Capítulo 13

junio 27, 2017

Xiao Li llegó un minuto tarde. Ese único minuto hizo sufrir todo tipo de tormentos a Qi Xiu Yuan. Para cuando Xiao Li apareció en la parte superior de unas escaleras, Qi Xiu Yuan ya había estudiado ese lugar un montón de veces. Su rostro era una definición clara de ansiedad pero todo eso desapareció al ver bajar al joven.
–Lo siento, no me han dejado aparcar delante del local así que he tenido que ir a aparcar a otro sitio. ¿Ha esperado mucho, profesor Qi? – dijo Xiao Li muy arrepentido mientras se acercaba donde Qi Xiu Yuan estaba sentado solo.
–Sólo ha pasado un minuto, no me he dado ni cuenta. – Qi Xiu Yuan volvió a mirar el reloj. – Tú… ¿Ha conducido el coche usted mismo? Pensaba que tenía su propio chófer.
Una sonrisa apareció en los labios de Xiao Li y río con ganas.
–De vez en cuando dejo que me lleven, pero no puedo ser así de extravagante todos los días. Los hermanos también tienen asuntos que atender.
–Ser extravagante está bien. – Bromeó Qi Xiu Yuan. Se dio la vuelta y recogió lo que había preparado. – Hace un par de días fui de viaje de negocios a Yuncheng. Este es un producto local de allí. Dicen que se hace con un árbol caoba de cien años y que protege de los malos espíritus. He comprado tres: uno para mí, uno para una compañera y este quería dárselo a usted.
Xiao Li miró como absorto durante un rato, algo pasmado por el regalo. Quería decir algo pero, en lugar de eso, lo recibió con una sonrisa surcando sus labios de nuevo.
Xiao Li examinó la carta que les había dado el camarero con atención.
Qi Xiu Yuan explicó:
–Esto es de un amigo mío. Todo lo que hay son comidas simples caseras, pero tienen muy buen sabor.
Qi Xiu Yuan no sabía por qué pero después de decir aquello la expresión de Xiao Li se tornó algo extraña. Parecía aliviado aunque algo decepcionado.
Xiao Li pidió dos platos rápidamente y le pasó la carta a Qi Xiu Yuan. Xiao Li levantó la cabeza mientras Qi Xiu Yuan miraba la carta y repasó el local.
–Es un sitio bonito y con buenas vistas.
–No hace falta que sea educado, usted ha estado en muchos sitios de alta categoría, ¿de verdad le gusta esta tiendecita? – Dijo Qi Xiu Yuan en un tono bromista permitiendo que una sonrisa cálida asomase en su rostro.
Al parecer, a Xiao Li no le gustaba ese tema así que se limitó a estar callado. Qi Xiu Yuan no pudo evitar entristecerse como si hubiese dicho algo malo. En realidad, había escogido aquel lugar porque era su favorito al igual que el sitio donde estaban sentados.
El asiento estaba de cara a un ventanal del balcón y, a lo lejos, se podía ver el rio de la ciudad. El viento transportaba un vapor húmedo que se dispersaba continuamente por el aire que rodeaba el cielo. De vez en cuando también se podía apreciar los cantos de algunas aves acuáticas.
Hacía mucho tiempo, la primera vez que se sentó en aquel lugar, decidió que si en el futuro tenía pareja, alguien a quien quisiera, le llevaría allí. Se sentarían juntos, charlarían tranquilamente mientras sus miradas se encontraban en mutuo acuerdo. Sin embargo, en aquel momento ese no era el caso. Mucha cortesía, muy poca intimidad. Y así, la comida llegó a su fin.
Qi Xiu Yuan habló un poco de su experiencia en Yuncheng y sobre anécdotas de su trabajo. Xiao Li le escuchó alegremente y ocasionalmente opinaba, no obstante, en cuanto a sus propios asuntos, Xiao Li apenas dijo nada.
