Capítulo 81: Montón de escorpiones

enero 06, 2018


–Me temo que yo no podría comer ni dormir si la persona a la que he asesinado apareciese ante mí cada día. – Li Wei Yang habló con una sonrisita. – Da Furen debe tener un corazón de acero para ser capaz de soportarlo.
–Xiaojie, no te creas las palabras de Da Furen, no creo que tenga buenas intenciones.
Ahora esta criada sabía que debía ser prudente, parecía haber progresado. Li Wei Yang miró a Bai Zhi.
Da Furen había rechazado la petición de Er Furen por fuera, pero Li Wei Yang notó su expresión. Cuando la mujer había escuchado las palabras: “asunto familiar” las esquinas de su boca se habían curvado, sin pizca de temor, como si por fin estuviese ocurriendo algo que llevase esperando. La sugerencia de Er Furen había sido oportuna. Li Wei Yang conocía bastante bien tanto a Da Furen como a Er Furen.
Er Furen era inteligente y ambiciosa. Solía estar al lado de Lao Furen todo el día, visitaba de vez en cuando a su familia y se iba a pelegrinar. Para una mujer de la capital participar en estos eventos era lo típico. Sin embargo, era una esposa más y, por tanto, por muy considerada que fuese con Lao Furen, la anciana no la favorecía.
Er Furen siempre se había enfrentado a Da Furen, no obstante, por el bien de su propio beneficio en ocasiones conspiraban juntas. La actitud de Er Furen, al principio, había sido sincera, sobretodo en sus esfuerzos de ir contra Da Furen, pero cuando Li Wei Yang había conseguido el título de Xianzhu, sus intenciones salieron a la luz y, desde entonces, la trataba de otra manera e incluso se interponía en su camino.
Da Furen, por otro lado, era aparentemente dulce, sin embargo, su personalidad era similar a la de una aguja: fuerte y terca. Si de verdad hubiese estado enferma no habría corrido a lamentarse a Lao Furen. Aquel día había mostrado vulnerabilidad y debilidad e incluso había permitido que fueran a Fu Fui para cuidarla, pero ¿por qué?
Li Wei Yang sonrió cuando recordó las expresiones de Da Furen.

*        *        *        *

La criada Du llevó a otros criados a los aposentos de Li Wei Yang por la tarde.
–San Xiaojie ha decidido cuidar a Furen, pero ir y venir no será conveniente, así que la idea de Da Furen es… ¿Por qué no se muda al ala De Dong de Fu Rui? – Repasó a Li Wei Yang con la mirada y con una sonrisa. – Si Xiaojie y Wu Xiaojie ya se han mudado. Lo único que tendrá que hacer será ofrecer sus buenos deseos y llevarle a Da Furen la comida y la medicina. Además, se puede dividir la responsabilidad entre las tres xiaojie, así que no será tan exhaustivo.
Bai Zhi y Mo Zhu intercambiaron miradas y pudieron apreciar la inquietud de sus ojos.
Todo iba bien y, de repente, se tenían que mudar a Fu Rui donde estarían bajo el control de Da Furen. Aquello no era nada bueno.
Li Wei Yang cerró el libro que tenía en las manos y miró a la criada Du que, sorpresivamente, volvió a hablar con una sonrisa:
–Ya se lo he preguntado a Laoye y ha aceptado.
En otras palabras, no le quedaba de otra a mudarse.
Li Wei Yang sonrió. Como a Da Furen no le importaba tener que pasar por tanto problema, seguramente tampoco le importaría si ella le sumaba alguno más, ¿no? Aunque parecían tener algo guardado bajo la manga, si tanto tiempo tenían como para querer morir, ella les concedería su deseo.
–Sin problema.
Wei Yang miró a Bai Zhi, y la muchacha ordenó:
–Seguidme todas. ¡Si no tenéis cuidado con las valiosas posesiones de la xiaojie perderéis la cabeza!
La criada Du observó con frialdad, preguntándose cuándo aquella muchacha había empezado a presumir de esa manera. Los ojos de la mujer se abrieron como platos al ver que todas las presentes cargaban cofres llenos de oro, jades, plata y perlas.
–Xiaojie no se va a ir durante demasiado tiempo, no hace falta llevarse los grandes. Con que nos llevemos los accesorios de diario ya vale. ¡Ay, esa criada de ahí, ten cuidado! ¡Con cuidado, con cuidado! ¡Esto está hecho de jade blanca! – Mo Zhu rió.
La criada Du estudió las joyas de los cofres rebosantes de telas y tesoros exquisitos, y sacudió la cabeza en secreto. ¿Cómo podía una niña poseer tales tesoros? No estaría mal decir que la San Xiaojie de la residencia del primer ministro de la capital era quien tenía más tesoros. El Emperador le había dado suficiente como para vivir toda la vida.
