Capítulo 32: Buscando problemas

abril 08, 2017


Todo el mundo se quedó de piedra al notar lo furiosa que estaba Wei Guo furen.
Li Wei Yang alzó las cejas mirándola y dijo:
-Tía, Min Biaojie sólo está confundida, no hace falta que se arrodille y pida perdón.
Cuando dijo esas palabras, todo el mundo causó un estruendo. ¿La San xiaojie del Primer Ministro estaba loca o era tonta?
Wei Guo ordenó con furia:
-¡Lleváosla y dadle cien azotes!
Todo el mundo se quedó intimidado al escuchar la orden. A una señorita frágil como Wei Yang veinte azotes le romperían los huesos y la dejarían irreconocible, pero estaba claro que no podría sobrevivir a cien.
Los labios de Da furen revelaron una sonrisa suave pero dijo:
-Meimei[1], esto parece muy duro…
Wei Guo furen no podía contener su resentimiento.
-Va de lista, si no la castigo con dureza, ¡no podré apaciguar mi enfado!
Da furen mostró una expresión perpleja por dentro se reía. Había intentado hacer cambiar de idea a Wei Guo furen pero ella seguía queriendo acabar con la vida de Wei Yang. ¡Para cuando laoye lo descubriera, sería demasiado tarde!
De inmediato, unas criadas se le acercaron, la cogieron por los brazos y la obligaron a arrodillarse.
Li Wei Yang no se dejó intimidar, alzó la cabeza y dijo:
-¡Wei Guo furen no tiene la autoridad de interrogarme!
Gao Min estaba tan furiosa que su rostro estaba completamente rojo.
-¡Maleducada! ¡¿Cómo sigues ahí de pie?!
Li Wei Yang preguntó:
-¿Soy una maleducada? ¿Qué quieres decir, Min biaojie?
-¡Quiero decir que tienes un padre, pero ninguno que te eduque!-Gao Min dijo enfadada.
Cuando las dijo, Da furen se sorprendió y la advirtió:
-¡Min er!
Por desgracia, ya era demasiado tarde, una voz fuerte se escuchó desde detrás.
-¿Qué quieres decir con que tiene un padre, pero ninguno que la eduque?
Wei Yang habló a prisa.
-¡Padre, te saludo!
Gao Min, Da furen, y el resto de las presentes se sorprendieron por sus acciones. Sólo volvieron para girarse cuando abrió la boca.
Cuando Gao Min vio a Li Xiao Ran, de repente, se quedó tan pasmada que no pudo ni terminar su frase y se limitó a decir:
-Tío… Yo… Yo no he…
Li Xiao Ran se sentó y dijo:
-Min er, ¿sabes en qué te has equivocado?
Gao Min se quedó petrificada por un segundo, Li Zhang Le le indicó con los ojos antes de que reaccionase y dijo:
-He dicho las palabras equivocadas. Sólo quería castigarla un poco.
La sonrisa de Li Xiao Ran revelaba una pizca de frialdada.
-He sido tan descuidado que he hecho que Wei Guo y su hija tengan que educar a la mía. Os he dado muchos problemas.-Su voz sonaba muy normal, pero en esta situación, era difícil que la gente no temiese esas palabras.
Wei Guo furen era honorable, pero sólo en nombre. Aunque el ser marquesa de Bo Chang en aquellos tiempos ya era estar en el quinto rango, daba igual lo que hiciera, jamás sería mayor que el Primer Ministro Li. Wei Guo furen estaba tan acostumbrada a su propia arrogancia que cuando se percató de que había excedido su propia autoridad, su complexión cambió para lo peor y no le importó mostrarlo.
Li Xiao Ran le dedicó a Da furen una mirada y abrió la boca para hablar.
-Con semejante incidente, ¿no debería estar yo delante también? Furen, ¿qué opinas?
Da furen sabía que las palabras de Gao Min habían ofendido profundamente a Li Xiao Ran y sonrió con falsedad.
-Laoye, esta situación…
Lao furen también llegó cuando Da furen tan sólo había dicho la mitad de lo que quería decir. Todo el mundo se levantó para saludarla, incluso la mandona Wei Guo furen.
La apariencia de Lao furen estaba inexpresiva conforme se acercaba a sentarse detrás de Li Wei Yang. No sabía por qué pero esa pequeña acción hizo que Li Wei Yang se tranquilizase, esta abuela le había ofrecido su total apoyo.
Wei Guo furen entrecerró los ojos peligrosamente.
-¡Como habéis llegado los dos, os pediré que me expliquéis lo de mi hijo!
Li Xiao Ran frunció el ceño.
-¿Qué explicación?
En un principio, Wei Guo furen iba a matar directamente a Li Wei Yang, pero ahora no iba a funcionar. Entonces, decidió seguir su segundo plan: ¡echar a Li Wei Yang de la finca!
