Capítulo 68: Con su mejor amiga

enero 09, 2017

En comparación con cuando iban a clase cada día, el tiempo que pasaba con sus amigos – que seguían con sus propias vidas – se había reducido claramente. Sin embargo, eso no quería decir que no se reunieran, y después de que Latina comprase lo que le habían pedido, giró hacia un camino que llevaba al distrito del este, a la calle obrera.  No era un momento demasiado bullicioso para el Ocelote. Kenneth ya había anticipado que Latina daría un rodeo antes de decirle que fuera a comprar.
-Chloe, es sobre las próximas vacaciones.
Latina se giró delante de Chloe, que estaba trabajando sus costuras en casa, y le llevó té y galletas. Las galletas, más que regalos, eran cosas que simplemente le apetecía comer. Chloe también pareció darse cuenta de ello, y dejó espacio para el té echando sus objetos y su trabajo a un lado. Latina, sin ninguna timidez, abrió el paquete que traía consigo.
-He notado que te has engordado un poco, ¿no pasa nada?-Preguntó Chloe burleta y Latina infló las mejillas un poco.
-No pasa nada, jo. ¡No voy a comer mucho y después de esto voy a ir a trabajar mucho!-Latina se frotó los lados de los brazos mientras lo día, algo preocupada. Latina no parecía estar excediéndose con la comida, pero el corazón de una doncella es delicado.
Chloe no pudo aguantarse más la risa al ver la expresión preocupada de Latina delante de las galletas y estalló en carcajadas.
-¿Latina, no es mejor que engordes un poco? No te engordará la parte que te preocupa, sabes.
-Se supone que esto creciendo, pero crezco muy despacio, jo.
En comparación con todas sus amigas que, con el paso del tiempo, estaban empezando a ser adultas y sus cuerpos ya tenían rasgos maduros, Latina había crecido pero su cuerpo flaco seguía haciéndola parecer una niña, lo cual era la raíz de todos sus problemas.
-¡Ha crecido, aunque sólo sea un poquito!
A diferencia de lo que declaraba la persona en cuestión, no se podía apreciar ningún cambio. Chloe sabía que si el tema continuaba, Latina acabaría llorando y por eso, cambió de tema rápidamente.
-¿Y bien? ¿Qué decías de las vacaciones?
-Ah, sí. Sí. Silvia ha dicho que también podrá tomarse un descanso.
-Silvia… Da igual lo mucho que estés en el Ocelote… ¿Enviarle un mensaje usando el tablón de anuncios no está mal?
-Me pregunto qué pasará. Silvia dice que no podría sobrevivir en este mundo si no podía hacer algo así… Trabajar en un templo también debe ser bastante duro.
El trabajo de los sacerdotes del dios verde, Ahdar, era reunir información. Aquellos con la protección divina de Ahdar, el dios guardián de los viajeros, estaban muy influenciados por ello, y tenían un gran interés por los lares desconocidos y la información por naturaleza. Los que trabajaban en el templo estaban a cargo de reunir la información y, dependiendo de la localización, también debían extenderla. En el templo, también entrenaban y cultivaban a los sacerdotes que viajarían por el bien de reunir dicha información. Silvia era una de esos aprendices, y se estaba esforzando al máximo con sus estudios y entrenamiento.
El Ocelote Bailarín tenía una terminal llamada: “el tablón de anuncios de Ahdar”, que mantenía una relación estrecha con el templo. Por esa relación en ocasiones también iban sacerdotes al establecimiento y los sacerdotes en entrenamiento como Silvia podían enviar mensajes. Aunque no estaba específicamente limitado a eso, de alguna forma, el tablón de anuncios de Ahdar podía enviar menajes personales directamente a Latina. La protección de Silvia no era tan poderosa, ni tenía nada en especial, pero la muchacha parecía ser buena en conseguir lo que quería. Y pensar que su amiga había sido así desde el colegio… Latina y Chloe sonrieron amargamente.
-Tengo muchas ganas de que sea el festival nocturno de Ahmar, el dios rojo.
En Kroix se llevaban a cabo festivales y eventos cada estación. También había las elecciones para ser el señor local y el presidente del gremio del distrito este, pero lo más grande de todo, era el festival nocturno que celebraba el templo que adoraba a Ahmar.