Li Wei Yang vio las expresiones de la criada, sonrió y dijo:
–Criada Du, ¿qué tipo de medicina utiliza madre últimamente?
La criada Du se sobresaltó y respondió con cautela.
–La que nutre su salud.
Da Furen había ordenado explícitamente que no le revelasen la condición de su corazón a la San Xiaojie.
–Criada, siéntate y hablemos. – Li Wei Yang sonrió y le hizo señas. La criada Du se sentó en una silla pequeña y redonda que había cerca con precaución.  No he crecido en esta casa, así que no estoy al corriente de los asuntos internos. Ignoro los intereses y el temperamento de madre, así que tendré que confiar en tu consejo para evitar cometer errores.
 Li Wei Yang le indicó a Bai Zhi algo y la joven criada, de inmediato, le entregó un sobre rojo a la criada Du. La criada Du notó lo mucho que pesaba y sonrió.
–San Xiaojie, ¿cómo puede decir eso? Servirla es uno de mis placeres.
–La criada Lin solía estar con mi madre, – Li Wei Yang habló como si se le acabase de ocurrir. – ¿Cómo es que hace mucho que no la veo?
El rostro de la criada Du se ensombreció y la sangre se acumuló en sus orejas.
–Eh… – La criada Du sonrió de mala gana. – Se encontraba mal, se lo contó a Furen y se retiró a su pueblo natal.
Esa mujer mentía sin parpadear. Li Wei Yang había ordenado que tirasen a la criada a los lobos, pero, a pesar de ser consciente de su mentira, la joven simplemente sonrió.
–Ah, es por eso. Madre debe estar apoyándose en ti. – Entonces, fingió acordarse de algo. – San di me dijo una cosa cuando volvíamos del templo. Me dijo que habían encontrado a una mujer desgarrada por los lobos detrás de la montaña y a la que fue imposible reconocer. Aunque no sé quién era. ¿Te habías enterado?
La voz de San xiaojie era suave como un arroyo, claro como el silbido de una campana de plata y agradable al oído, pero la criada Du tembló al escucharla. ¿Cómo no iba a entender lo que ocultaban sus palabras?
Habían enviado a la criada Lin a encontrarse con Jiu Yiniang, pero no había vuelto. Da Furen pensó que había temido verse implicada en el asunto y que había huido, pero al escuchar lo que acababa de decir Li Wei Yang, al parecer, se la habían comido los lobos. Aunque el templo estaba en la cima de la montaña, sí que había lobos detrás. ¡Tal vez había sido San xiaojie quien había eliminado a la criada Lin!
La criada Du notó como temblaba y se llevó la mano a la frente pare encontrar sudor.
–Xianzhu… – Inconscientemente cambió su forma de hablar.
La criada Du no pudo seguir quedándose sentada y, como si hubiese un pincho en la silla, se levantó.
Un silencio pacífico llenó la estancia una vez más.
–¿No te parece que hace calor? – Li Wei Yang sonrió. – ¡Bai Zhi, trae un pañuelo, rápido!
Bai Zhi le acercó un pañuelo al momento, la criada Du lo acepto, sin atreverse a decir nada. San xiaojie le aterrorizaba, de hecho, siempre la había temido. La había visto hacer muchas cosas desde que había entrado en la residencia. Era una joven a la que nadie le prestaba atención y, sin embargo, había logrado convertirse en la confidente de Lao Furen e incluso acercarse a la familia Imperial. Da Furen se había esforzado por trazar planes y ninguno había surgido efecto.
La criada cogió el pañuelo para secarse la frente y, de repente, notó algo húmedo y un aroma a sangre. Alzó la vista y, horrorizada, descubrió que el pañuelo estaba manchado de sangre.
–¿Qué es esto, Bai Zhi? – Li Wei Yang sonrió. – ¿Cómo te atrevas a darle un pañuelo sucio a la criada Du?
–Criada Du, perdóname, por favor. – Se disculpó Bai Zhi. – Es el pañuelo que se dejó la criada Lin, llévatelo, por favor.
El cuerpo entero de la criada Du pareció sacudirse y chilló presa del miedo.
¡San xiaojie lo sabía todo! Cogió aire e intentó serenarse, pero su voz no dejó de temblar.
–Xianzhu, comprendo tus intenciones. – Levantó la cabeza y miró ansiosamente a Li Wei Yang. – Es verdad que Furen, es verdad que Furen la ha ofendido, pero últimamente no está bien de salud. Da xiaojie no está a su lado y está totalmente sola. Me atrevo a pedirle a Xianzhu que deje de odiar a Da Furen…
–Eres bastante leal a Da Furen. – La voz de la joven era suave y todavía sonreía. – Me he enterado de que quien me sacó de la residencia fuiste tú.
