Capítulo 16

octubre 08, 2017

Cuando me despierto por la mañana veo a Ye CanSheng sentado al lado de mis pies, sujetándome los tobillos, soñando despierto. También sujeta la cadena que lleva tres días atada a mi tobillo.
Su expresión muestra su dilema, y es lo que toca, la piel alrededor de la cadena se ha desgastado bastante. Los últimos dos días he usado la cadena para pagar mi enfado, así que las heridas son bastante severas.
Hay que ser muy cruel para volver a ponerme la cadena.
Todavía veo a CanSheng como un niño. Tiene las cejas algo juntas con una expresión de molestia, también juguetea con la cadena de vez en cuando. Eso me enciende y le doy una patada en la cara.
Está claro que Ye CanSheng se ha entrenado: me coge el pie, lo baja y gira la cabeza para mirarme. Un par de ojos negros me contemplan directamente y, él, se ruboriza un poco como un niño al que han pillado con las manos en la masa. No dice nada.
Sé que está dudando sobre si atarme o no.
Me estiro y me rasco la cabeza, tengo el pelo – demasiado largo – echo un desastre. Me he dormido con el pelo mojado, así que, me puedo imaginar qué nido debo tener en la cabeza. Esta es una de las razones por las que tener el pelo suave no es bueno.
Bostezo y desvío su atención.
–¿No vas a decir nada en un momento así?
Ye CanSheng piensa unos instantes, totalmente serio dice:
–Te amo.
Estallo en carcajadas y le tiro del pelo, que tiene tan echo un desastre como el mío, acercándome su cabeza a la mía para poder besarle como se debe antes de educarle.
–En un momento así, tienes que decir: “buenos días”.
Me suelta el pie, deja caer la cadena de la mano y me mira con solemnidad. Entonces, extiende la otra mano y me sujeta la cara con seriedad. Se acerca a mi rostro y sus labios entran en contacto con la esquina herida de los míos. Siento como su lengua lame sensualmente la herida.
Entonces, me suelta y ese par de bellos ojos negros me contemplan.
–Buenos días, YunSheng.
Sus movimientos acaban de ser muy sensuales, no obstante, su expresión es muy pura.
Aparto su cara y me entierro en las sábanas, ruborizándome y maldiciéndome a mí mismo en silencio. ¿Cómo puedo ponerme cachondo nomás levantarme?
En cuanto me meto debajo de las mantas, oigo el sonido de la cadena y todo mi cuerpo vuelve a estirarse como una flecha. Me pongo derecho e, inmediatamente, retiro el pie, y tal y como he predicho, Ye CanSheng me mira con cierto fulgor. ¡O sea, que me va a volver a atar de verdad!
–YunSheng…–Empieza.
–¡En tus sueños! – Grito.
Él se siento como si le hubiera agraviado.
En circunstancias normales, nadie adivinaría que Ye CanSheng está mal, de hecho, es mucho más infantil que otros. Anhela tu cuidado y atención pero, cuando lo ve, si cabe la posibilidad de que no seas suyo o, simplemente, no le mires, te hará daño y cometerá atrocidades para hacerte comprender que le perteneces y que sólo puedes amarle a él hasta el punto que le mires a él y sólo a él.
Esta sensación te asusta, pero, al mismo tiempo, te da seguridad.
Tengo el cuerpo entumecido y me siento débil. Me apoyo contra la lujosa cama y juego con el pelo de Ye CanSheng mientras éste observa mi tobillo con intensidad.
Es el tipo de mirada que parece que puede ver a través de ti y que te incomoda de los pies a la cabeza.
Le tiro la manta encima y me envuelvo mi propio tobillo.
–¡No te voy a permitir usar cadenas!
–Puedo cambiar el tipo.
–Ese no es el problema. – Sigue sin soltarme. – No te voy a hacer más daño.
Esto me da curiosidad.
–¿Y qué vas a hacer?
–No te haré daño si te pongo una de cuero…
La realidad demuestra que no debería haberle mimado. Después de esto, me tapo con las sábanas y le ignoro durante dos horas, tras lo cual, él acaba tirando la cadena en silencio.

*        *        *        *

No me dí cuenta hasta haberle comprado comida y haberle acogido de que, tener esta “cosa” conmigo era un reto.
Nunca se sabe dónde podría saltar un gato salvaje y atraer su atención, y cuando uno lo hizo, tuve que seguirle por más de la mitad de los mercados nocturnos para perseguirlo.
Cuando por fin le atrapé, con mucha dificultad, él preguntó con total seriedad:
–¿Puedo adoptarte?
El gato se asustó y huyó.
Aquel día vi una débil sonrisa en el hermoso rostro de Ye CanSheng. Bajo la tenue luz del mercado nocturno[1], era hechizante y oscuro. El viento levantaba su pelo negro y, entonces, pude oler su champú.
Al principio quise preguntarle qué champú usaba, pero entonces, me di cuenta que esta “cosa” usaba el mismo que yo.
Entonces, ¿por qué el peinado de Ye CanSheng está siempre tan pulcro, mientras que el mío parece un nido de pájaros?

