Capítulo 15

junio 27, 2017


Lo único que supo reconocer Qi Xiu Yuan fue la limusina. Sin lugar a dudas se trataba del coche que estaba aparcado delante de la puerta del instituto cuando le “recibieron” por primera vez. Tenía una matrícula extremadamente arrogante y en aquellos momentos se hallaba delante del “Arco del Triunfo”, un lugar de ocio muy famoso.
–Pare aquí, conductor. – Dijo Qi Xiu Yuan por acto reflejo.
Qi Xiu Yuan se quedó de pie en el sitio después de bajarse del taxi. Giró ligeramente la cabeza y siguió mirando la limusina. Entonces, sacó el móvil y marcó el número de Xiao Li.
¿Qué digo? “He visto tu coche delante del Arco del Triunfo, y también estoy por aquí de casualidad, ¿qué te parece si vamos juntos? ¿Y si en realidad no está aquí? ¿Qué voy a decir si el coche está aquí para recoger a alguien? “Ah, o sea que no estás aquí… Bueno, no pasa nada. Ya que estamos hablando, ¿qué te parece si quedamos?” Si lo digo así, ¿vendrá? ¿Pensará que soy un aburrido y se negará? No, no se negará. Seguramente encontrará algún motivo para no poder, ¿no?
Qi Xiu Yuan apartó el móvil después de que lo único que había conseguido escuchar era que la persona a la que llamaba en aquellos momentos no estaba disponible.
¿Por qué no responde? ¿Está ocupado? Si ve que tiene una llamada perdida, ¿me devolverá la llamada?
Qi Xiu Yuan suspiró antes de volver a echarle un vistazo a la limusina, y entonces, decidió marcharse. Sin embargo, sus piernas decidieron actuar por sí solas. Curioso, se dio la vuelta y entró por un pequeño callejón en un intento de dar con el callejón del Arco del Triunfo.
Seguro que piden una tarjeta de miembro extremadamente cara para entrar. No podré entrar por la entrada principal. Si pudo conseguir meterme en el callejón y mirar para arriba, a lo mejor consigo ver si Xiao Li está en alguna de las habitaciones, a lo mejor de casualidad le da por mirar para abajo…
Qi Xiu Yuan se sentía como un muchacho experimentando su primer amor, o al menos, como un loco. ¿Qué otra explicación tendrían semejante acciones tan sin sentido? ¿Diversión?
A través de la luz taciturna, Qi Xiu Yuan giró por dos esquinas y siguió recto un rato más. Cuando volvió a alzar la vista ya se había acercado al Arco del Triunfo. Ante él se extendía una esquina vaga así que no pudo evitar acelerar el paso. No obstante, súbitamente desde la oscuridad, apareció una mano y le empujó desde atrás. Qi Xiu Yuan ni siquiera tuvo tiempo a reaccionar cuando alguien le empujó contra una pared. Las manos de Qi Xiu Yuan se chocaron con la pared mientras intentaba apoyarse, quería girarse para ver a quien fuera que fuese pero aquella persona estaba usando toda su fuerza y le sujetaba por el cuello, presionándole la cara contra la superficie de la pared.
–No hagas ningún ruido. – susurró la persona. Sus palabras contenían una amenaza. – ¡Desnúdate!
Qi Xiu Yuan se quedó de piedra, creía que estaba en un sueño.
–¡No hagas tonterías! ¡Quítatelo todo!
La mano de la persona volvió a empujar su cuello y repitió lo que había dicho.
–¡¿Xiao Li?! – Su cara estaba tan estrujada contra la pared que le cambió la voz. – Soy yo: Qi Xiu Yuan.
La fuerza en su cuello desapareció y se pudo dar la vuelta.
–¿Por qué estás aquí? – Preguntó Xiao Li.
–Es casualidad… – Con la escena en la que estaba, le costó reaccionar.