La criada Du, al escuchar esto, sintió cómo un escalofrío iba desde la suela de sus zapatos hasta el pecho, dejándola de piedra. Era primavera y hacía calor, pero cada una de las palabras de aquella joven la petrificaban, como si fueran de hielo. Había ayudado a Da Furen a acabar con mucha gente y había olvidado lo ocurrido aquel año rápidamente, pero cada vez que veía a San xiaojie se inquietaba. Creía que Li Wei Yang era demasiado joven para saber la verdad…
Alzó la vista para mirar a Li Wei Yang que continuaba con su sonrisa neutral enseñando sus hoyuelos y cuyos ojos eran oscuros como el agua del fondo de un pozo, como si tan sólo estuviese charlando con la criada. En su expresión no había ni rastro de frustración u enfado.  La criada Du podía tranquilizar a Li Wei Yang si se enfadaba, pero estaba tranquila, lo que hacía de aquella situación mucho más incomprensible.
¿Debía decir algo o no?
La criada Du titubeó un rato. Li Wei Yang seguía esperando y los pasos de las criadas que se movían por el patio era más obvio por el silencio que había acaecido sobre ellas dos.
La criada Du apretó los dientes.
–Si hablo, ¿qué me dará a cambio la Xianzhu?
Li Wei Yang sonrió. Cualquiera que hubiese vivido en aquella casa lo suficiente sabía qué era más beneficioso.
–Quinientos liang. – Propuso la joven lentamente.
La criada Du reflexionó unos segundos. Con quinientos liang podía encontrarle una esposa a su hijo, tirar las gallinas que ya no ponían huevos, renovar su casa… Y, por supuesto, podría usar el nombre de la familia Li para construirse una pequeña granja en el campo. Pero seguía dudosa.
–Oro. – Continuó Li Wei Yang.
La criada Du tembló, pero esta vez de excitación, no de miedo. Había sido devota a Da Furen media vida y nunca había visto ni un solo liang de oro.
–Entiendo. – Su voz se estremeció un poco.
–Siéntate. – Le ordenó Wei Yang.
–Cuando Qi Yiniang entró a la residencia era encantadora y dulce – La criada Du empezó lentamente. – y a Laoye le gustó de inmediato. Sin embargo, esta doncella resultó ser la criada de Da Furen y si Furen no aceptaba, Laoye no podía quedársela. Furen se percató de ello y no se puso furiosa, sólo se limitó a mantener a Qi Yiniang a su lado. Tiempo después, la hermana pequeña de Furen, ah, la conoce, es Wei Guo Furen, entró en conflicto mientras viajaba, un escolar viejo murió y el hecho llegó a captar la atención de Su Alteza. Wei Guo Furen buscó a Laoye y le pidió que interviniese, pero Laoye la rechazó afirmando que la familia Li no se iba a involucrar en esos asuntos. Por esa razón, Da Furen le preparó vino y le permitió llevarse a Qi Yiniang a sus aposentos. – La criada Du miró a LI Wei Yang y bajó la voz. – Laoye, borracho, aceptó a Qi Yiniang y ensució los aposentos de Furen, dejándola en evidencia. Laoye se sintió avergonzado y aceptó ayudarla. Aunque cuando San Yiniang llegó puso en peligro a Da Furen, Qi Yiniang fue la que la salvó y a la que prometió casarla en una buena familia, al final se la entregó a Laoye. Así que, que Qi Yiniang no le diese su consentimiento no es nada raro…
Li Wei Yang giró la cabeza para mofarse. No era algo extraño en Da Furen, ni algo que sólo hubiese hecho un par de veces.
–Liu Yiniang era bastante arrogante así que, Da Furen metió a Qi Yiniang para controlarla. Qi Yiniang no se quedó atrás, tenía un buen estatus, Laoye la respetaba y se quedó embarazada al poco tiempo. Además, un adivino afirmó que el hijo de Qi Yiniang destacaría sobre los demás y esto inquietó a Furen. Temió perder el control de Qi Yiniang, así que preparó unas drogas y… Por eso Qi Yiniang dio a luz en febrero… Al principio, Laoye quiso que ahogasen a xiaojie, pero Qi Yiniang se arrodilló en la fría nieve para rogarle que te dejase vivir…
La criada Du miró de soslayo a Li Wei Yang mientras hablaba. El rostro de Wei Yang carecía de toda emoción y la criada, inquieta y con la esperanza de complacerla, continuó:
–Gracias a la gracia de Laoye, se te envió a Pingcheng, pero Da Furen no estuvo satisfecha con eso, así que envió a alguien para investigar y, después de eso, parece que alguien le contó algo a esa casa y al final, te llevaron a una casa rural. Porque quien permitía la vida o la muerte era Da FUren…
–Criada Du, – Comentó Li Wei Yang a la ligera. – no hables como si nada. Si madre tuviese malas intenciones, me habría dejado en el campo el resto de mi vida.
