Capítulo 6: ¿Te gusta ella o yo?

febrero 23, 2017

-Buah, qué cansancio.
Llevaba tres bolsas llenas de comida para sobrevivir en ambas manos. Como ahora había más familia a la que alimentar, si compraba la cantidad habitual se terminaba en tres días. Así que, una vez a la semana, iba a comprar muchísimo, sobre todo desde que algo había estado arrasando con nuestra nevera.
-Estas estúpidas salchichas son muy caras. Joder.
Comida única y exclusiva de Darong: salchichas. Si ellas se volvía un problema. No debería haber comida salchichas aquel día, pensaba. Ahora que las había probado era una molestia. Era un chico atractivo con buen metabolismo, a pesar de todo lo que comía no engordaba. No se ejercitaba, pero no parecía engordar ni tener problemas con la piel. Yo soy alérgica al pepino, si me lo como me salen sarpullidos, además si como mucho dulce me salen granos. Pero a ese bastardo no le pasaba nada.
Había mucho alboroto cerca de mi piso. Recogí las bolsas con las manos y caminé unos cuantos pasos hasta que vi…
-¡Oh, vaya, señor! ¿De dónde es usted? ¿Vive en este bloque?
-Oh, mamá de Chul. Este hombre es muy callado.
-¡Vaya, vaya! Eso le hace ser más guay.
-¿No es famoso? Nunca había visto a un hombre como él.
Darong me esperaba. Cuando me había marchado le había dicho que le compraría salchichas y de inmediato me siguió y me esperó hasta que volví. Estaba rodeado por señoras, mujeres solteras, y estudiantes de instituto y bachillerato. Aquel día él iba bien vestido. Cuando le conocí por primera vez llevaba un traje negro; era raro que le quedase también el negro, parecía que había nacido para ello. Aquella mañana se lo había hecho volver a poner y, madre mía, casi me sangra la nariz de lo sexy que era.
-Jojo… ¿Perdona?
-¿Eh? ¿Ha venido a mirar a este hombre, señorita?-Preguntó una ajumma mayor.
Já, este hombre vive en mi casa y me pertenece. ¡Jojo!, quise decirle esto pero decidí no contárselo. No había cosa más maravillosa que esperar para decir algo.
-No.
-¿Eh? ¿Pues tienes algo que hacer con nosotras?
-¿Eh?
-Jojo, Rong. Vamos.
La audiencia no lo entendió. Para hacerme parecer más famosa, le di la mano, le llamé, le cogí de la mano y él se levantó.
-¡Guau! Qué alto es. Parece un modelo.
-Por cierto, ¿quién es esa ajumma?
¡¿Qué?! ¡¿A-Ajumma?! ¿Por qué este bastardo es un “oppa”  y yo una “ajumma”?
Aunque era una estudiante de instituto fruncí el ceño, miré a la joven y le dije:
-Jojo, siento tener que decirte esto pero esta ajumma vive con este oppa.
-Estáis… ¿Estáis casados?
-No sé. ¡Bueno, me tengo que llevar a mi Rong!
-¿Rong? Debe ser su mote. ¡Madre de Soon, deben estar casados!
-Esa mujer no es buena para él.
-La mujer es guapa… Pero él es demasiado guapo.
Las ajummas del vecindario empezaron a conversar de nuevo. Sí, sí, Darong era demasiado guapo, estaba de acuerdo con eso y era cierto que mi apariencia quedaba obsoleta a su lado. Pero estar al lado de un chico guapo me hacía feliz. Nada mejor que Darong.
-Darong, ¿te molestan esas ajummas?
Silencio.
-Mmm… Vale. Después nos vengaremos.
Ya había llegado a un nivel en el que podía hablar con él con la mirada. Tendría que comprarle vídeos educacionales y posters para ayudarle a aprender coreano básico. Si le llevaba a párvulos habría un gran alboroto entre las profesoras por él. Antes de eso, tendría que aprender a hablar con fluidez. Sólo decía palabras cortas, pero me gustaba mucho su voz… Estaba segura de que tenía una voz preciosa.
-¡Miau!
-¡Guau!
Cuando abrí la puerta esos dos corrieron a mí. Últimamente sus travesuras se les escapaban de las manos, lo rompían todo, pero eran tan monos que les perdonaba. Hasta que llegaron, esta había sido una casa muy callada, y ahora era más alegre.
-Darong, vamos a merendar.
El bastardo este por primera vez reaccionó a algo. Siempre se quedaba ahí, como ausente. Fue una reacción muy pequeña pero me indicó que estaba feliz.
¡Ay, dios mío! ¡Qué mono!
Le di un paquete entero de salchichas porque estaba muy feliz.
Cuando estaba a punto de pelar una patata, alguien llamó al timbre.
-¿Sí?
-¿Es la casa de Haein Han?
-Sí, ¿y?
-¿Puede abrir un momento?
Vi a una mujer elegante a través de la mirilla. No la conocía. Me habló con mucha formalidad pero su ropa era muy llamativa. Llevaba una faldilla muy apretada y mostraba bastante su busto. Cuando abrí la puerta, fue lo peor. Su mini falda era como un alga enrredada en su cadera. ¿Cómo sabía mi nombre?
-¿Quién eres?
-¡Oh, vaya! ¡Le he encontrado!
-¡Ah!
De repente, simplemente me apartó y entró en mi casa. Ahrong, Yurong, Haerong y Darong vinieron a ver a la intrusa. Cuando les vio a todos, ella chilló. No creo que fuera por la apariencia de Ahrong, Yurong y Haerong, en cuanto entró corrió hasta Darong y le abrazó la cadera.
