The willow Maid

agosto 04, 2017


Un joven anduvo por el bosque
con su arco de caza y su temblor.
Escuchó a una joven cantar
y siguió el sonido.
Allí halló a la doncella
que vive en el sauce.

La llamó mientras ella le escuchaba
desde un círculo de setas rojas venenosas.
"Ven conmigo, mi doncella.
Sal de tu lecho de sauce."
Ella le miró con serenidad
y sólo sacudió la cabeza.

"Mírame, un rayo de luz en la danza de la luna.
Mírame, no puedo abandonar este lugar.
Escúchame, un hilo de una canción en el bosque.
No me pidas que te siga donde vayas".

El joven anduvo por el bosque
con una flor y una capa verde.
Su amor tenía un cabello como el fuego,
pura belleza,
muy joven y muy serena.

Él se puso debajo del sauce
y le dio una flor amarilla.
"Moza, has capturado mi corazón.
Oh, tengo que ser tu marido".
Ella dijo que jamás se casaría con él.
Ni cerca, ni lejos, ni pronto.

"Mírame, un rayo de luz en la danza de la luna.
Mírame, no puedo abandonar este lugar.
Escúchame, un hilo de una canción en el bosque.
No me pidas que te siga donde vayas".

Un joven anduvo por el bosque
con un hacha tan afilada como un cuchillo.
"Me llevaré al hada de ojos verdes
y será mi esposa.
Criaré a mis hijos con ella
y viviré con ella".

La doncella lloró al escucharle,
cuando le escuchó decir que la liberaría.
Él tomó su hacha y la usó
para derribar el antiguo árbol.
"Ahora ha caído tu sauce,
ahora me perteneces".

"Mírame, un rayo de luz en la danza de la luna.
Mírame, no puedo abandonar este lugar.
Escúchame, un hilo de una canción en el bosque.
No me pidas que te siga donde vayas".

Ella le siguió a la salida del bosque y se cayó sobre la tierra.
Sus pies se había alejado de la tierra verde
donde nació.
Ella se convirtió en una flor que florecería cada víspera.
Él no pudo sacar del bosque lo que nunca estuvo destinado a salir.

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