–Xianzhu, – la criada Du frunció el ceño. – al principio esas eran las intenciones de Da Furen, pero cuando se enteró que no eras de mal ver y tu personalidad era debilucha, pensó que serías útil en algún futuro y te dejó volver-…
¿Quién se iba a imaginar que a quien traería sería a un lobo feroz?, pensó la criada Du para sí mientras continuaba mostrando una sonrisa amable.
–Muy bien, – Li Wei Yang se levantó. – creo que es hora de que vaya a ofrecerle mis respetos a madre ahora que ya has terminado.
¿Ni una palabra de odio? ¿Ni siquiera una pizca de indignación? La criada Du era incapaz de comprender los pensamientos de Li Wei Yang.
–Xianzhu, – avanzó un paso y habló. – lo que me has prometido…
Li Wei Yang hizo una pausa y miró a la criada antes de darle la ordena a Bai Zhi.
–Trae el cheque.
–Gracias, Xianzhu. – La criada Du sonrió.
En cuanto Li Wei Yang se marchó, la criada suspiró aliviada, cogió el cheque, se lo escondió en la manga y se secó el sudor de la frente.
–Xiaojie, xiaojie, – Preguntó Bai Zhi en voz baja afuera. – ¿De verdad te la crees? ¡Ha ayudado a la Furen a llevar a cabo muchas estratagemas!
Li Wei Yang sonrió mientras miraba a la criada Du a través de la ventana.
–Sí, ¿por qué no iba a hacerlo?
–Creo que no te está ayudando de verdad. – Bai Zhi frunció el ceño. – Podría seguirla, si Da Furen hace algo podríamos protegernos con tiempo.
Li Wei Yang sacudió la cabeza.
–No hace falta, con que hagas bien tu trabajo es suficiente.
Bai Zhi sentía que Li Wei Yang estaba subestimando a su contrincante.
–Xiaojie, no es que me lo esté pensando demasiado, pero me temo que-…
–Si sigues preocupándote tanto te saldrán canas. – Li Wei Yang soltó una risita.
–¡Xiaojie! ¡Sólo me preocupo por ti! – Gritó Bai Zhi indignada.
Li Wei Yang suspiró y miró a lo lejos.
–No te preocupes, todavía lo tenemos todo en nuestras manos.
Un rato después, Li Wei Yang vio cómo Qi Yiniang se acercaba corriendo con la respiración acelerada. La buena mujer se asustó al ver a la criada Du.
–Bienvenida.
Qi Yiniang ahora era una Shuren de tercer rango, ya no era la concubina a la que menospreciaban todas las criadas.
El saludo de la criada dejó perpleja a Qi Yiniang.
–Deberías volver a los aposentos de madre, – Li Wei Yang le echó un vistazo a la criada Du. – dile que estoy preparando mis pertenencias y que iré de aquí poco.
–Sí. – La criada contestó respetuosamente y se fue rápidamente.
Qi Yiniang no se le acercó hasta que la criada Du había desaparecido por la puerta.
–¡No debes ir al patio de Da Furen bajo ningún concepto!
–¿Por qué? – Preguntó Li Wei Yang risueña al ver la expresión de su madre.
–Esto-… – Qi Yiniang quiso decir algo, pero decidió no hacerlo.
–Voy a preparar té para Yiniang. – Bai Zhi sonrió y se retiró.
–¡Sabes que nadie puede adivinar lo que le pasa por la cabeza a Da Furen! – Se apresuró a decir Qi Yiniang.
Qi Yiniang era una persona simple, pero no era ingenua. Li Wei Yang no pudo evitar sonreír.
–Niña tonta, ¡tienes que tener cuidado! – Continuó Qi Yiniang indigada, con ojos vidriosos y rebosantes de lágrimas al ver la sonrisa de su hija.
–Mamá, – Li Wei Yang sonrió y le ofreció un pañuelo. – tranquila, no voy a caer en sus trampas.
–No sabes cómo lo hizo conmigo. ¡Tuve miedo con solo pisar el patio! – Dijo Qi Yiniang empalideciendo.
–Tranquila, – Li Wei Yang la consoló. – las criadas son las que se encargarán de la comida, nadie podrá meterle nada.
