Capítulo 7: Volviendo a la finca Li

octubre 21, 2016


Había pasado medio mes desde que vivía en la finca Li de Ping Cheng. A Wei Yang le asignaron dos criadas y dos niñeras para su viaje a la Capital. La finca del Primer Ministro envió un carruaje de caballos. En las cortinas había gemas de diferentes colores bordadas en la seda que era de un majestuoso color carmesí que se complementaba con la exquisita decoración de la flor peonía. La decoración interior del carruaje era lujoso y sofisticado en comparación con el exterior frugal y simple.
Li Wei Yang le echó un vistazo y no lo volvió a mirar. Sabía que el carruaje era, simplemente, una herramienta de Da Furen usaba para intimidarla.
Esto sólo era el comienzo.
Dentro del carruaje, Bai Zhi preparó con cuidado una taza caliente de té en una pequeña mesita hecha de palisandro. Vislumbró a Li Wei Yang que tenía los ojos cerrados y descansaba. Estaba ansiosa y se preguntaba si debía charlar con Wei Yang. Sentía que San xiaojie no tenía la típica aura de una persona solitaria viajando. Miró a Zi Yan que estaba sentada en el lado contrario. Notando la misma expresión extrañada en Zi Yan, se puso todavía más nerviosa. Ambas eran criadas que los Li habían enviado para cuidar de San xiaojie, sin embargo, no comprendían la personalidad de San xiaojie así que eran incapaces de abrir la boca.
Li Wei Yang cerró los ojos suavemente mientras sus recuerdos viajaron atrás en el tiempo, a cuando volvió a la finca del Primer Ministro. Había entrado en la finca del Primer Ministro con cuidado mientras Da Furen la estudiaba de arriba abajo.
Una sonrisa reluciente y benevolente apareció en su cara al decir:
-¡Oh! ¡Esta niña tiene buena suerte! Id a ayudarla a cambiarse esas prendas.
En aquel entonces, ella siempre había sido tímida y asustadiza, inquieta y nerviosa, pero cuando escuchó esas palabras, se llenó de gratitud. Una pobre hija de una concubina como ella que había nacido en Febrero… Si no fuera por la benevolencia de Da Furen, ¿por qué su padre iba a acordarse de su existencia de repente? Desafortunadamente, en aquel entonces, ignoraba el desdén y la insensibilidad que se escondían en la profundidad de los ojos de Da Furen.
Cuando llegó a la finca del Primer Ministro entonces, Li Wei Yang era analfabeta. No sabía leer ni una sola palabra. Había sido la imagen de la típica pueblerina. Cuando las noticias de que, a pesar de haber nacido en la finca del Primer Ministro no podía ni leer ni escribir, la gente la ridiculizó y se rio de ella. Recordó el pasado cuando Tuo Ba Zhen era un príncipe sin reputación, carente de poder y de la habilidad de ser el próximo emperador. Por esas razones, ¿por qué iban padre y Da Furen casar a su hermosa hermana que era como un hada, Li Zhang Le, con un Tuo Ba Zhen con las manos vacías? No obstante, Tuo Ba Zhen, aún tenía a su respetable y noble madre adoptiva, Wu Xian Fei, la razón por la que era difícil negarse a la proposición. Sin embargo, ninguno de ellos se habría podido imaginar que más tarde Tuo Ba Zhen sería coronado Emperador. Además, de que la pueblerina de hacía unos años, que ni siquiera podía escribir su nombre, iba a convertirse en la Emperatriz.
En aquel momento, tras encontrarse con Da Furen, había seguido a una criada. Cuando pasaron por la sala de estudios, había un sonido de alguien recitando un poema. Li Wei Yang había escuchado resonar esa voz.
-El melocotonero es joven y elegante; brillantes son sus flores. Esta joven moza se marcha a su futura casa, y ordenará bien su aposento y su hogar.
En aquel instante, aunque Li Wei Yang era analfabeta, sintió que las palabras y el tono de esa persona eran dulces. Iba a seguir escuchando cuando un grito la asustó.
-¡Ah! ¿Qué haces aquí?
Sorprendida, Li Wei Yang alzó la mirada y vio a una bella jovencita mirándola con los ojos abiertos. El xiansheng[1]que recitaba poemas también se dio la vuelta para mirar. Li Wei Yang escuchó la pregunta del xiansheng:
-¿Es una criada?
Con esa simple pregunta, Li Wei Yang se volvió rojo remolacha y se quedó sin palabras. La bella jovencita la miró. Obviamente, ella ya había adivinado la verdadera identidad de Wei Yang pero, aun así, se cubrió la boca y soltó una risilla.
-¡Criada! ¿Por qué íbamos a tener a una criada tan sucia en nuestra finca?-Sus palabras estaban llenas de mofas.
Li Wei Yang bajó la cabeza y se miró a sí misma. En comparación con las señoritas de alta cuna, era lo opuesto a ese mundo. Apretó los puños insatisfecha.
La bella joven era despiadada:
-¿Qué haces todavía aquí de pie? ¿No ves que estás estorbando en la clase de xiansheng? ¡Vete!
-San xiaojie, deberíamos irnos.-Susurró la criada a su lado.
Li Wei Yang deseó que hubiese un agujero en el suelo al que poder arrastrarse. Justo en ese momento, en algún lugar, una voz suave habló:
-Chang Xi, es nuestra san jie - ¡Wei Yang! ¿Cómo puedes ser tan irrazonable?-Esa voz la alivió y le pareció que procedía de los Cielos.