*        *        *        *

Ye CanSheng me mira varias veces e intenta ahogar la risa.
–¿De qué te ríes? ¿Eh?
–Tú… Eres muy guapo. – Su rostro sigue sonriendo.
–¡Si soy guapo, ¿por qué te ríes?!
Es muy directo. Me abraza la cabeza, me besa y sigue intentando controlar la risa.
Aparto su cabeza, giro por una esquina y me encuentro un montón de señores asustados que venden calamares.
Para compensarles mentalmente, les compro diez brochetas de calamar. Le doy cinco a CanSheng y, las otras cinco, a XiYan que ha estado siguiéndonos todo el rato. Éste, se sorprende momentáneamente, seguramente porque no debía pensar que podría descubrirle. En realidad, se esconde muy bien, pero cuando CanSheng ha sonreído se ha quedado en medio de la calle, inmóvil.
Sonrío mientras le dejo las brochetas en la mano.
–Invito yo.
Tira la colilla del cigarro al suelo, coge las brochetas y me contesta con una sonrisa:
–A la próxima, acuérdate de añadir tabasco.
Asiento y respondo:
–A la próxima, pagas tú.
Ye CanSheng muerde el calamar mientras me mira caminar hacia él. No muestra ninguna expresión en particular, pero sé que está muy feliz.
Cuando me dirijo hacia él, está al lado del vendedor, pidiéndole más calamar. Le pregunto por qué nunca lleva dinero.
–El joven amo no sabe usarlo. – responde XiYan. – Normalmente, se lo da a su lacayo de confianza y él es quien lo reparte con nuestros hermanos de menor rango.
–¿Cómo tú, por ejemplo?
–Sí, todos tenemos una parte: LaoDong, LaoNan y LaoBei.
Decido dejar que XiYan pague por todo desde ahora cuando salgamos.
Ye CanSheng, cuando llega la noche, me abraza mientras duerme. Me acaricia la parte superior de la cabeza con la barbilla y dice:
–YunSheng, ¿adoptamos un gatito…?
Aunque me importa que este muchacho sea más alto y fuerte que yo, hasta que no desliza las manos dentro de los pantalones no salgo de mi aturdimiento, le cojo la mano y le digo:
–Si hoy no me tocas, vale.
La cosa de sus pantalones se detiene detrás de mi espalda tras esta frase. Le suelto, pero antes de tener la oportunidad de sentirme orgulloso, me rompe los pantalones de un movimiento y me pone debajo de él. El sonido de su voz resuena en mis oídos.
–Aun así, te quiero.
Esta noche no pierde mucho el control, pero no cambia esa mala manía de morderme como un perro, como un lobo en celo.
Le miro la cara, cuando me abre las piernas y me viola con ansía, y le chincho a propósito.
–Seguramente, ah… En mi cuerpo… Morirás de tanto sexo…
Esta frase le hace volver en sí, irgue la espalda y me mira. Su cabello negro es increíble debajo de la luz de la luna, es como si la luz de la luna estuviera escondida en su piel.
Me coge el miembro y me sorprendo. Mi abdomen se tensa de inmediato, me aferro a su muñeca con ambas manos y sacudo la cabeza para que pare. Sin embargo, me controla las dos manos con una suya, la fuerza que emplea es demasiado grande. Reprime mi rebelión como si fuera pan comido.
Me posiciona las manos por encima de la cabeza y se lame los labios con malicia, es como su firma ya. No obstante, da igual cuántas veces lo haga, sigue teniendo un sabor distinto.
Araña mi miembro, que sigue en su mano, con las uñas de las manos de una forma algo cruel. Mi cuerpo desnudo tiembla sin parar bajo sus burlas despiadadas. Tiene todo mi cuerpo bajo control.
Aunque duele mucho, la sensación que viene después del dolor es todavía más seductora. Tengo la boca totalmente abierta, jadeando pesadamente.
–CanSheng, para… Oh… Para, para ya…
Retuerzo y giro mi cuerpo para intentar escapar de su agarre, pero cuánto más lucho, más se excita y más fuerza ejerce. A veces, hasta me pega. Un lado de mi cara sigue hinchado porque la última vez me pegó.
Mi pelea acaba siendo inútil, y tengo la firmeza de que si esto continua, acabaré convirtiéndome en un masoquista: en el masoquista de Ye CanSheng.
Ye CanSheng me mira como si estuviese muy borracho, aun con esas, me aferro a él con una expresión dolorida. Una vez más, me lo araña con las uñas. Hasta llega a pinchar el agujero de allí abajo y, entonces, llega al clímax mientras mira mis lágrimas de dolor y sufrimiento.
Le gusta usar la violencia para demostrar su amor.
Nunca había experimentado esta forma tan violenta de hacerlo, con dolor, con daño. Pero Ye CanSheng me dice que así es cómo expresa su amor… Y por eso, tengo que soportarlo, porque me ama y yo he escogido amarle también.

