Capítulo 13

septiembre 25, 2017

–No te puedes ni imaginar de lo que se siente cuando te encierran en una caja de metal dos días y dos noches. – Xi Yan le da una buena calada a su cigarro. – No serías capaz de comprender el miedo y la locura que sientes cuando no puedes controlar los fluidos de tu cuerpo que no dejan de salir, ni lo que es tener que vivir en ese espacio reducido con tus heces a oscuras. Apestando. Totalmente a oscuras, lleno de desesperación. Cuando le pasó eso era su noveno cumpleaños. No hubo velas, ni pastel, sólo soledad y una caja de metal apestosa. – Exhala. – Le dejaron dentro de la casa sin nada que comer, sólo podía beber agua. Por desgracia, cuando su madre volvió no hubo pastelitos, como había pensado, sólo unos buenos azotes antes de irse a dormir. El niño escapó para ir a por su padre y a su hermano mayor, pero le echaron porque era pequeño, delgado y apestaba… Cuando el jefe de la mafia murió por enfermedad hubo un problema con la sucesión. Todos recomendaron al hermano del niño porque era listo, bien educado y cuidadoso, además quería a su madre y al difunto jefe. La prostituta no estaba dispuesta a permitirlo, así que, como último recurso envió al niño de diez años a un campamento de asesinos. El niño no quería irse. Lloró y rogó, pero su madre le dio una patada y le dijo: “estoy haciendo todo esto por tu bien, ¡es porque te quiero!”. – Xi Yan, con esto, se termina el primer cigarro, así que saca el segundo y lo enciende. Le da una calada y continua. – Un campamento para asesinos. ¿Qué clase de sitio es? Es una isla desierta donde la gente muere cada día. Los niños duermen el gallinero y, en cuanto abres los ojos, debes estar alerta porque nunca sabes cuándo se te va a subir una rata al estómago para comerse tus órganos. Si mueres, bueno, es simple, o te tiran al bosque o te dan a los tigres o a los tiburones. El joven amo se alimentó de ratas y hierbajos. Un año después, mató por primera vez con una daga: mató a la primera persona que le robó la carne. El joven amo ya tenía doce años y había aprendido a protegerse… A uno de los instructores le gustó el joven amo. Una vez, le puso debajo de él mientras no dejaba de repetir que le amaba y con un cinturón de cuero empezó un juego sexual de sadomasoquismo. Por suerte, a ese instructor sólo le gustaba el sadomasoquismo. Oh, le encantaba usar la pistola paralizante y ver las convulsiones y los espasmos de los jóvenes. La parte buena, es que a ese instructor quiso montar a un mocoso apestoso, sin embargo, el joven amo pudo ver cómo se lo hacían a otra con sus propios ojos. La chica no dejó de mirarle a los ojos con una mirada de ruego, de llorar pasó a suplicar y de ahí, a reírse histéricamente. Desesperación y terrible locura. La cosa siguió hasta que los ojos de la chica se pusieron en blanco y no volvió a hacer ningún ruido. El joven amo cumpliría los quince ese año. Después de todo eso, el joven usó su cuerpecito para rescatar, persona tras persona, a unos que deberían haber muerto en la boca de un tigre. Yo fui uno de ellos. Nos unimos. Le protegimos y nos protegió.  – Volvió a echar una caladita. – Cuando el joven amo cumplió los veinte, se sirvió de un cuchillo y nos dirigió para destruir esa isla y matar a todos los instructores. Nos trajo a todos los que estábamos ahí, que ya teníamos un poco de neurosis, y nos dio cobijo. Este año, a sus veintitrés años, el joven amo salió herido de una emboscada de su hermano, pero nos envió un mensaje diciéndonos que estaba bien y que no teníamos que sacar las cosas de quicio porque había encontrado a alguien a quien amaba de verdad. Ese eres tú. Si le hubieras dejado ahí o le hubieras apartado, te aseguro que tu vida seguiría siendo la misma, pero le tendiste la mano, cosa que no deberías haber hecho. Tampoco deberías haberle dado cobijo. Le diste demasiado sol. – Xi Yan tira la colilla al suelo y la pisotea con los zapatos de cuero. Me mira con cierto brillo en los ojos y dice. – El joven amo no ha sentido jamás lo que es el verdadero amor, así que ha usado este método para conseguirte. Recoges lo que siembras. A los ojos del joven amo, cuánto más le quiere, menos controla la severidad y la dureza de sus métodos. Las heridas de tu cuerpo son más que suficiente para demostrar lo importante que eres para él. Esto no había pasado nunca. Es cierto que a veces es muy violento y que no controla la fuerza, pero le respetamos muchísimo. Puede ser anormal, pero sigue siento la persona que más respetamos y por la que estamos dispuestos a poner en peligro nuestras vidas. Lo mejor sería que no le desafiaras. Si no, te podría hacer cualquier cosa. También espero que puedas salvar a nuestro joven amo y le permitas sentir lo que es el amor de verdad. La razón por la que te he contado su pasado es porque le has dado esperanzas y no deberías hacerle daño por ello.
Xi Yan asiente cuando termina su discurso y se marcha, dejando el olor a tabaco en la habitación.
Me siento en el sofá y reflexiono sobre lo que me contó CanSheng.
Mi madre me ha querido siempre. Tenía miedo de que me mataran, así que le pidió a un profesor que me enseñase defensa personal. Desde entonces empecé a tener heridas por todas partes. Sé que hizo todo eso porque me quiere. Tengo un hermano mayor, pero creo que no me aprecia demasiado. Pero mamá dice que mientras sea más fuerte que él, me respetará y me querrá. Así que, para gustarle a mi hermano, mamá me envió a una isla pequeñita. La isla tenía bosques, flores y hierba; un paisaje precioso y un mar azul. Había un profesor que me enseñó a matar gente. La vida era muy dura, pero sé que mamá lo hizo por mi bien, así que luché y me esforcé por sobrevivir.”
Ahora no cabe duda del por qué insiste tanto en comer carne, del por qué es tan frágil de noche, del por qué le teme a los rayos. No cabe duda de por qué es tan ansioso y del por qué no soporta alejarse de mí.
Ahora que pienso en la luz que suele usar: “la luz no puede verme”, debe ser por lo de esa caja metálica…
CanSheng, ¿si culpases tu pasado, te destrozarías?
Esta noche, observo a CanSheng con intensidad cuando abre la puerta y pasa.
Se queda a la luz nocturna, con el pelo demasiado largo tapándole sus hermosos ojos y su refinado mentón. Lleva una camiseta blanca ajustada. Es tan alto y grande que parece demasiado delgado. ¿Cómo ha podido sobrevivir tantos días y noches con semejante dolor y oscuridad en su ser?
¿Cómo sobrevivió los diez años que pasó en la isla? Está en la edad de quedarse mirando la ventana, con el rostro al viento, rememorando su juventud con una sonrisa.
CanSheng, CanSheng… Haces que me duela demasiado el corazón…
No sé si mis sentimientos son frutos de la simpatía o si me he enamorado de verdad de este mocoso. Sólo sé que quiero verle sonreír de verdad, quiero que experimente sentimientos de verdad, quiero que olvide el pasado al que apenas puede mirar…
–Bienvenido a casa. – Digo en voz baja.
Y entonces, me empiezan a caer lágrimas por la cara.
Él se limita a mirar cómo me recorren el rostro, una a una, antes de lamerlas.
–¿Qué pasa, YunSheng?
Le beso en los labios y le digo:

–No te abandonaré jamás. 

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