Qi Xiu Yuan sintió que algo no iba bien, pero no consiguió saber desde cuándo las cosas habían empeorado.
Xiao Li, al salir juntos del local después de comer, dijo:
–Profesor Qi, ¿quiere que le lleve?
Por desgracia, Qi Xiu Yuan sólo pudo contestar:
–No hace falta, todavía tengo que hablar de una cosa con mi amigo, pero… – Xiao Li le miró. – Como mínimo somos amigos, ¿no? – Dijo Qi Xiu Yuan. – ¿Puedes evitar dirigirte a mí con el “usted” o con lo de “profesor Qi”?
Xiao Li reflexionó unos segundos.
–De acuerdo.
Entonces, se despidieron y tomaron caminos diferentes.
Xiao Li anduvo hasta su coche y cuando llegó hizo una llamada.
–¿Feng Qiang? Soy Xiao Li… No, no. Me gustaría que te ocuparás de algo para mí. ¿El distrito norte sigue siendo tu territorio o ha cambiado el líder? En la calle Linjiang hay una tienda que se llama: “La casa de té: rio de la esperanza”. No ha pasado nada por ahí últimamente, ¿no? Ah, ya veo. Pues acuérdate del nombre de este sitio y vigílalo un poco más. No, no es mío. Pero me han pedido ayuda. ¿Qué amante? No saques conclusiones como si nada. ¿Te crees que soy como tú? Sin problemas. Ven al distrito Este tanto como quieras a mandarme.
Después de colgar miró el paquete que tenía en las manos donde ponía: “Especialidad de Yuncheng”.  Estimó lo lejos que estaba la papelera más cercana, pero en el último momento, abrió la puerta del coche y lo tiró en el asiento del acompañante.

*        *        *        *

–No esperaba que me invitaras. – Qi Xiu Yuan cogió la taza de café y le dio un sorbo. – ¿Susu lo sabe?
–Lo sabe. – Xiao Yang se sentó derecho con expresión solemne. – En realidad, Qi ge, lo has sabido siempre, ¿verdad? Que yo y Susu seguimos juntos.
Qi Xiu Yuan asintió y Xiao Yang prosiguió.
–Hoy quería discutir una cosa contigo. Puede que me lleve a Susu conmigo.
Qi Xiu Yuan frunció el ceño.
–¿Qué significa esto?
–La empresa quiere transferirme a una provincia diferente durante tres meses. Conozco a uno de los superiores de allí así que estoy seguro que podré quedarme y el sueldo tampoco está mal. Quiero quedarme allí. Si las circunstancias me lo permiten, quiero llevarme a Susu conmigo. – Xiao Yang le miró con cierto nerviosismo y temor. – Susu y yo lo hemos estado hablando y hemos decidido prometernos antes de que me vaya.
–No hace mucho que Susu es adulta, ¿no estás muy ansioso? – Qi Xiu Yuan alzó las cejas y le miró. – Y además, Susu nunca se ha alejado de sus familiares. ¿No te importa que yo me preocupe estando tan lejos?
Xiao Yang explicó con tono sincero.
–Sabemos que Qi ge se podría oponer, pero confía en mí, creo con todo mi corazón que Susu es la persona a la que más querré en esta vida. Nunca la dejaré marchar ni la decepcionaré.
Qi Xiu Yuan no dijo nada.
–Qi ge, entiendo lo mucho que la quieres pero yo también la querré tanto. Si hiciera algo que la hiriese, dejaré que me castigues. Además, si nos vamos a otra provincia el motivo por el que no querías que estuviéramos juntos ya no existirá. Qi ge, piénsalo.
–Déjame serte sincero, Xiao Yang. La razón por la que no quiero que salgáis no es tan simple. Espero que ya que has sacado el tema puedas aclarar una de mis preocupaciones. – Qi Xiu Yuan le miró directamente a los ojos.- Sé que tus padres están muertos y es obvio que todos tus gastos los ha pagado tu hermano. Ahora tienes trabajo y quieres llevarte a tu novia y alejarte de todo. Puede que no sea agradable que sea yo quién te lo diga, pero creo que eres un ingrato. No conozco tus asuntos familiares, pero me temo que tu actitud desagradecida caerá sobre Susu.