Mierda, ¿quién coño es esta perra? ¡¿Cómo te atreves a abrazar a Darong?! ¡Eso sólo lo puedo hacer yo…! ¿Qué…? ¿Qué acabo de pensar? Estoy loca.
-Te he estado mirando desde hace un tiempo. ¡Te amo! ¡Cásate conmigo!
-Eh… P-Perdona… ¿Qué estás…?
-No estáis casados, ¿verdad?
-N-No… ¿Y?
-¿Cuál es vuestra relación?
Seguía abrazada a Darong y frotaba su cara contra la suya.
¿Qué cual era nuestra relación? Dueña y mascota. Pero si decía eso llamaría a la policía y me llevaría al hospital como si estuviera loca. ¿Sería mejor decir hermanos? Pero éramos completamente distintos. ¿Una noona[1] cercana? Pero era demasiado joven.
Ah, eso no es verdad. No sé cuántos años tiene pero parece que tiene como mucho veinte. No estoy segura si parece joven o si lo es. ¡No se lo puedo preguntar hasta que vuelva a la normalidad!
-Mmm… Pues… Somos…
Empecé a pensar mucho. ¿Qué tipo de relación teníamos? ¿Sólo pensaba en él como en una mascota? No, no era eso. No estaba segura de si era verdad pero, tal vez, ¿amigos? ¿La gente vivía así con sus amigos? Mmm…
-¿No sois nada?-Lo dijo con tal sarcasmo que me sentí como estar enfrentándome a una perra de segundo nivel.
¿Qué le iba a decir?
-¿Eh?
-¿Oh?
Había estado pensando mucho rato y entonces, Darong se separó de aquella perra de nivel dos y se puso a mi lado.
Ah… Este bastardo es monísimo. Eres el mejor hombre de mi vida.
Cambié mi expresión pensativa y le sonreí.
-¿Pues así somos?
Por un instante aquella perra nos miró como si fueramos absurdos. Estaba temblando, cerró los puños con fuerza y gritó:
-¡No mientas! ¡Sé que no tenéis ninguna relación!
-¿Cómo lo sabes?
-¡L-Le he estado observando!
-¿Eso no es un crimen?
-No me importa. ¡Es amor a primera vista! ¡Te lo voy a arrebatar porque no sois nada!
-¿Quién te ha dicho que puedes hacerlo?
-Es-Eso…
-¿Quieres que apostemos?
Al principio la perra se sorprendió y entonces, sonrió. Seguramente se creía mejor que yo.
Soy mejor que tú en muchos aspectos, mocosa. Tengo mejor apariencia, mejor cuerpo, cocino bien y le doy amor. Por supuesto que eres más joven y tienes tetas grandes, una cintura delgada, un culo más grande, ojos más grandes y una nariz más recta… Pero sigue siendo cosa de tu maquillaje.
-¿Eh? ¿Qué clase de apuesta?
-Ya sabes, él es uno y nosotras somos dos.
-Sí.
-No podemos partirle por la mitad, así que tendrá que escoger. Si hubieran dos como cada una de nosotras podríamos llevarnos a uno, pero no es el caso. Sólo hay un chico, así que tiene que escoger, ¿verdad?
-¡Perfecto!
-¿De dónde viene toda esa confianza?
-¡Porque los dos nos enamoramos a primera vista!
Era una enfermedad. Podría volverse una acosadora, así que lo mejor era acabar con esto lo antes posible. Puse a Darong en el medio y empecé a separarme.
-¡Oppa! ¡Te voy a tratar muy bien! ¡Tengo mucho dinero!
-Ah.
La perra de nivel dos intentó tentar a Darong con muchos métodos mientras que yo me limitaba a sonreír. Ella estaba segura de que él la iba a escoger y le hacía una lista de todo lo que tenía. Darong miraba como hablaba pero… Yo estaba muy tranquila, y me saqué una cosa del bolsillo del delantal y lo escondí detrás de mi espalda.
-Hey.
Y le llamé. No quería llamarle “Darong”, así que sólo le dije esa onomatopeya. Pero él me entendió y me miró.
-Decídete, ¿con quién quieres vivir?-Pregunté sonriendo con toda la suavidad que pude.
Darong… Jaja, Darong no me traicionará.
Él me señaló directamente y vino a mí, y la perra de segundo nivel se quedó allí pasmada.
-¿Ves? ¿Puedes irte ya y no volver? Nuestro amor es muy especial, no hay espacio para intrusas. ¡Jojo!
-¡Esto no cuenta, oppa…!-Gimoteó.
-Hey, hey, tenemos tres niños. ¡Ríndete! Además esa personalidad tuya es muy mala. ¿Puedes con sus abusos? Si no quieres que te den de leches, vete a casa.
De repente todo se sumió en silencio. Ella se había marchado.
Ja… Jaja… Joder, es la primera vez que me siento mal al ganar.
Me sentía triste y fui a la cocina. Miré a Darong. Aunque había ganado, no lo había hecho del todo. Ese bastardo no me había escogido a mí, sino a la salchicha. Pretendía jugar con él usándola pero no sabía que la tendría que usar para eso.
Suspiré.
-Sí, sí… Tú siempre con tu salchicha, ¿eh? Qué decepción.
No me esperaba tanta decepción.
Desde ahora le daré salchichas para aburrir y haré que me… ¡Elija!


[1] Noona: Término que usan los chicos para referirse a las mujeres mayores que ellos, a no ser que lleguen a “ajumma”, claro y a sus hermanas mayores de sangre. Viene a ser el “oppa” de los chicos.

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