Capítulo 16: Cierto día de verano

julio 16, 2016

El cumpleaños de Latina era en el sexto mes.
Hay siete columnas de Dios que gobiernan este mundo, y en este mundo hay una gran mayoría de leyes que se representan por los siete, incluso los años se dividen en siete ciclos. En otras palabras, un año, se divido en siete veces dos, catorce períodos que hacen un mes.
Los días también se dividen en catorce intersecciones, y estas se llaman como los dioses: la hora de Maru, la Hora de Segi, etcétera.
Las horas diurnas son "emergentes", y las horas nocturnas son "abajo". El amanecer se llama: "la emergente hora de Maru", la puesta de sol es "Bajo la hora de Maru", medianoche es "la emergente Hora de Segi" y antes del alba es "bajo la Hora de Segi".

TN: Básicamente describe horas y demás. Un año tiene 7 meses, un mes, catorce días. Un día tiene catorce horas, cada una representada por uno de los Dioses dos veces, como el "am" y "pm". Por si os habéis confundido... Yo sí lo estaba.

De la fiesta de cumpleaños de Latina se encargaba la casa de Chloe. 
Su casa era una sastrería de habilidad demostrada. Por lo que hicieron una comanda a la tienda que su familia llevaba en la calle principal. Esto fue porque Latina estaba interesada en el proceso. Al parecer le había pedido a Chloe ver cómo hacia la ropa, e iba a mirar con frecuencia. En el proceso, Latina pilló las bases de cómo usar una aguja.
A Dale le desalentaba que Latina hubiese molestado a la familia de Chloe hasta ese extremo y les saludó con un regalo en las manos, ligeramente nervioso. Pero la madre de Chloe se rio y dijo: 
-Cuando mi hija está con Latina-chan se esfuerza al máximo por mostrar su lado bueno. Aunque su cabeza no es mala, es inconstante y no estudia bien. Yo soy quién debería estar agradeciéndotelo.
Una  pieza que le quedaba bien a Latina, decorada con un bordado de flores aquí y allí. Para cuando terminó de hacer el brillante y alegre vestido, Kroix daba la bienvenida al verano.

-Oh, oscuras tinieblas, concededme mi deseo en mi nombre, robad el calor, bajad las temperaturas. Reducción de Temperatura.
Con un pequeño sonido, el tazón enfrente de Latina se congeló. Tras asegurarse de ello, empezó a mezclar los contenidos con la espátula de sus manos. 
Como el hielo es un componente mágico de la Oscuridad y el Agua, Latina, que no tenía el atributo del Agua, no podía hacerlo, pero, el hecho de bajar la temperatura y congelar era algo que su atributo de la Oscuridad podía hacer.
A su propia manera, tranquilamente, iba introduciendo la magia en su vida para arreglar o, al menos, perfeccionar el idioma que Dale había simplificado y le había enseñado.
Cuando el verano llegó, lo que más le gustaba hacer a Latina eran variaciones con el hielo. Cosas como sorbetes o helado. Usaba varios ingredientes para hacer algo nuevo cada día. Por supuesto, Kenneth le había enseñado la receta. El buen hombre tenía que usar herramientas mágicas cuando hacía la receta y tardaba algún tiempo en hacerlo, sin embargo, Latina podía hacerlo en un instante gracias a su magia. Se podría decir, que los magos están hechos para la cocina aunque los "magos" normales no solían aceptar ese tipo de peticiones.
Repitiendo el proceso de mezclar y congelar incontables veces, Latina sacó el suave y blando sorbete que acababa de terminar a la tienda con alegría.
-Rita, gracias por trabajar. Descansa, ¿vale?
-Gracias, Latina.
Rita estaba extasiada del calor en su sitio habitual en la barra, ocupándose de documentos y peleas. El aire no corría incluso cuando todas las ventanas y las puertas estaban abiertas. Además, los clientes eran unos hombres que te daban calor sólo de mirarles. Incluso Rita, que había estado en ese negocio por mucho tiempo decía que eran momentos duros.
Rita parecía genuinamente feliz al comer el postre helado de Latina.
-Aah, delicioso. Aunque se lo pido a Kenneth, él sólo lo hace una vez cada mucho tiempo. Gracias, Latina. Está muy bueno.
-De nada.
Latina también sonrió dándole un bocado al suyo.
-Pero sabes, el que Kenneth hace sabe mejor. Me pregunto por qué.
-Porque Kenneth todavía no puede dejar que Latina le gane, ¿no?-Latina puso una expresión reacia ante la cual Rita contestó entre risas.- Kenneth también se esfuerza, ¿sabes?
-¿Mmm?
Hasta que Latina llegó a la posada, Kenneth casi no hacia postres. Hoy en día, sin embargo, su repertorio era tan extenso que parecía una pequeña tiendecita de postres y su mujer, Rita, sabía que había estado trabajando en nuevas recetas diligentemente por el bien de Latina.
-¿Qué comías en tu pueblo natal, Latina?
-¿Mmm? Cosas como *** o *****.
-Mmm... ¿A qué saben...?
-Mmm, bueno... No tienen mucho sabor. Por eso las comidas de Kenneth me sorprendieron.
Latina sonrió felizmente sin notar como Rita se había quedado sin palabras.
-Por eso, sabes, Latina. Latina quiere poder hacer comida buena. La buena comida es, sin lugar a dudas, la felicidad.

