. No entendía las cosas mientras las repetía muchas veces. El gato de la suerte que Li Zhang Le llevaba en brazos, bramó de repente y se lanzó a por el loro que aleteó. Lu Zhi chilló y corrió a la jaula de madera para protegerla entre sus brazos. El gato saltó a las piernas de Lu Zhi, le gruñó y bufó amenazadoramente, sin intención de marcharse.
El loro continuó hablando:
-¡Er xiaojie está muy guapa!
Lu Zhi se apresuró a proteger el loro.
-¡Si sigues siendo tan escandaloso, el gato te arrancará la lengua!
El loro era bastante listo. Al escuchar la amenaza de Lu Zhi, se asustó y no se atrevió a hablar más, en lugar de eso, empezó a temblar entre los brazos de Lu Zhi.
Li Zhang Le contuvo su enfado y cogió a su gata.
-Gatita buena, deja de hacer el tonto.-Al decirlo, su rostro se iluminó con una sonrisa y continuó andando como si no hubiese pasado nada.
Aunque cuando se saludaron el rostro de Lao Furen estaba igual que siempre, Li Wei Yang era consciente de que ya sabía lo ocurrido entre las mascotas. Li Wei Yang, después de hacerle una visita a Lao furen y volver a sus aposentos, miró a Zi Yang.
-¿Ha pasado algo?
Zi Yan bajó la vista y contestó:
-Nadie ha salido del patio menos Hua Mei que ha ido a por té.-Entonces, como si se hubiese dado cuenta de algo, añadió.-Hua Mei ha tardado una hora y media en volver.
Li Wei Yang soltó una risita.
-Llámala.
Zi Yan titubeó.
-Xiaojie, si necesitas algo puedo hacerlo yo.
-No, tú no. Hoy quiero hacer un poco de teatro. ¿Cómo no voy a hacerlo entretenido?-Li Wei Yang sonrió.-Ves a llamarla.
Zi Yan obedeció y salió a por Hua Mei.  Mientras tanto, Li Wei Yang disfrutó de su té a la espera. Poco después, Zi Yan volvió seguida de Hua Mei. Wei Yang ni siquiera se molestó en levantar los párpados.
Zi Yan siempre había estado vigilando a Hua Mei, por lo que raramente había tenido la oportunidad de entrar en el dormitorio de Wei yang. Pero aquel día, cuando la xiaojie la había llamado se sintió inquieta. Aunque era una humilde criada, nunca había temido a Wei Yang, más que nada, porque como refuerzo tenía a Da furen. Aunque no le gustase a San xiaojie, ella no podía hacerle nada. Pero tras el último incidente, Hua Mei había empezado a pensar que San xiaojie era… algo impredecible. Era difícil saber qué haría.
Li Wei Yang alzó la cabeza.
-Hua Mei, desde hoy, me ayudarás ocupándote del armario y de los accesorios.
Era una tarea importante por lo que Zi Yan se sorprendió. Sus labios se crisparon y miró a Bai Zhi, que en realidad estaba tranquila y serena. Zi Yan se tragó las palabras al ver la expresión de Bai Zhi y no dijo nada. Sobresaltada, Hua Mei miró a Wei Yang.
Li Wei Yang prosiguió:
-Bai Zhi, entrégale los cofres importantes a Hua Mei. Deja que ella se encargue de ellos.
-Sí.-Bai Zhi se dio la vuelta y se marchó de inmediato.
Hua Mei irradió felicidad. Seguramente, San xiaojie le tenía miedo a Da furen y por eso había decidido confiarle una tarea tan importante. Sólo era la hija de una concubina, tenía que vivir de acuerdo al humor de la matrona.
Bai Zhi sacó tres cofres y le dijo a Hua Mei.
-Tú cuidarás de estos tres. No seas descuidada.
Hua Mei rio alegremente y le cogió las llaves a Bai Zhi.
-¡Obvio! ¡Xiaojie no tiene de qué preocuparse!
Bien temprano a la mañana siguiente, Hua Mei no tuvo tiempo de revisar a fondo los cofres antes de que la detuvieran los súbditos de Lao Furen a los que habían enviado para entallar nuevas ropas para San xiaojie. Hua Mei trajo los cofres y los abrió, entonces, de inmediato escuchó decir a Bai Zhi con un tono enfadado:
-¡Hua Mei! ¡¿Qué significa esto?!
Hua Mei se puso rígida y bajó la vista. Las brocas de seda estaban todas enredadas, hechas un montón, llenas de arañazos de gato y lo peor de todo, todas destrozadas.
Hua Mei empalideció y se arrodilló repentinamente.
-San xiaojie… Nubi… ¡Nubi no sabe por qué ha pasado esto!
Li Wei Yang frunció el ceño y se levantó.
-¡Atadla!
Hua Mei quiso agarrarse al vestido de Wei Yang de repente, pero Bai Zhi la empujó.
-¡¿No habéis oído las palabras de xiaojie?!
Hua Mei empujó a Bai Zhi con malicia, y se lanzó hacia Li Wei Yang.
-¡San xiaojie, no puedes castigarme!
Li Wei Yang no miró atrás.
-Entonces, esperaremos a que vaya a ver a Lao furen y a madre.
Li Wei Yang no se detuvo de camino a He Xiang Yuan, sino que caminó directamente hacia el patio con lágrimas cayéndole de los ojos.
-Lao furen, un gato ha destrozado todas las sedas de Wei Yang…
Lao furen estaba sentada sorbiendo su té cuando escuchó la voz de Wei Yang, y frunció el ceño. Iba a decir algo cuando, justo entonces, Lu Zhi se tropezó entrando por el pasillo.
-¡Lao furen, ha ocurrido algo horrible! El pájaro…
Lao furen se puso en pie y su taza de té cayó y se hizo añicos. 

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