Capítulo 6

junio 18, 2017


Dos meses más tarde se hizo un examen oficial en la escuela y por eso, todos los institutos tendrían que recuperar clases los fines de semana.
Como Qi Xiu Yuan era soltero no era la gran cosa para él y no le importaba mucho. Lo único especial de aquello era que tendría que trabajar esos días.
Hasta que no llegó al lugar no se percató de que se trataba del “examen de integridad” que tenían que pasar algunos oficiales del gobierno.
El examen era horriblemente aburrido y lo peor de todo era que los oficiales del gobierno hacían trampas sin esconderse. Qi Xiu Yuan comprendía que era lo normal, así que pretendió no ver nada. En realidad, ver a todos aquellos ricachones inclinándose sobre los escritorios de una clase de primaria no era tan aburrido.
Al terminar el examen, recogió los exámenes, los selló y juntó, después recibió su paga y dejó que todos los presentes se marcharan.
A pesar de que Qi Xiu Yuan maniobró a través de la gran cantidad de coches de alta gama que estaban aparcados delante de las puertas de la escuela, no consiguió salir. Mientras caminaba, se preguntó qué podía comprar con el dinero que acababa de recibir y, como no prestaba atención se chocó con otra persona.
-Perdona. ¿Hey?
En cuanto Qi Xiu Yuan alzó la cabeza, se quedó atónito. El joven de una altura similar a la suya, pantalones vaqueros, una camiseta de manga larga y de apariencia amable era… Si no fuera por la cicatriz en su rostro Qi Xiu Yuan hubiese pensado que se había equivocado de persona.
Xiao Li le echó un vistazo y se hizo a un lado, dejándole pasar. No le reconoció.
Qi Xiu Yuan no se movió. Por supuesto, podría haberse limitado a seguir andando, comprar algo en el mercado y volver a casa a hacer la comida, pero sin comprender ni saber qué fue, algo le impulsó a abrir la boca y hablar.
-Señor Li, ¿no me reconoce?-Escuchó el sonido de su propia voz. El tono estaba cargado de familiaridad, como si fuera alguien cercano a Xiao Li.
Xiao Li le miró, sorprendido y unos instantes más tardes dijo:
-Profesor Qi, ¿también participa en el examen?
-He venido a vigilar.-Qi Xiu Yuan tenía mucha curiosidad.-¿Cómo puede ser…? ¿Puede ser que usted esté aquí por el examen?
-No, he venido a recoger a alguien.-Contestó Xiao Li.
-¿A quién?-En cuanto esas palabras escaparon de su boca, Qi Xiu Yuan quiso retirarlas y marcharse.
Xiao Li parecía todavía más sorprendido.
Qi Xiu Yuan ni siquiera tuvo tiempo de decir algo como: “lo siento, no pasa nada si no me lo quiere decir”, antes de que Xiao Li respondiera.
-El amigo de nuestro jefe.
-¿Hay un jefe por encima de usted?-Qi Xiu Yuan estaba extremadamente sorprendido y su siguiente reacción tenía mucho énfasis.-¿Su jefe es un oficial del gobierno?
Al parecer a Xiao Li le divertía la expresión de su cara.
-Por supuesto que tengo un jefe, pero no es un oficial. Hoy estoy aquí para recoger a su amigo.
-Oh.-Qi Xiu Yuan asintió.
Ambos se miraron con consternación, sin saber qué decir durante unos segundos. Qi Xiu Yuan no pudo evitar recordar la escena a la que se había enfrentado cuando había ido a ver a Xiao Yang al hospital. Sin embargo, la diferencia era que en aquel momento no quería marcharse.
-Profesor Qi, ¿hay algo más?-Preguntó Xiao Li.
Qi Xiu Yuan reflexionó, intentó cambiar y pensar en ello desde todas las perspectivas pero no consiguió nada. Sin ninguna opción mejor, miró a Xiao Li, sonrió y dijo:
-Pues me iré yendo. Hasta la próxima, adiós.
-Adiós.
Después de caminar un poco más, Qi Xiu Yuan giró la cabeza para echarle otro vistazo a Xiao Li que seguía de pie en el mismo sitio con las manos en los bolsillos del pantalón. Estaba muy erguido, parecía un joven hecho y derecho.

*        *        *        *

Qi Xiu Yuan se pasó toda la tarde pensando en la espalda ancha del joven. Qi Susu, después de cenar, se abrazó a un cojín y se dedicó a mirar una serie de ídolos mientras su hermano caminaba de un lado al otro, escogiendo dos atuendos del armario.
-Susu, pueda que vuelva tarde, no hace falta que me esperes.
Qi Susu accedió con los ojos todavía pegados al televisor.
Qi Xiu Yuan salió a la noche relajado, caminando por la carretera y, hasta que no se adentró bien en los caminos no levantó la mano para parar a un taxi.
Cuando el conductor escuchó el nombre del lugar al que quería su expresión se retorció ligeramente. Qi Xiu Yuan le entendió, después de todo, no había muchos que quisieran ir a un bar gay.
Los dos primeros años después de graduarse, había jugado como loco. Más tarde, se dio cuenta y concluyó que tenía que ser un buen modelo a seguir y además, su hermana se mudó a vivir con él. Así que no le quedó de otra que tener más cautela en cuanto a sus comportamientos y sus salidas disminuyeron drásticamente. No obstante, aquel día no pudo contenerse. Qi Xiu Yuan se pasó la mano por el bajo vientre. Una emoción indescriptible excitaba su pecho, irritándole. Y lo peor de todo, le hacía anhelar el calor de otra persona.

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