Capítulo 4:

septiembre 22, 2016

 -Te daré lo que quieras.-Dijo, y entonces, me ofreció la mano. Le ofreció la mano a alguien como yo que lo había perdido todo.
Ese “yo”, seguramente, le miró con los ojos tan fríos como el hielo y le dio mi mano como una muñeca automática. Todavía recuerdo como su calidez hizo que se me humedecieran mis ojos, esos ojos que creí secos. “Vive por él”, esta frase pareció convertirse en mi meta. Mantuvo su promesa y me dio todo lo que quise, todo excepto ese último deseo que no pude decir. Su deseo, su anhelo, yo lo haré realidad…

Después de asegurarse de que Shuurei dormía profundamente, Ryuuki se sentó abruptamente. Tanteando con las manos en busca del cojín, sacó “cierto objeto” de debajo del colchón cuando tocó un bulto.
-Es una bolsita…
Ryuuki sostuvo la bolsita en sus brazos y se bajó de la cama, anduvo por la habitación como era normal y buscó en ella. Aunque no había luz, en sus pasos no había ni pizca de duda. Buscando debajo del colchón con las manos encontró, esta vez, un hombre de papel enganchado. Sacudió el hombre de papel y también lo sostuvo entre sus brazos. A parte de eso, encontró otros tres hombres de papel aquella noche, entonces, comprobó el escritorio y sacó los cuchillos, abrió, después, el armario y probó todos los maquillajes que allí halló. Entonces, examinó bajo la luz de la luna con cuidado la taza de té que Shouka le había dado.
Ryuuki miró de soslayo y, lentamente, examinó todas las tazas. Mientras examinaba, miraba a Shuurei durmiendo profundamente en la cama. La expresión de Ryuuki se suavizó al ver a la serena Shuurei, pero, rápidamente, se dio la vuelta y miró los numerosos “botines de batalla” que había confiscado aquella noche.
-Ya casi es hora.
“Últimamente pierdo muchas cosas”, pensó Shuurei.
Al formar parte de una familia tan honorable, Shuurei no debería preocuparse por esas cosas, sin embargo, había desarrollado el hábito de tomar nota de las cosas a su alrededor. Aguantando todos los recursos y usándolos hasta la saciedad era el primer paso para ser frugal. Por lo tanto, los perspicaces ojos de Shuurei descubrieron en poco tiempo que le desaparecían muchas cosas. Además, volvían a reaparecer de una forma única. No, más que eso…
-¿Esto es para mí?
El General Ran le dio una bolsita sonriendo, diciendo que eso era de lo más popular entre las jovencitas.
-Creo que esta bolsita guardará la pureza de la señora Shuurei mientras duerme.-Dijo mientras parpadeaba y entonces, le envió un beso.
Que un hombre apuesto hiciera eso era encantador. Y Kouyuu le reabasteció también dándole tinta, un cepillo, y demás.
-Esfuérzate. Tienes mucho potencial. No te tomes esto como una caja de herramientas.-Kouyuu uso, inconscientemente, los elogios más altos como lo es “tener mucho potencial”. Este hecho hizo a Shuurei, que siempre había admirado en secreto el conocimiento de Kouyuu, muy feliz.
Pero entonces, se percató, que hacía poco que todo lo que le había dado, había desaparecido hacía poco. 

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