Los ciudadanos también conocían las festividades de otros templos, como el festival de la cosecha – por el templo de Korumozei, el dios naranja – o la ceremonia de los espíritus – por el templo de Nili, el dios violeta – sin embargo, no había ninguno que pudiese llegar al nivel del templo de Ahmar. Era un festival al que Dale había llevado a Latina casi cada año, pero ese sería el primer año al que le permitirían ir con sus amigas. A pesar de lo devoto que era Dale como padre, le dio permiso para ir, algo preocupado, y delante de Latina haciendo los planes, no dejaba de interrumpirla hasta cierto grado.
“No vayas sola”, decía. “No vayas por calles con poca gente”, decía. “No bajes la guardia cuando un hombre se te acerque”, decía. Sinceramente, ni siquiera le importaba si usaba magia para repelerles.
-Tienes que considerar a todos los hombres, sean o no raros, tus enemigos y atacarles. ¡Sí, sí!
-Dale, si lo hago creo que los soldados se enfadarán conmigo.-Latina miró a Dale directamente a los ojos y le contestó con sinceridad.
Dale no titubeó y le dirigió una sonrisa.
-No pasa nada, en este mundo los fuertes se comen a los débiles. Tienes que estar lista para ello.-Ni siquiera sintió un mínimo de vergüenza al decirle eso.
Latina pensaba que Dale se preocupaba demasiado y la gente de su alrededor también, pero era normal que se preocupase. El hecho de que ella no parecía entender por qué Dale se preocupaba tanto era precisamente la causa por la que Dale estaba sobreactuando, que Latina no pensase bien las cosas podría tener graves consecuencias.
Latina parecía feliz probando las nueces caramelizadas encima de la galleta, antes de echarle un vistazo al atuendo que Chloe estaba haciendo.
-Mmm… ¿Me quedará bien…?
-¿No hemos pasado ese punto muchas veces mientras seleccionábamos las telas?
-Bueno, ¡tengo muchas ganas de verlo acabado!-Sonrió tímidamente porque sabía que era lo que ella había pedido. Era normal que una chica quisiera vestir ropas que fueran acorde con su alegría por el festival nocturno.-Por alguna razón, cada vez que Chloe lo hace parece distinto. Hace que mi corazón lata un poco.
-¿No te gusta mi elección?-Chloe puso mala cara adrede. Latina también pareció darse cuenta de eso.
-O sea, personalmente, yo no escogería este color…
-¡Latina, eres tan extremista! Aunque te gusta la ropa infantil y suavecita, cuando intentas vestirte como una adulta siempre escoges ropa sexy que no te pega.-Suspiró Chloe con los brazos en jarra.
-O sea…
-No, nada de “o seas”. ¡Tienes que llevar ropa que vaya contigo! Si hubieras escogido un atuendo similar en color y estilo a los que te gustaron de esta línea habría estado bien.
El suspiro de Chloe era comprensible porque su vocación era hacer ropa por lo que era sensible a los diseños diarios y a las modas. Aunque tenía muchos pedidos de otras tiendas. Chloe veía a su mejor amiga como una hermosa chica ridícula e envidiablemente guapa que con solo arreglarse, hacía que la ropa que llevaba y a ella misma brillar. A pesar de eso, Latina tenía preferencia por la ropa adorable y suelta. Bueno, no pasaba nada. Ese tipo de ropa iba con su amiga que siempre estaba en las nubes. El problema era que ya había llegado el momento de cambiar sus gustos infantiles y cambiar a ropa más madura. No es que tuviera mal gusto, pero por alguna razón, siempre que Latina escogía algo era demasiado sexy, ropa extrema incluso para adultos. Sin embargo, no le quedaba nada bien a Latina, con su cuerpo inmaduro. Más tarde, cuando su figura creciera para ser como ella deseaba sería otro cuento, pero en esos momentos, le quedaba completamente mal.
Para Chloe que vivía en el mundo de la moda, era un asunto que no podía ignorar, por eso, como Latina quería ropa nueva, Chloe le dio alguno de sus propios diseños. Rechazó todas las decoraciones adorables, y diseñó ropa elegante, no demasiado simple. El lazo que usaba no era infantil y era de un excelente color negro. Además, tenía un toque chick que hacía destacar el pelo plateado de Latina.
No era una ropa adulta, pero aparte de ser apropiada para la Latina actual, también era un diseño que ella misma había decidido. La confianza que Latina tenía en la elección de Chloe estaba clara. Chloe creía que su mejor amiga no perdería contra las princesas de los distritos norte y sur.
-Sería genial poder sorprender a la persona a la que más quiero enseñárselo… -Con esa simple frase, los lóbulos de sus orejas enrojecieron.
Si Chloe hubiese sabido del amor de su mejor amiga, no hubiera puesto más empeño en su trabajo.

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