A pesar de estar envueltos por la oscuridad, Qi Xiu Yuan podía ver que Xiao Li no llevaba ni camisa, ni chaqueta.
–Aquí no hay nada para que tú… ¡Ah! – Xiao Li se tambaleó y se cayó hacia adelante.
Los ojos de Qi Xiu Yuan se abrieron como platos antes de extender las manos para cogerle. Preocupado entró en un estado frenético.
–¿Qué está pasando?
El cuerpo de Xiao Li no dejaba de deslizarse, arrastrando a Qi Xiu Yuan con él.
–No me voy a morir. Pero no me puedo mover. Hay gente persiguiéndome… Vete, rápido. Ves a Jin Ting y busca a Han Jia…
–No, eso está demasiado lejos. – Contestó Qi Xiu Yuan. – Te llevaré.
Xiao Li ya no podía hablar, se apoyó sobre el cuerpo inestable de Qi Xiu Yuan. Lo peor era que no podía controlar el violento temblor de sus extremidades. Cuando volvió a hablar su tono era muy rígido.
–Rápido, vamos…
A pesar de que la oscuridad les escondía ya se podían escuchar pasos rápidos desde la otra punta de la calle.
La persona que estaba abrazando era un miembro de la mafia peligroso que a su vez ponía en peligro a los demás, pero ahora, se hallaba en medio del peligro inesperadamente débil y necesitaba protección.
Qi Xiu Yuan sujetaba a Xiao Li con una mano, mientras con la otra rebuscaba en el bolsillo para encontrar su móvil.
Una mujer vestida de negro y con el pelo liso y sus lacayos buscaron por ahí a una velocidad vertiginosa. Al ver una débil luz en la distancia, la mujer levantó la mano, indicándoles a los presentes que se quedasen quietos donde estaban. Todo el mundo escuchó lo que les rodeaba.
–Sí, eso es capitán.  Al lado del Arco del Triunfo. Entre en el callejón, giré a la derecha y llegará. Se ha caído una persona… ¿Está patrullando por aquí? ¡Ah, genial! Vale, no voy a colgar. ¿Cuánto tardarán en llegar? Creo que no es un borracho cualquiera… ¿Dos minutos? ¡Venga con más gente! Cuando acabemos con esto podemos ir por ahí a comer algo.
La complexión de la mujer de negro cambió. Hizo un movimiento rápido con la mano y el grupo que había llegado en tan poco tiempo, se esfumó. Qi Xiu Yuan bajó el teléfono cuando ya no se oían pasos. Entonces, se percató que tenía las manos sudadas.
Bajó la voz y preguntó mientras se quitaba la camisa y envolvía el cuerpo de Xiao Li con ella.
–¿Estás bien, Xiao Li?
Xiao Li seguía temblando. Si no se paraba atención, nadie podría haberle oído hablar.
–Gracias…
–¿Dónde te llevo primero? ¿Al hospital o a Jin Ting? ¿Pido un taxi o busco a tu chofer?
–Pedir un taxi… Ir al hospital… ¿Qué haces…?
–Yo… Sólo te estoy ayudando a ponerte los pantalones. – Nerviosamente, Qi Xiu Yuan se quitó sus propios pantalones y los arrastró por las piernas de Xiao Li.
Aunque había soñado tantas veces con esa escena, cuando tocó la piel de Xiao Li, todo lo qué sintió fue una humedad fría. No estaba seguro si el sudor era de su propia mano o de Xiao Li. En ese momento no conjuró ningún pensamiento romántico, esta persona le dio pena y lástima.
Aquella noche ocurrió un fenómeno extraño que causó una escenita en la calle. Un hombre joven en ropa interior cargaba con otro hombre borracho e intentaba parar a algún taxi. A aquellas horas no quedaban muchos peatones, pero los que presenciaron sus actos sacudían la cabeza y suspiraban.
–La moral pública cada día se degenera más. – murmuraban. 

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