*        *        *        *

Cuando me levanto al día siguiente, ya es por la tarde. No llevo nada de ropa, sólo una sábana fina.
No entiendo cómo Ye CanSheng puede tener tanta estamina, aunque hacemos lo mismo, siempre que me despierto me lo encuentro mirándome lleno de energía mientras que yo sigo aún medio perdido.
Al salir de la habitación me lo encuentro con algo en brazos. ¿Qué es?
–Guau. Guau.
Cuando esa cosa me ve, alza la cabeza por encima de los brazos de CanSheng y me ladra dos veces.
Joder, es un perro… ¿Un cachorro de Golden Terrier?
–¿Te he dicho que podíamos criar un perro? – Levanto la cabeza y me frotó la frente por el dolor de cabeza.
La camiseta que tenía mal abrochada me cae de un hombro. Ando y me siento a su lado. Acaricio la cabeza del perro, que no es tímido con los desconocidos y que mueve la cola de regocijo.
–Como no me dejas tener un gato…
La mano que tengo sobre el Golden terrier se poner rígida y levanto la cabeza para mirar a CanSheng.
No le he dejado tener un gato porque me tocó anoche, ¿pero sabes qué? Muevo los ojos.
–¡¿Cómo no te dejo tener un gato, significa que puedes tener un perro?!
–No has dicho que no.
Qué inocente. Suspiro.
–¿Te tengo que pedir perdón, pues?
–No hace falta.
–¡Niñato…!

*        *        *        *

Cuando termino de comer, me tumbo en el sofá y miro una revista de la mesa que hace mucho que no toco. No sé ni de dónde ha salido, supongo que Ye CanSheng es quien la lee. Por otra parte, el cachorrito se ha comido un par de pedazos de carne y está durmiendo feliz encima de mi estómago. Y, en cuanto a Ye CanSheng, como castigo por haber comprado un perro tiene que hacer todos los platos.
Mientras hojeo la revista, me doy cuenta que hay una página con la esquina doblada. Cuando la miro, veo muchos gatos y perros. El título es bonito: “ninguna familia está completa sin una mascota”.
Miro el título atontado, la felicidad nace en las profundidades de mi corazón, extendiéndose por cada una de mis células. Justo entonces, oigo el sonido de algo rompiéndose en la cocina. Me río y maldigo:
–¡Muchacho, por cada plato que rompas, XiYan tendrá que comprarme tres!
Cuando termino de regañarle, me cubro la cara con la revista con gentileza y las esquinas de mi boca se levantan incontrolablemente. Mis ojos se humedecen mientras acaricio el montón de pelo que tengo encima.
Una casa, ¿eh?, reflexiono por dentro.
CanSheng, tal vez, a tus ojos, soy yo quien te dio una casa, pero para mí no es así. He tenido muchas cosas como una “casa”, pero quien me ha dado un verdadero hogar has sido tú.

*        *        *        *

–¡No! ¡No! ¡Piérdete! ¡¿Quién sois?! ¡Soy Liu Lili[2], os habéis equivocado de persona!
–Liu Lili, te estábamos buscando a ti.
–¿Quién sois? ¡¿Cómo os he ofendido?!
–¡Ah…!
En un almacén abandonado a las afueras de la ciudad, los alaridos de una mujer asustan a los pájaros que volaban por ahí.
Alguien sale, después de abrir la puerta de una patada con sus botas de cuero. Se limpia la sangre de la cara con la mano. Un par de ojos miran la sangre de su mano antes de sacar la lengua y lamerla.
Después de lamerla, escupe y maldice:
–Esta sangre es asquerosa…
Saca un chicle del bolsillo y se lo tira a la boca mientras marca un número.
–Hola, XiYan. Nos hemos encargado de esa mujer.
–Caray. Ya lo sé, no tendrías que preocuparte si soy yo, LaoDong, quien se ocupa. Lo haré bien. Aunque la policía lo investigue, no será capaz de encontrar ninguna conexión con nuestro ShiNiang[3], YunSheng.
–Sí, nadie ha encontrado la localización del joven amo.
Después de colgar, el hombre se apoya contra el marco de la puerta, mastica el chicle ocioso y contempla el cielo de vez en cuando. Entonces, grita:
–¡Sed más eficientes para nuestro amo!
La línea que separa el cielo del infierno es tan fina como una puerta. Liu Lili jamás se habría imaginado que el plan de usar a su novio actual para acercarse a YunSheng y sacarse unas cuantas fotos con las que poder chantajearle iba a fallar. Tampoco espero que el hombre que la amaba tanto la fuera a rechazar. Pero, sin lugar a dudas, lo que menos se esperaba era que ese viaje le iba a costar la vida.



[1] Los mercados nocturnos en China son una de las atracciones turísticas mas coloridas de China. En estos mercados los turistas se mezclan con la gente local y se pierden en un nuevo mundo de olores y cosas inusuales; vendedores ambulantes de comida y pequeños restaurantes; negocios y tiendas que venden todo tipo de artículos.
[2] Lili Liu es el verdadero nombre de la exnovia de YunSheng.
[3] ShiNiang (师娘) es como se llama a la señora de la casa, es decir, a la mujer del jefe. 

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images