La complexión de Xiao Yang fue empeorando conforme iba escuchando sus palabras. Por fin, muy lentamente, dijo:
–Qi ge, sé ser agradecido. Soy el hermano pequeño de Xiao Li, pero también soy alguien capaz de distinguir entre lo bueno y lo malo. No creo que deba quedarme al lado de un mafioso sanguinario. No estaré al lado de alguien malo, ni ayudaré a un tirano.
Qi Xiu Yuan sacudió la cabeza.
–¿Alguien nacido en el mundo criminal es capaz de criar a su hermano pequeño para que sea capaz de distinguir entre el bien y el mal? No me digas que esto no es algo de sentido común. Desde mi punto de vista, tu hermano no ha hecho nada por lo que tuviera que pedirte perdón.
Xiao Yang resopló burleta.
–Hay muchas cosas por las que debería hacerlo. Pero no quiero contártelas. – Xiao Yang suspiró. – Qi ge, de verdad, he venido aquí a hablar las cosas contigo, respeto tus opiniones, pero comprometernos es cosa de Susu y mía. Si ella quiere casarse conmigo y yo con ella, tu opinión no cuenta.
Qi Xiu Yuan se rio con frialdad.
–¿Qué? ¿Quieres competir para ver quién tiene más influencia en Susu?
Xiao Yang levantó la cabeza.
–No osaría. Pero tengo otra cosa de la que hablarte. Si tan honrado eres, ¿por qué te has aprovechado de mi relación con Xiao Li y le has pedido ayuda?
–¿Qué has dicho? – Qi Xiu Yuan le miró atónito.
Xiao Yang resopló.
–Eres el hermano de Susu, así que no me importa ayudarte, pero sin que lo supiera, has usado mi nombre para pedirle a Xiao Li que te ayudase a comprar una puta. También le has pedido que ayude a tu amigo, el dueño, a conseguir más patrones. Creo que tu forma de ocuparte de los asuntos es–…
–¡Para, para, para! – Qi Xiu Yuan no podía creérselo. – ¿Qué acabas de decir? ¡Repítelo!
–¿No sabes lo qué has hecho? – El aspecto de Xiao Yang era algo frío.
Las cejas de Qi Xiu Yuan se alzaron con incredulidad.
–¿Quién te ha dicho esto?
Xiao Yang se enfadó todavía más al escuchar su pregunta.
–Has hecho creer a Xiao Li que yo le he pedido ayuda, entonces, uno de los miembros del grupo vino a buscarme y me lo contó. Una puta… Un hombre. ¡Y te atreves a criticarme! – Su tono era todavía más duro y rígido. – No quiero tener el más mínimo contacto con Xiao Li, así que no vuelvas a irle a buscar.
La sien de Qi Xiu Yuan volvió a su forma original mientras le contemplaba. Estaba digiriendo lo que Xiao Yang le acababa de decir.
Xiao Yang se sentó derecho y muy quieto, esperando su respuesta. La apariencia de Qi Xiu Yuan se calmó, miró a Xiao Yang y rio suavemente.
–Si quieres creerte todo eso, adelante. Ahora mismo sólo tengo dos cosas que decirte: la primera es que no apruebo lo de Susu, y que si quieres competir conmigo para ver quién tiene más influencia en Susu tendrás que apoyarte en tus habilidades. –Dicho eso, se levantó y le dedicó una mirada condescendiente a Xiao Yang.– La segunda es que si quiero o no ver a Xiao Li es cosa suya y mía. Si quiero verle y él quiere verme a mí, tu opinión no importa.
Al terminar, le echó una mirada a Xiao Yang y se volvió para marcharse.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images