Capítulo 22: Preparándose para el viaje

agosto 07, 2016

Cuando Latina estaba a punto de cumplir diez años, se decidió que se iría de viaje.
-Sinceramente, he estado debatiéndome por si debería esperar a que Latina acabe las clases, pero… También he pensado que lo mejor sería ir mientras Rita pueda moverse, así que será antes de lo esperado. –Dijo Dale.- ¿Y tú? El viaje será un poco largo, pero, ¿quieres venirte conmigo? ¿O prefieres quedarte en casa?
-¿Latina también puede ir?
Dale sonrió como si fuera un niño preparando una broma pesada, mirando sorprendido a Latina.
-Sí, porque esta vez no es por trabajo. Hablando de ello, es peligroso… Si no quieres, pues… Quédate en casa, Latina.
-Latina quiere ir. Quiero estar con Dale.-Respondió la niña inmediatamente con una cara llena de sonrisas. Saltando y pegándose a Dale.-Escucharé a lo que Dale diga y me aseguraré de no meterme en líos. –Dijo Latina confiada.
Dale tenía que volver a la capital otra vez, mientras tanto, Latina hizo su maleta. Normalmente, Dale viajaba a pie, pero esta vez había conseguido un caballo para llevar el equipaje y a Latina en el caso que se cansara. No obstante, eso no significa que fuera bueno llevar muchas maletas.
La niña corrió escaleras abajo.
-Kenneth, ¿puedo llevarme el cuchillo?
-¿Eh? ¿El cuchillo?
-Sí.
Al ver la cara del hombretón, Latina empezó a hablar. Normalmente el que se acercaba a hablar con ella era Kenneth. La pequeña quería mucho a Dale, por eso, parecía que también había estado siendo considerada a su propia manera. Al parecer, por eso, Latina sentía que era fácil hablar con Kenneth, que era el jefe en el que ella confiaba.
-Pero creo que Dale solo se va a comprar unas cuantas cosas a la capital…
-A Latina un cuchillo fácil de usar ya le vale.
-Fácil de usar… ¿Y si compras uno? Si se lo dejas a los trabajadores creo que te podrían ajustar la empuñadura. Y así cada vez que te vayas podrías usar ese.
-¿Puedo usar dinero?
-Es tu paga. Puedes usarlo para lo que tú quieras.
Después de que Kenneth contestase, miró la posada para hacerse una idea de cómo iría la tarde. Parecía que no pasaba nada por irse un rato.
-Rita, me voy con Latina al Este un rato.
-¿Oh, sí? Tened cuidado.
-Lo mismo digo, Rita.
-No es una enfermedad, no te preocupes demasiado.
Tras esa pequeña conversación, Kenneth se fue del Ocelote Bailarín con Latina.
Mientras caminaban por el distrito de los obreros del Este, Latina soltó un: “ah, es verdad”, y miró a Kenneth.
-Kenneth, mmm… Sabes… Me he enterado que el padre de Rudi es un herrero.
-¿Ese pelirrojo? Es la tercera casa, eh… Bueno, supongo que será bastante bueno. ¿Vamos a ver?
-Latina no ha ido nunca a una herrería. Me pregunto si venden cuchillos.
-Supongo que los productos cambian según la tienda.
De vez en cuando, mientras perseguía a Kenneth, Latina saludaba a los niños que pasaban. En comparación con el Distrito del Sur, Latina tenía más amigos en el distrito Este.
-Aquí es.
La entrada por la que pasaba Kenneth tenía la gracia y el aspecto de pertenecer a una tienda de hacía mucho tiempo. Para decirlo claro, era vieja.
Justo en la entrada un desastre al que llamaban expositor tenía todo tipo de espadas en línea. Lo que más atraía la vista era como los bienes eran de distintas calidades.
-Guaaaaau… ¡Cuántas espadas!
-Después de todo, la tienda de los Schmidt es una herrería especializada en espadas.
Latina miraba a todos lados con curiosidad y Kenneth había empezado a examinar las armas por culpa de su hábito de hacía tantos años.  El arma que le encantaba usar era el hacha pero eso no quería decir que no supiera usar una espada.
-Este no es un sitio para niños.
El hombre que parecía estar en la flor de la vida que salía de la trastienda poco a poco, tenía un pelo rojo espléndido. Latina miró al hombre con ojos curiosos.
El dependiente no parecía muy adecuado para la atención al cliente, simplemente les dijo eso e intentó volver a la trastienda.
Latina jadeo como si se hubiese percatado de algo y se acercó a él.
-Hola, em… Latina… es amiga de Rudi.
El dependiente se paró al oír la vocecita, sorprendido al mirar a la niña.
-¿Rudolfs?
-Sí, encantada.-La niña hizo una reverencia con cortesía y le sonrió con dulzura.
-¿Has venido a jugar con Rudolf?
-No, eh… Latina quiere un cuchillo que pueda usar.