Poco después, descubrió que la chica que la había ayuda era Li Zhang Le. Li Wei Yang se había quedado parada en el mismo sitio durante mucho tiempo, atónita. Jamás había conocido a alguien tan excepcional hasta entonces. Jamás había escuchado una voz tan hermosa.
“Ni siquiera un hada se le puede comparar…”, pensó para sí.
-¡San xiaojie! ¡San xiaojie!-Zi Yan la llamó suavemente.
Li Wei Yang abrió los ojos. Se sentó recta y sonrió. Se trataba de una sonrisa suave pero, aun así, la hacía parecer adorable y fogosa.
-¿Qué ocurre?
Zi Yan sonrió y dijo:
-San xiaojie, ya casi estamos.
Li Wei Yang apartó las cortinas que estaban cerradas. El carruaje de caballos acababa de pasar las puertas de Zheng An y pronto llegaría a Changmen donde estaba la finca del Primer Ministro. La finca del Primer Ministro no estaba en un área ajetreada, ni al lado del feudo de otro noble. Cuando la finca se construyó, hubo cierto príncipe que la quería y se la pidió al Emperador, pero, con el tiempo pensó que estaba localizada en un lugar algo indeseable y, por tanto, dejó de querer vivir allí. Más tarde, se descubrió que dicho príncipe planeaba usurpar el trono y falló. Como resultado, le hicieron suicidarse bebiendo vino envenenado. Expropiaron sus bienes y el Departamento Domestico se hizo cargo de la finca. Finalmente, se vendió a los Li que la fueron heredando generación a generación.
La finca se construyó, en  un principio, para que el príncipe descansase. En el jardín, había rocallas y filas de glicina. Era extremadamente elegante y refinado. En cuanto al espacio, el jardín no se podía ni comparar con otros feudos lujosos de la Capital, sin embargo, si se trataba de arquitectura y diseño, se consideraba esa finca como una de las mejores.
La distancia era corta, pero el sonido frío y monótono de las pezuñas de los caballos dieron la sensación que el tiempo se alargaba. Con el tiempo, el carruaje se detuvo.
Desde fuera llegó la refinada voz de una vieja criada.
-¡San xiaojie está aquí!
Entonces, puso un taburete al lado del carruaje. Bai Zhi y Zi Yan bajaron del carruaje ayudadas por el taburete. Después, se dieron la vuelta y ayudaron a bajar a Li Wei Yang. Esta, entró a la finca y caminó por el pasillo. A ambos lados había colgadas numerosas jaulas de bambú. Había petirrojos, alondras, oropéndolas rojas y amarillas e incluso campesinos blancos, periquitos, palomas… Cientos tipos de pájaros cantaban a unísono creando una melodía suave y tranquila. Li Wei Yan miró por un breve instante al águila y su afilada mirada se posó en otra cosa.
A lo largo del pasillo había un puñado de criados vestidos con accesorios azules y verdes. Estaban de pie pero cuando vieron a Li Wei Yang hicieron una reverencia con respeto. La escena era exactamente la misma que en su vida anterior.
En su vida pasada, cuando ella vio a esos criados, se puso nerviosa y torpe. Pensando en ello, Da Furen podría haber enviado a alguien para enseñarle etiqueta o alguien de los Li de Ping Cheng podría haberle explicado un poco sobre ello, pero no había habido nadie. En vez de eso, permitieron que pareciera inculta delante del servicio, permitiendo que el resto pensase que esa pueblerina jamás cambiaría.
Li Wei Yang recordó aquellos momentos. Sonrió, pero no dejó de caminar mientras miraba a los numerosos criados a su alrededor. Continuó siguiendo a la criada. Bai Zhi y Zi Yan siguieron los pasos de la joven apresuradamente.
-¿Lo has visto? ¡Esa persona es San xiaojie!
-Es guapa. ¡Hasta sus modales son buenos! ¿No habían dicho que había criado en un pueblo?
-Sí, xiaojie es una xiaojie de verdad. ¡No ha dejado que su crianza afecte a sus modales y comportamiento y la convierta en una persona cobarde!
Li Wei Yang no tenía interés alguno en su conversación. Caminó directamente hacia He Xiang Yuan.
Una criada retiró la cortina cuando vio como Li Wei Yang se acercaba. Alegremente dijo:
-San xiaojie.
Li Wei Yang sonrió ligeramente y asintió a la criada, entonces, entró a la habitación.
Bai Zhi y Zi Yang la siguieron. El suelo estaba hecho con un mosaico amarillo de azulejos y estaba tan encerado que parecía un espejo. Encima de sus cabezas había hermosa lámpara octagonal y las columnas estaban hechas de palisandro e incrustaciones de marfil que brillaban relucientemente. Todo el resto estaba hecho de peral y madera con grabaciones de flores tradicionales. Era lujoso y difícil de apartar la mirada.
Las dos criadas de Ping Cheng sintieron como si les faltase el aire. ¡Era tan extravagante…!
Li Wei Yang que debería haberse sorprendido por semejante lujo, ni siquiera les concedió una mirada a esas cosas. Caminó hacia delante con gracia y una sonrisa. Hizo una reverencia de respeto a Lao Furen que estaba sentado en el medio.
-Wei Yang saludo a la abuela, a madre y a las dos tías.


[1]Xiansheng (先生) significa: “señor”, “caballero”.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images