Prólogo

septiembre 05, 2017

La habitación no estaba oscura, así que podía ver perfectamente las rayas de las marcas del cuchillo que había trazado por mi cuerpo. La piel que rodeaba las cicatrices estaba separada en dos, dejando a la vista la tierna carne de los músculos internos con minúscula s perlas de sangre embelleciendo la pálida piel blanca.
Él dijo que este tipo de escena era tan hermosa que no podía controlarse, pero creo que nunca ha conseguido controlarse con mi cuerpo. Las magulladuras en mi rostro y cuerpo son pruebas del abuso tiránico que he soportado…
No puedo escapar. No hay motivo para ello.
Hace un año me desgarró el tendón de Aquiles, llevándose con él mi habilidad de correr y andar. El yo de ahora sólo puedo caminar distancias cortas muy lentamente.
Nadie puede salvarme dentro de esta habitación reservada para el jefe de la mafia de mayor rango entre sus cuarteles. Yo… tampoco puedo salvarle a él.
Tiene una enfermedad incurable porque, a sus ojos, el amor es igual a violencia que, a su vez, es igual a herir.
–Eres tan hermoso, YunSheng. – Dice.
Entonces, me abre las piernas, sonriendo mientras siente las palabras: “Ye CanSheng” que están grabadas en la parte interna de mi muslo. Me mira con satisfacción y dice:
–Eres mío.
Después de eso, entra en mí como si fuera lo más obvio del mundo. Al mismo tiempo, clava sus dientes en mi hombro. Noto el hedor a sangre fresca, oigo el sonido de la sangre cayendo y la carne separándose… Me digo a mí mismo que esta es su forma de demostrar amor. Está delante de mis ojos, temblando. Esta habitación de la que no puedo escapar es sorprendentemente grande, asombrosamente hermosa y aterradoramente vacía…
¿Cuánto tiempo he estado aquí encerrado? Seguramente, mucho. Lo he olvidado…
–YunSheng, YunSheng…
Me penetra, repitiendo mi nombre excitado mientras el cuchillo que lleva en la mano vuelve a cortar mi cuerpo roto, dejando rastros de sangre. Le gusta así, le gusta abusar de mi cuerpo, dejar marcas como el sello que grabo personalmente en mi pierna. Su nombre: Ye CanSheng.
–Estoy aquí. – Abrazo su cabeza morena con dulzura, y pronuncio mis palabras con una voz ronca y fea. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablé.
–Te he destruido… – Dice.
–Lo sé.
Lo sé. Él es quien ha destruido mi cuerpo que, para empezar, no podría haberse considerado hermoso. Él es quien ha destruido mi vida que, para empezar, no era tan buena.
Si no te hubiese recogido del montón de basura en aquel entonces; si no hubiese descubierto las incontables cicatrices de tu cuerpo; si no hubiese dicho ese tipo de palabras; si te hubiese dejado atender esa llamada… ¿Nada de esto habría ocurrido?
Nuestro encuentro es demasiado dramático, nuestro final demasiado oscuro. CanSheng, CanSheng…
Mis lágrimas caen sobre las sábanas negras creando piscinas y más piscinas de agua.
CanSheng… Al final, no he podido salvarte…
Siendo así, soportemos este enfermizo amor tiránico juntos.  No pasa nada. Si tiene que destruirse, que se destruya. No te angusties.
Me llamo Fang YunSheng, su nombre es Ye CanSheng. Nuestro amor es enfermizo y tiránico, es incomprensible para el mundo.

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