Qi Yiniang se sintió un poco mejor al escuchar aquello. Li Wei Yang añadió un par más de palabras de consuelo y la acompañó a sus asposentos.

*        *        *        *

Da Furen le había preparado la mejor habitación de Fa Rui a Li Wei Yang. Li Chang Xi, descontenta, se apresuró quejarse a pesar de los muchos intentos de Li Chang Xiao por detenerla. Entonces, vio a la criada Du y al grupo de criadas.
–¡La Furen ha ordenado servir con especial cuidado a las xiaojie, sobretodo a San xiaojie!
Li Chang Xi echó humo por la boca. La niña ardía de furia al escuchar que Lao Furen favorecía a Li Wei Yang y que le había dado tantos lujos. Nunca había visto a LI Zhang Le como su igual, pero al menos su estatus había sido siempre superior al de Li Wei Yang, sin embargo, Li Wei Yang había tenido tanta suerte que la había superado.
–¿Cuál de todas las xiaojie solteras de la casa se puede comparar con la noble y prestigiosa San Xiaojie que podría llegar a ser todavía más rica de lo que ya es ahora? – Continuó la criada Du.
Esas palabras incomodaron a Li Chang Xi todavía más.
–Furen me ha ordenado preparar un edredón para San xiaojie pero no me ha mencionado a las otras dos, supongo que para Furen, San Xiaojie es la que tenía el mayor estatus.
Todo el mundo escuchaba con atención hasta que una voz resonó desde detrás de la multitud.
–¡Criada Du!
–¡Ah, Wu xiaojie! – La criada Du se dio la vuelta sorprendida. – E inmediatamente se quedó callada.
Li Chang Xi tenía una expresión particularmente desagradable y resoplaba con frialdad. Li Chang Xiao le tiró de la manga y su hermana intentó controlar su enfado al hablar.
–Criada Du, ya he traído mis pertenencias, ahora quiero ver a madre.
–Furen ha dicho que esperemos a San xiaojie primero. – Dijo la criada sonriente.
Li Chang Xi puso todavía más mala cara.
La criada Du detuvo a dos criadas que arrastraban un saco por el suelo del patio.
–¿Habéis traído los ingredientes?
–Sí, los llevaremos a la cocina ahora mismo. – Contestó la que parecía más astuta.
–¿Qué es eso? – Preguntó Li Chang Xi con el ceño fruncido al ver que algo se movía dentro del saco.
–El médico ha dicho que la condición de Furen es grave, así que hay que prepararle sopa de escorpión. – Respondió la criada. – Son los escorpiones más venenosos que existen y hay que cocinarlos a fondo para conseguir la sopa más efectiva. Ay, es verdad, deberíais manteneros alejadas, xiaojies. Si os pican será fatal. – Entonces, ordenó a otras dos criadas que se llevasen el saco a la cocina.
Li Chang Xi se quedó parada allí mientras escuchaba hasta que Li Chang Xiao la sacó de su ensimismamiento.
–¿Qué ocurre, hermana? ¿Por qué estás así?
Li Chang Xi empezó a reír de repente y Li Chang Xiao, al verlo, tuvo una sensación extraña. Li Chang Xi miró a su hermana y cerró la boca, rehusándose a decir nada más. Su hermana era demasiado carente y débil, contárselo no serviría para nada. Se lo contaría cuando se hubiese ocupado de Li Wei Yang.
Li Wei Yang acababa de mover todas sus casas cuando vio a sus dos hermanas entrar en su habitación.
–Caray, ¡qué buena habitación! ¡Qué injusta es madre! – Li Chang Xi soltó una risita mientras hablaba, pero en su rostro no había ni rastro de emoción.
Li Wei Yang ignoró sus palabras, que no eran ni amargas ni desenfadadas, con una sonrisa.
–San jie, deberíamos ir a ver a madre. – Li Chang Xi se le acercó con la intención de tirar de ella y sin mostrar ni una pizca de enfado.
Sin embargo, Zhao Yue la detuvo.
–Wu xiaojie, a nuestra xiaojie no le gusta que tiren de ella.
Li Chang Xi sintió una mano helada sobre su hombro y retiró la mano rápidamente, como si le hubiese dado un rayo. Justo iba a replicar a Zhao Yue cuando recordó que Si Yiniang le había dicho que Li Wei Yang a su lado a una criada habilidosa en artes marciales y cambió su actitud.
–Lo siento, San jie. Estoy muy feliz de verte, vamos, madre nos espera.
Li Wei Yang estudió a su hermana. Algo debía de estar pasando para que Li Chang Xi la tratase tan bien. Tal vez no era algo bueno, pero sonrió.