-No tenemos espadas para que los niños jueguen.
Latina miró al dependiente que fruncía el ceño y entonces, se giró hacia Kenneth con preocupación. Kenneth le acarició la cabeza con suavidad.
-La niña se va a ir de viaje. Quiere un cuchillo para poder hacer varias cosas. Aunque parece ser que lo quiere para cocinar, más que nada.
-¿Es tu hija?
-No, soy un sustituto.
El dependiente se quedó pensativo unos instantes y entonces señaló a la trastienda.
-No las saco para el público pero, hay unos cuantos dentro. Podéis entrar y mirar.
Siguieron al dependiente y entraron en la trastienda, era, una vez un más, un lugar donde daba la sensación que el tiempo se acumulaba. [1]
La curiosidad invadía a Latina, cada esquina era interesante. Estaba inquieta, mirando más que nunca.
-Ven, Latina. Es peligroso así que mantén la vista al frente.
La niña se asustó y se acercó a Kenneth después de que la llamase. En una de las esquinas de la trastienda, habían espadas y dagas apiladas; muchas más que en la entrada.
-Kenneth… ¿Cuál cojo?
-Véamos…
Latina que usaba la punta de los dedos para tocar las empuñadoras, inclinó la cabeza y le pidió ayuda al grandullón. Después de apartar varias de una medida adecuada, Kenneth empezó a inspeccionar las espadas con cautela. Poco después, puso dos cuchillos delante de la niña.
-Lo que te queda es comprobar el agarre.
-Sí.
Latina estaba cogiéndolas y soltándolas seriamente cuando se escuchó un sonido animado de detrás de la trastienda. Allí, tres personas, dos chicos y una chica, negociaban como si estuvieran discutiendo de esta forma:
-¡Rudi, déjate de tonterías y ayuda!
-¿Por qué yo? Hoy el que trabaja es aniki[2], ¿no?
-¡Tu hermano tiene otra cosa que hacer!
-No tengo todo el tiempo libre como tú.
-Y aun así no puedes replicarle al viejo.
Parecían un gallinero. De un vistazo podías adivinar que eran familia pues todos tenían ese brillante pelo rojo.
-Rudolf, ha venido tu amiga.
-Rudi.
La aguda voz de Latina, inesperadamente, resonó por la trastienda. Los tres de repente pararon de hablar y miraron hacia allí simultáneamente. Latina saludó con la mano temblorosa. Ante la visión de Latina, Rudi parecía claramente patidifuso y ambos, su hermano y su hermana, la miraban sorprendidos.
“Bueno…. No hay chicas tan guapas como Latina en esta parte de la ciudad…”, pensaba Kenneth mientras observaba la situación.  Hasta Kenneth que estaba habituado, a veces se sorprendía de la belleza de la jovencita.
Latina era ligeramente más pequeña al lado de los otros niños de su edad pero, en esos dos últimos años había crecido mucho. Aquel día llevaba su cabello plateado medio suelto y le caía sobre el hombro. Sus mejillas suaves y rechonchas junto con sus labios rosados y las largas pestañas que decoraban los ojos grises enfatizaban lo adorable que era.
Ya no existía el pequeño saco de huesos que era cuando llegó a Kroix siendo una bebé.
-¿P-Por qué estás aquí…?
Latina inclinó la cabeza al ver que Rudi se apresuraba a ir hasta ella en pánico.
-He venido a comprar porque Latina quiere un cuchillo.
-Es imposible que las cosas duras, como las nuestras, vayan con Latina, ¿no?
Latina infló las mejillas a regañadientes por las palabras de Rudi.
-No pasa nada. Es más grande que el que usa Latina para cocinar pero es necesario así que Latina lo va a usar.
-¿Qué quieres decir con que “es necesario”?
-Latina se va de viaje.
Todo el mundo vio la cara de sorpresa de Rudi.


[1]Básicamente, quiere decir que todo el lugar era antiguo, viejo.
[2] Al igual que “onii-chan”, significa o sirve para referirse a “hermano mayor” aunque es más educado y tosco. 



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3 comentarios

  1. Gracias por el capitulo :D , saludos desde Venezuela :3

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  2. Jajajaj acabo de ver el Comunicado por es.ninemanga.com y me parece muy buena la idea :D saludos :)

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  3. Muchas gracias por la traducción la verdad se agradece y la verdad me parece muy buenas sus traducciones y además amor está novela, me gustaría que me participar en el comunicado que dejaste en tumangaonline mi correo es Víctor.adel.manrique@hotmail.com si es posible, de antemano muchas gracias y excelente trabajo

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