Capítulo 20

abril 25, 2018


Hai Xiu abrió los ojos como platos y se le puso la mente en blanco. Sabía que era el castigo del juego, no había querido perder y no se arrepentía de haber ganado. ¡Pero lo que no se esperaba era que Feng Fei le fuera a besar de verdad! Creía que lo haría en la mejilla, como él había hecho cuando estaba dormido, sin embargo, Feng Fei le besó en los labios sin vacilar ni un segundo. Asustado y atónito, levantó la mano en busca del consuelo y la protección de Feng Fei, no obstante, el joven no alcanzó a ponerle una mano encima, pues el mismísimo Feng Fei se la sujetó contra el sofá al creer que Hai Xiu quería apartarle.
Feng Fei llevaba mucho tiempo queriendo besarle. Su intención había sido besarle la frente, pero la respuesta de Hai Xiu le había emocionado: le iba a dejar hacer lo que quisiera sin protestar. Besarle la frente no iba a ser suficiente y Feng Fei era el tipo de persona que aprovechaba todo lo que podía. Sin embargo, no profundizó mucho: había demasiada gente mirándolos. Hai Xiu no respondió, se quedó atontado y su expresión le dio ganas a Feng Fei de llevárselo directamente a casa.
El resto de colegas no dejaron de chincharles, algunos hasta se atrevieron a levantarse para ver lo qué pasaba entre ellos porque como Feng Fei les tapaba no sabían qué ocurría.
‒¡¿Qué?! ‒ Feng Fei frunció el ceño. Intentó poner una expresión neutral, incluso fría, pero estaba tan contento que no supo contener la sonrisa. ‒ Hecho, ya está. ‒ El adolescente no dejaba que Hai Xiu se apartase de su espalda. ‒ Ya podéis seguir jugando.
La temperatura de la habitación subió, todo el mundo estaba animadísimo. Algunos de los que habían estado cantando y bebiendo se unieron al juego y, en ese momento, Feng Fei se excusó alegando que necesitaba ir al baño para arrastrar a Hai Xiu afuera.
‒¿Vergüenza? ‒ Preguntó rozándole la mejilla con una cerveza fría.
A Hai Xiu le ardía la cara pero el fresquito le sentó bien.
‒No… ‒ No se atrevía ni a mirarle. ‒ Para nada…
‒¿Enfadado, pues? ‒ Feng Fei, que apenas unos segundos antes había estado jubiloso se arrepintió. Bajó la cabeza para poder estudiar la expresión de Hai Xiu y sonrió. ‒ No te enfades, ¿eh? Me puedo disculpar.
‒No estoy enfadado. ‒ Hai Xiu sacudió la cabeza. No lo estaba, pero le daba vergüenza mirarle.
‒¿No? ‒ Desde lejos se seguía escuchando los bramidos y las risotadas de sus amigos, así que Feng Fei se llevó un poco más lejos a Hai Xiu. ‒ ¿Entonces por qué me ignoras?
Hai Xiu le miró y bajó la cabeza rápidamente. No quería que Feng Fei le malinterpretase.
‒No… No estoy enfadado… De verdad… ¿Por qué iba a estarlo?
‒Pues, porque acabo de… ‒ A Feng Fei se le secó la garganta de repente. ‒ ¿Ha sido… tu primer beso?
Hai Xiu se quedó inmóvil y entonces, sacudió la cabeza. La noche anterior le había robado un beso a Feng Fei, así que técnicamente no era el primero.
‒¡¿No?! ‒ Feng Fei estaba atónito. ‒ ¡Pues ha sido el mío!
‒¡No, pero ha sido diferente al otro! ‒ Hai Xiu corrió a explicarse. ‒ Ha sido el primero en los labios… ‒ Hai Xiu se arrepintió de decirlo en cuanto la última letra salió de su boca y se sonrojó otra vez.
‒Qué bien, no soy el único. ‒ Feng Fei estaba loco de contento. Asintió y tragó saliva.
Hai Xiu se puso como un tomate mientras repetía en su cabeza las palabras de Feng Fei, la confesión de que había sido su primer beso.
‒Se te da muy bien este juego. ‒ Comentó Feng Fei con una risita. ‒ Has llegado a más de quinientos.
‒No… No pensaba que a ti se te daría tan…
‒Da igual, he fallado para que me castigasen menos.
Feng Fei sacó sus pañuelos y volvieron al bar, donde metió un par de hielos en el pañuelo y se lo dio a Hai Xiu.
‒Gracias.