–Wu mei, adelante por favor.
Las tres jóvenes fueron a los aposentos de Da Furen para presentar sus respetos. Da Furen parecía estar de buen humor y hizo los preparativos para que pudieran cenar todas juntas. El ambiente era extrañamente pacífico y armonioso. Li Chang Xi le explicaba los últimos cotilleos de las otras casas a Da Furen, haciéndola comer de vez en cuando, mientras que las otras dos muchachas se centraban en comer, limitándose a escuchar y sonreír.
Li Chang Xi miró a Da Furen de repente y dijo:
–Madre, permíteme darte un masaje para relajarte los músculos. Conozco los puntos de acupuntura, aunque me temo que no tendré la suficiente fuerza como para que sea tan efectivo.
–Encuentra a una criada fuerte – Da Furen sonrió. – y dile que siga tus órdenes, tú me puedes ayudar con las piernas.
–¡Pues que lo haga ella! – Li Chang Xi miró a su alrededor y señaló a Zhao Yue que estaba justo detrás de Li Wei Yang.
–No creo que sea buena idea, – Da Furen le echó un vistazo y sonrió. – es la criada de Wei Yang.
–Pero sabe artes marciales, seguro que es tan fuerte como las criadas de tareas pesadas. Además, sólo será un rato, no es que no se la vayamos a devolver. ¡No creo que le importe! – Li Chang Xi alzó la voz.
Todas las miradas se posaron en Li Wei Yang y el cuarto se tensó.
Li Wei Yang le dio un sorbo a su té y dijo:
–Debes estar de broma, si madre quiere una criada no es para tanto, pero me parece que esta criada es demasiado fuerte y mucho me temo que podría hacerle daño. ¡Lo mejor será que lo haga yo misma!
–¡No hace falta, no hace falta! – Se apresuró a decir Li Chang Xi.
Li Wei Yang la miró y sonrió. El corazón de Li Chang Xi se aceleró pero se las apañó para obligarse a sonreír.
–Ya has pasado por suficientes problemas hoy, San Jie. Madre ya me tiene a mí.
Si temía que alguien le robase sus esfuerzos, no lo hacía mal. Pero esa niña quería una excusa para quedarse a Zhao Yue, ¿por qué?
Li Chang Xi miró a Li Chang Xiao y aunque su hermana no comprendía lo que estaba pasando, aconsejó:
–San jie debería irse a descansar.
Li Wei Yang sonrió como si estuviese de acuerdo, estudió la escena y vio a Li Chang Xi suspirar y sonreír con frialdad. ¿Esa niña se atrevía a montar un numerito así delante de Da Furen?
Zhao Yue parecía reacia a ello hasta que Li Wei Yang la miró para hacerla comprender y, finalmente, asintió con la cabeza disimuladamente.

*        *        *        *

Li Chang Xiao alcanzó a Li Wei Yang que acababa de salir, sonrió y dijo:
–San jie, no lo entiendo, pero por favor, no te lo tomes a pecho.
Li Wei Yang vio la inquietud de Li Chang Xiao y sonrió.
–No te preocupes, si Wu mei no da problemas, no la provocaré.
En otras palabras, no le prometía nada.
Li Wei Yang se marchó con Bai Zhi y Li Chang Xiao tuvo un mal presentimiento mientras veía como se retiraba.
–Xiaojie, – Bai Zhi habló una hora después. – es hora del baño. Te voy a preparar el agua caliente.
–Ve. – Li Wei Yang asintió mientras pasaba la hoja del libro que tenía entre manos.
Bai Zhi volvió un rato después.
–Una criada ha dicho que las xiaojie podéis usar las aguas aromáticas termales primaverales del patio y que no hace falta que vayamos a por agua.
En el patio de Da Furen había unas fuentes termales arómaticas, pero muy pocos podían usarlas.
–Ya he ido a inspeccionar. Si xiaojie se acaba de bañar y no parece haber nada raro.
Que no hubiese nada raro era, precisamente, lo raro. Li Wei Yang asintió y reflexionó en ello mientras se dirigía a las aguas termales de Fu Rui. A diferencia de otros lugares, en este las aguas tenían una gran variedad de hierbas y especias. Era una pena que las únicas que lo podían usar eran Li Zhang Le y Da Furen. Er Furen le había guardado rencor a Da Furen por tenerlas.
Las aguas estaban tranquilas y su sonido y suave aroma les envolvía. Li Wei Yang metió la mano en el agua y, de inmediato, el vapor se elevó y la rodeó con una niebla opaca.
Mo Zhu montó guardia afuera, mientras que Bai Zhi se quedó dentro para servirla.
