Capítulo 14

junio 27, 2017

Xiao Li se secó el pelo con una toalla conforme salía del baño, pero todo lo que vio fueron dos mujeres tumbadas en su cama.
–Guau, ¿eres Li ge?
Una mujer de pelo rizado se sentó bien derecha y se movió el pelo.
–Qué masculino y… Todo lo demás también es de primera clase.
La otra mujer de pelo liso seguía tumbada en la cama, sin moverse del sitio. Sus ojos permanecieron pegados a Xiao Li mientras se metía un dedo en la boca y lo chupaba seductoramente. Aun chupándose el dedo, sonrió y dijo:
–Li ge no es lo único que es de primera clase, sus habilidades también son muy buenas. He escuchado que has capturado a Wu Tou Gui y a Lao Bing Gui. Normal que Qing Ye te haya premiado con sus propias mujeres.
La mujer de cabello rizado también empezó a chuparse el dedo.
–Li ge, Qing Ye nos ha dicho que como has pillado a esos dos demonios te da a dos putas. Si pillas a otro a la próxima, te dará una reunión y nosotras te seguiremos, ¿no es una buena noticia?
Xiao Li se acercó a la cama riéndose y dijo:
–Por desgracia, no me gustan los tríos.
–Oh, no me lo habría imaginado. Li ge, qué reservado eres. – La mujer de pelo liso también se sentó como la de pelo rizado y las dos se arrastraron a un lado de la cama.
La mujer de pelo rizado acercó la cara al área  del medio de las piernas de Xiao Li y rio:
–¿Cuál de nosotras dos es más de tu gusto? ¿Jing Jing o A Mei?
Dicho esto, se agachó, cogió el miembro de Xiao Li que seguía flácido y se lo metió en la boca con suavidad, chupándolo.
Xiao Li bajó la cabeza para echar un vistazo y le contestó con indiferencia:
–Ya te puedes ir.
–Li ge, ¿de verdad? Esto me duele mucho.
Xiao Mei se levantó, acarició el pecho de Xiao Li mientras le observaba con atención. Entonces, se lamió los labios con un movimiento circular.
–Pero, Li ge, eres tan atractivo y delicioso… Yo también quiero probarte.
Xiao Li extendió la mano y la sujetó por la barbilla.
–Ve-te.
Algo en sus ojos asustó a Xiao Mei. Le miró como ausente, entonces, recuperando la sonrisa se rio.
–Li ge, qué insensible. Pues me iré a esperarte. Oh, si me quieres, sólo tienes que llamarme.
Dicho esto, salió como bailando de la habitación dejando a Jing Jing atrás. Ella seguía concentrada en los labios de Xiao Li. Con el tiempo fue relajándose. De repente, su móvil vibró.
Xiao Li abrió los ojos con impaciencia, empujó a Jing Jing y se giró para coger el móvil que tenía en el armario.
¿Otra vez Qi Xiu Yuan?
Bajó la cabeza y miró el móvil. Tal y como había imaginado, de repente, se escuchó un ruido detrás de él. Xiao Li lo esquivó inclinando la cabeza a un lado, entonces, con el codo golpeó a quien fuera que estuviese detrás de él.
El atacante gritó adolorido y dio unos pasos para atrás.
Xiao Li, con tranquilidad, cogió el cenicero del armario, se subió a la cama y movió el cuerpo para encontrarse con la persona en cuestión. La mujer de cabellos rizados tenía una jeringuilla en las manos. Sus ojos relucían de excitación.
Xiao Li dio dos pasos, levantó uno de los pies y le dio una patada en un costado.
–¿Para quién trabajas?
La mujer no dijo nada. Sus ojos rebosaban nerviosismo mientras se abalanzó sobre él con la jeringuilla. En aquel preciso instante, la puerta se abrió de golpe. La mujer que se acababa de marchar volvió con un atuendo negro y una pistola apuntándole con muchas sombras de personas detrás de ella.
Xiao Li maldijo mentalmente. Agarró a la mujer de cabello rizado por el pelo y la usó de escudo. Continuó con los ojos fijados en la multitud que tenía delante sin atreverse a girarse y tiró para atrás. Siguiendo su intuición, movió el cenicero con lentitud y golpeó la ventana con todas sus fuerzas.
El increíble panel de cristal cayó. La mujer de pelo liso seguía en el mismo sitio, preparándose para atacar a su objetivo. Pero la mujer de pelo rizado luchó contra el agarre de Xiao Li balanceando la jeringuilla de arriba abajo.
Xiao Li sintió cierto dolor en el muslo. Alarmado, posó las dos manos en el hombro de la mujer y usando toda su fuerza lo torció, dislocándole los brazos.
La mujer chilló de dolor. Xiao Li la empujó hacia delante de repente, se giró y saltó por la ventana rota.
La mujer de pelo rizado gruñó en el suelo, pero la de pelo liso no se molestó en mirarla mientras disparaba y miraba por la ventana.
Aunque todavía no era medianoche, la oscuridad de la noche ya había envuelto el callejón. Al principio, pensó que con la luz de las farolas le sería más fácil distinguir a una persona o a un cadáver, pero no fue así.
Entrecerró los ojos y dijo con frialdad:
–¡Encontradle, rápido! ¡No dejéis que escape o ocuparnos de él será difícil!-Entonces, asumió el mando y saltó por la ventana.
En medio de la habitación sólo quedaba una mujer en el suelo, sufriendo de dolor y un móvil que no dejaba de vibrar en el armario. 

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