Feng Fei quería decirle muchas cosas a Hai Xiu, pero viendo lo nervioso que estaba prefirió guardárselo. Por otro lado, Hai Xiu intentaba aparentar estar tranquilo.
‒¿Soléis… jugar así? ‒ Preguntó entre susurros.
‒Nunca había jugado con ellos de esta manera. ‒ Admitió Feng Fei sin parpadear.
Hai Xiu se lo miró con cierta duda.
‒De verdad, es aburrido. Solemos salir sólo chicos y jugar a estas cosas siendo sólo chicos pues no es tan divertido. Solemos beber y presumir, ya está. ‒ Hizo una breve pausa y añadió. ‒ Si hay chicas tampoco suelo jugar porque van a lo loco. Soy tan guapo que todos quieren aprovecharse de mí. ‒ Bromeó.
‒Pero hace un momento tú… ‒ Hai Xiu no sabái qué decir.
Feng Fei se quedó de piedra, bajó la cabeza y se rió disimuladamente.
‒Nadie se ha aprovechado de mí, más bien ha sido al revés… Estoy muy contento.
La ansiedad de Hai Xiu por creer que Feng Fei lo había hecho de mala gana desapareció al instante, se tranquilizó y se comió un postre la mar de contento.
‒¿Hay más juegos a parte de este? ‒ Cambió de tema.
‒El de verdad o atrevimiento. ‒ Explicó Feng Fei. ‒ Se necesita una botella o algo así, el que salga elegido tiene que elegir qué quiere. Si elige verdad tiene que responder una pregunta, si elige atrevimiento tiene que hacer algo que le digan.
Hai Xiu asintió. Feng Fei exageró los movimientos para hacerle reír, y lo consiguió.
‒También está el juego ese de tirar el dado y adivinar el número. El perdedor tiene que escoger entre verdad o atrevimiento. O, y el de pasar la carta… Este es… ‒ Feng Fei se lo quedó mirando pensativo. ‒ Bueno, no hace falta que lo conozcas.
‒¿Por qué no? ‒ Hai Xiu frunció un poco el ceño. ‒ Cuéntame…
‒Bueno… ‒ Feng Fei hizo una mueca. ‒ Es que pensarás que he jugado con alguien a esto, pero no.
Hai Xiu no acababa de entender lo que quería decir Feng Fei, pero musitó:
‒Cuéntame, te voy a creer.
Feng Fei se emocionó.
‒¿Todo lo que te diga? ‒ Susurró. Hai Xiu asintió con la cabeza y él soltó una carcajada. ‒ A veces creo que lo haces a propósito…‒ Hai Xiu no le entendió, y para evitar continuar hablando, Feng Fei tosió y ordenó. ‒ Pasa la carta. ‒ Sacó una baraja, le entregó una carta a Hai Xiu y devolvió el resto a la caja.
‒¿Es… magia?
‒No. ‒ Feng Fei sonrió. ‒ Unos cuantos tienen que pasar la carta.
Hai Xiu no entendía la gracia del juego, pero asintió y fingió que sí.
‒Ah, ya veo.
‒No es lo que crees. ‒ Feng Fei dejó a un lado la caja de la baraja y le quitó la carta. ‒ Va así. ‒ Sorbió la carta contra los labios y le miró.
Cuando Feng Fei le indicó al otro joven que cogiese la carta, Hai Xiu ‒ que acababa de entender de qué iba el juego ‒ lo intentó. Su expresión hizo reír a Feng Fei, así que se le cayó la carta y, al final, terminó con los labios sobre los de Hai Xiu.
Feng Fei se echó unos centímetros para atrás y con una sonrisa resplandeciente se disculpó.
‒Ay, perdona… Es la primera vez que juego… ¿Ya pillas cómo va?
El corazón de Hai Xiu latía cómo loco.
‒A este juego sólo quiero jugar contigo. ‒ Sonrió.
Feng Fei se agachó, recogió la carta y la devolvió a su caja. Entonces, se sentó al lado de su amigo totalmente tranquilo mientras que Hai Xiu se ruborizaba y evitaba su mirada.

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4 comentarios

  1. Tan genial, Feng Fen eres un atrevido te amo��‍❤️‍��‍������

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  2. Hasta que pude entrar... Me encanta esta historia, es tan tierna! Gracias por traerla a nosotros

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  3. Leer esta historia con las canciones de amor de The Beatles es bastante hermosoooooo

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  4. gracias!! es demasiado preciosa la historia 🥰😍😍

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