Li Wei Yang cerró los ojos como si estuviese exhausta. Justo en ese momento, escuchó un pequeño sonido distintivo desde fuera de la ventana. Li Wei Yang abrió los ojos y se giró para ver algo negro entrando por la ventana.
–¿Eso qué es? – La voz de Li WeI Yang era fría.
Bai Zhi alzó la vista y casi se le para el corazón en un abrir y cerrar de ojos.
Un escorpión con un punto rojo en el lomo avanzaba hacia las termas.
–¡Escorpión! ¡Escorpión! – Bai Zhi chilló por el miedo, blanca como el papel y corrió a por las ropas que había dejado en el biombo donde encontró más escorpiones sobre ellas. Bai Zhi retiró la mano incapaz de coger la ropa.
Una criada abrió el saco permitiendo a los escorpiones escapar fuera de la ventana. Retrocedió tres pasos y le dijo a Li Chang Xi.
–¿Tendremos éxito con esta táctica? – Preguntó.
–¡Lo mejor será que esos escorpiones la maten! – Li Chang Xi resopló. – Aunque no se muera le esperarán otras tantas cosas.
En cuanto Li Wei Yang pidiese auxilio los soldados que había afuera entrarían corriendo y la verían en toda su gloria. Así que, aunque escapase de los escorpiones, seguiría perdiendo su reputación.
Bai Zhi chilló en cuanto entraron los escorpiones y moviéndose mucho más deprisa que antes. El sonido retumbó por la cambra.
–Xiaojie, ¿qué hacemos? – Preguntó atemorizada. – Tragó saliva con dificultad y miró a los escorpiones. – Xiaojie, huye, yo los distraeré.
–No puedo.
Li Wei Yang comprendió las intenciones de su contrincante en aquel momento. Debía haber gente esperando a ver cómo perdía su reputación y quedaba en evidencia.
–¡Xiaojie! ¡Tengo miedo! – Escupió la criada.
–Sácate la ropa exterior y dámela. – Li Wei Yang bajo el tono de voz.
Bai Zhi se sobresaltó momentáneamente, pero entonces, recordó que su señora no llevaba nada puesto. Se quitó la ropa rápidamente, Li Wei Yang salió del agua y se puso las ropas.
–Xiaojie, – Bai Zhi acabó en ropa interior, en pánico mientras miraba por la ventana. – ¡hay demasiados! ¡Demasiados!
Bai Zhi no podía hablar bien por el miedo y cuatro o cinco escorpiones enormes más aparecieron por la ventana. La criada iba a arrastrar a Li Wei Yang para salir corriendo, cuando la joven la detuvo.
–Si pasa algo no podremos explicarlo así vestidas. ¿No lo ves?
Bai Zhi se aferró a su manga, el miedo le superaba como nunca. En ese momento, Li Wei Yang le cogió la mano con dulzura.
–No hagas ruido, tengo una idea.
Bai Zhi no sabía lo que su dueña tenía en mente, pero ella no veía salida.
Li Wei Yang sabía que Zhao Nan estaría en las sombras por algún lado, protegiéndola. Sólo tenía que hacer silbar el silbato que siempre llevaba colgando del cuello y estaría a salvo. Sin embargo, si hiciera eso expondría sus fuerzas y permitiendo a Da Furen saber de sus puntos flacos.
Los movimientos de Li Wei Yang, rodeada por escorpiones, eran lentos, su mente le iba demasiado deprisa y se aferraba al silbato como si estuviese esperando algo. En ese momento, alguien entró corriendo con una antorcha en la mano y alejó a los escorpiones. Los escorpiones retrocedieron al ver el fuego, y los dos o tres que cayeron en las aguas termales flotaron por sus espaldas. Era una imagen perturbadora.
–Xianzhu, ¿estás bien? – Preguntó la persona que sujetaba la antorcha.
Li Wei Yang la miró y soltó el silbato.
–Sí, gracias a ti, criada Du.
–¿Por qué lo dices? – La criada Du sonrió. – He cumplido con mis obligaciones. Cuando me he dado cuenta que se habían escapado los escorpiones, me he dado cuenta de que a estos bichos les encantan los lugares calientes y he venido corriendo a proteger a xiaojie.
Bai Zhi todavía no se había tranquilizado y seguía dándose toquecitos en el pecho de alivio.
–¡Gracias, criada Du!
Siempre había sospechado de esa mujer, pero ahora que la había salvado de los escorpiones sintió que xiaojie tenía razón. Todo el mundo tiene un precio. Con dinero un enemigo puede pasar a ser un aliado.
–Bai Zhi, es culpa mía. – La criada Du sonrió.