Da furen dijo estoicamente:
-Ah, Wei Yang, ahora ni siquiera yo podré ayudarte. Que alguien venga y haga entrar a Biao Xiaoye.
Poco después, trajeron a Gao Jin con el cuerpo lleno de heridas, la cara hinchada y musitando sonidos indescifrables por la boca. No podía decir palabra porque le habían saltado varios dientes. Wei Guo furen sintió un dolor repentino en el corazón al ver a su hijo y habló con poderío:
-¡Qiu Zi, dinos que ha pasado, por favor!
Qiu Zi habló de inmediato.
-Xiaoye ha ido a encontrarse con San Xiaojie. He escuchado como San Xiaojie le decía a Xiaoye que se casase con ella en una gran boda. Xiao Ye ha dicho que tenía que conseguir el permiso de sus padres así que no ha aceptado. San Xiaojie se ha enfadado y ha llamado a gente para que pegaran a Xiaoye…
Li Xiao Ran, después de escuchar la historia, bajó la vista hacia Li Wei Yang. Notó lo tranquila que estaba, como una gema flotando en el agua, previniendo cualquier incertidumbre. A pesar de que su castidad y la reputación de los Li – algo tan importante para la jerarquía – la muchacha, a juzgar por su expresión, todavía mantenía la calma.
Da furen suspiró con apariencia simpatizante.
-Por lo que ha dicho, es un simple romance entre un hombre y  una mujer. Pero como se les ha olvidado su estatus han cometido un error muy grave. Wei Yang, me has decepcionado.
Wei Guo sonrió con frialdad.
-Ha ordenado a gente que pegaran a mi hijo. Hay muchos testigos… Li Wei Yang, con estas pruebas no hay nada que puedas decir. ¿Por qué no admites tu culpabilidad…?
A Lao furen nunca le había gustado la arrogancia de Guo furen, por lo que dijo con suavidad:
-No me importa lo que hayan visto los demás, Wei Yang, ¿qué tienes qué decir?
Li Wei Yang dio unos pocos pasos al frente, su par de ojos tan negros como la tinta brillaron.
-Todo esto es mentira. Apenas hace dos meses desde que regresé. No conozco a Biao Ge… ¿Cómo iba a tener una cita? Y si fuera una cita, ¿por qué iba a ir con toda la gente? ¿Tan tonta soy?
Da furen apretó los dientes en secreto; en un principio había querido darle de voces a Wei Yang a través de Qi yiniang. ¿Quién se hubiese esperado que esta muchachita iba a traerse toda una multitud? ¡Era muy astuta!
Li Xiao Ran viendo que lo que había dicho parecía razonable iba a fruncir el ceño cuando escuchó la voz de Li Zhang Le.
-Decir que San mei y Biao ge tienen una aventura, este tipo de historia… No voy a decir que no me la creo, pero padre no se la creerá… ¡Ni siquiera Lao furen lo hará!-Sus hermosos dedos pintados acariciaron su suave melena.-Pero, Biao ge no le guarda ningún rencor a San mei, ¿por qué iba a acusarla? Padre, tú también has visto crecer a Biao ge, aunque es travieso no tiene la audacia como para hacer esto.
Cuestionar la castidad de una xiaojie es problema grave, ¿Gao Jin tiene la audacia de hacer semejante cosa?
Li Xiao Ran alzó mucho las cejas. Li Zhang Le volvió a su lado, miró a Li Wei Yang y continuó:
-San mei, ¿no sabes qué pasará si no te explicas?
Li Wei Yang parpadeó y entonces, sonrió.
-¿Tienes algo contra mí? ¿Por qué me acusas de esta forma?
-Yo… ¿Cuándo te he acusado?-Li Zhang Le, de repente, abrió los ojos como platos.
-¿Cómo iba Gao Jin Biaoge a saber el camino hasta el jardín si no le hubieras guiado?
-Yo… Yo… ¿Cuándo le he invitado…?-La complexión de Li Zhang Le cambió.
Li Wei Yang miró de soslayó, sus ojos eran tan afilados como cuchillos.
-Oh, bueno, el matrimonio de Da Jie todavía no se ha decidido y aún eres joven, es comprensible que te sientas sola…
Su expresión se mantuvo tranquila, su tono era casual, aun así, revelaba una pizca de burla. ¿Cómo iba Li Zhang Le a soportar semejante mofa? Su rostro empalideció y siseó:
-¡Qué tonterías estás diciendo…!
Li Wei Yang la interrumpió con lentitud y se sacó una tira de papel de la mano.
-¡Da Jie, mira esto!



[1] Meimei: término para referirse a la hermana pequeña de uno.

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