Querido señor presidente, ven a dar un paseo conmigo.

Pretendamos que sólo somos dos personas y que usted no es mejor que yo.

Si podemos hablar  sinceramente, me gustaría hacerle unas cuantas preguntas.

¿Qué sientes cuándo ves a un vagabundo en la calle?

¿A quién le rezas de noche antes de ir a dormir?

¿Qué sientes cuándo te miras al espejo?

¿Estás orgulloso?

¿Cómo duermes mientras el resto de nosotros lloramos?

¿Cómo sueñas cuando una madre no tiene la oportunidad de despedirse?

¿Cómo caminas con la cabeza en alto?

¿Puedes, siquiera, mirarme a los ojos

y decirme el por qué?

Querido señor presidente, ¿eras un chico solitario?

¿Eres un solitario? ¿Eres un solitario?

¿Cómo puedes decir: "ningún niño se deja atrás"?

No somos tontos y no estamos ciegos.

Están todos sentados en tus celdas

mientras tu pavimentas el camino al infierno.

¿Qué tipo de padre le quitaría los derechos a su propia hija?

¿Y qué tipo de padre odiaría a su propia hija si fuera gay?

Sólo puedo imaginarme lo que la primera dama tiene que decir.

"Tienes un buen recorrido con el whiskey y la cocaína".

¿Cómo duermes mientras el resto de nosotros lloramos?

¿Cómo sueñas cuando una madre no tiene la oportunidad de despedirse?

¿Cómo caminas con la cabeza en alto?

¿Puedes, siquiera, mirarme a los ojos?

Déjame hablarte del trabajo duro,

del sueldo mínimo con un bebé de camino.

Déjame hablarte del trabajo duro,

de reconstruir tu casa después de que las bombas se la llevaran.

Déjame hablarte del trabajo duro,

de construir una cama con cajas de cartón.

Déjame hablarte del trabajo duro,

trabajo duro,

trabajo duro.

No sabes nada de trabajar duro,

trabajar duro,

trabajar duro.

¿Cómo duermes de noche?

¿Cómo caminas con la cabeza en alto?

Querido señor presidente,

nunca darás un paseo conmigo,

¿no?