Mo Zhu entró al mismo tiempo que Mo Zhu, asustada, se quedó observando la escena desde fuera hasta que la criada Du llegó con una antorcha en la mano y le dijo que los escorpiones habían escapado. Había pensado que aquello era otra estratagema para herir a su señora, pero la criada Du la había apartado y había entrado corriendo. La joven la siguió corriendo y se encontró con escorpiones por todos lados.
–Xianzhu, – La criada Du cogió la ropa llena de escorpiones, la sacudió y se la pasó a Li Wei Yang. – póntelo rápido no vayas a resfriarte.
–¿De dónde han salido todos estos escorpiones? – Preguntó Bai Zhi.
–Son para la medicación de Furen. – Contestó la criada Du. – Ahora que me acuerdo, una criada ha dicho que ha visto a las criadas de Wu xiaojie ir entrar a la cocina-…
–¿Crees que Wu mei quiere hacerme daño? – Li Wei Yang la miró.
–Es posible conocer el rostro de alguien, pero no su corazón. – La criada Du suspiró. – ¿Quién iba a pensarse que Wu xiaojie es este tipo de persona?
–Criada Du, – Li Wei Yang habló con tranquilidad. – no hables tan despreocupadamente. Wu mei estaba con madre, ¿cómo ha podido ordenarles a sus criadas que roben los escorpiones?
–No es mentira, – la criada Du continuó. – Wu xiaojie sólo ha indicado los puntos de acupuntura y se ha ido alegando que le dolía la cabeza. Furen sigue frustrada, pero no es hora de tomarse su medicina.
Li Wei Yang vio como la mujer empezaba a divagar y movió la mano.
–Muy bien, criada Du, madre sigue esperándote para que la sirvas, si descubre que estás aquí conmigo-…
La criada se quedó callada unos segundos y bajó la cabeza.
–Me retiraré. ¡Espero que sepas que estoy aquí para servirte! ¡No hace falta apresurar nada más! – Dicho esto, miró a Li Wei Yang como si esperase un premio.
No hay final para la codicia, pensó Bai Zhi aunque le habló con una sonrisa en los labios.
–Deberías ir tirando, criada Du. Ayudaré a xiaojie a cambiarse e iré a buscarte.
La criada Du le pasó la antorcha a Mo Zhu, sonrió y se fue.
Li Wei Yang se cambió de ropa mientras que Mo Zhu seguía quemando los escorpiones que quedaban. De repente, Li Wei Yang sacó el silbato y lo sopló. Entonces, un hombre joven y alto llegó volando por la ventana a una velocidad asombrosa.
–¿Lo has visto? – Preguntó Li Wei Yang.
–Sí, he visto a las que han soltado a los escorpiones.
–Tráelas aquí.
–Sí. – Zhao Nan habló con solemnidad y entonces, desapareció.
Poco después, volvió a entrar a la habitación con arrastrando a dos personas. En cuanto sus pies rozaron el suelo, tiró a las dos personas como si fueran un perro muerto, haciéndolas rodar.
–He sellado sus puntos de acupuntura, xiaojie. – Comentó Zhao Nan.
Li Wei Yang asintió, levantó la cara que tenía una horripilante cicatriz para examinar su miedo y confusión.
Las finas uñas de Li Wei Yang repasaron el rostro de Li Chang Xi. La punta de sus uñas era fría y afilada e hizo temblar a Li Chang Xi. Li Wei Yang sonrió y habló en un tono neutral.
–Wu mei, ¿es divertido jugar con escorpiones?
El rostro de Wei Yang brillaba tanto como la luna y era tan claro como el rio, sin embargo, sus ojos albergaban una luz cruel y gélida. Li Chang Xi se percató de lo aterradora que era. No sabía por qué las cosas se habían vuelto así. Todo lo que había hecho era soltar a los escorpiones y dispersar a su criada temerosa de que alguien las descubriera. Pensaba que no había dejado ninguna pista… ¿Quién iba a imaginarse que un hombre la detendría y la traería aquí por la fuerza mientras volvía a su habitación?
–Has sufrido un poco, pero todavía no has aprendido lo que se debe y no se debe hacer. – Li Wei Yang rió un poco.
Zhao Nan soltó los puntos de acupuntura de Li Chang Xi y le puso la espada en el cuello.
–Yo… – Le temblaba la voz. – No entiendo lo que dices.
Li Wei Yang sonrió seca y fríamente.
–¿Es un malentendido?
–Por supuesto, sólo es un malentendido. – Se apresuró a decir Li Chang Xi. – ¡Yo no sé nada!
–Encuentra un escorpión vivo y tráelo. – Ordenó Wei yang. – ¡Como tu no te has parado a pensar en mí ni un segundo, yo tampoco lo voy a hacer!

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