-Llevando un abrigo negro y largo cada año, siempre pienso que hay que ser tonto.
-Eso intenta decirlo delante del soldado que lleva una armadura de plata.
Kenneth le sirvió un vaso de agua fría al agotado Dale que había llegado más temprano al Ocelote Bailarín.
El abrigo de Dale estaba lleno de poder mágico además de ser más ligero que una armadura normal y de tener más defensa. Al llevarlo junto a la túnica tejida de un material que las espadas no podían cortar, era una armadura perfecta, suficiente para proteger su cuerpo. Sin embargo, aun así, en verano hacía calor. Las cosas calientes son calurosas.
-Bienvenido, Dale. Come, está frío.
-Sí, ya estoy aquí, Latina. Gracias.
Quitando la mala cara sin mucho esfuerzo, Dale sonrió. Latina puso el hielo en la bandeja.
-Últimamente, Latina, has estado haciendo esto mucho, pero no estás cansada de usar demasiado la magia, ¿no?
Preguntó Dale mientras cogía el tazón y Latina asentía fuertemente.
-No pasa nada. Después de hacerlo varias veces, me centré en ciertas partes y entendí cómo hacerlo.
-Ya veo...
Kenneth sospechaba de Dale que miraba a Latina de una forma distinta a la habitual, tenía el semblante serio.
-Dale, ¿qué pasa?
-No... Sólo me preguntaba si todos los de La Raza Demonio son tan buenos al controlar su poder mágico... Es como si Latina ya lo hubiese dominado.
-¿...Es algo tan increíble?
-La niña no había estudiado magia, ¿sabes? Después de practicarla, con lo que ha comprendido, está optimizando su poder y fuerza mágica y exprime su efectividad hasta los límites… Es cierto que entre las cosas que puede hacer, hay cosas que yo le he enseñado, pero ni de coña le he enseñado a hacer eso.
Kenneth observaba a Latina fijamente, mientras que la niña le devolvía la mirada ligeramente confundida, hecho visible en sus grandes ojos.
-El hechizo de formación es otra cosa. No es lo que yo le he enseñado sino una mezcla de adaptar el hechizo de curación que ya sabía y una delicada técnica. Originalmente, el controlarlo ya debería ser demasiado grande para ella.
-Como Dale me lo ha enseñado, Latina lo ha aprendido. Antes era como “Paaa” y salía mucha magia, ahora es como “aquí” y saldrá la magia que toca. Es más fácil ahora.
-…Ves, ves.
-Cierto. Puede que sea un genio. En primer lugar, Latina puede aprender cualquier cosa muy rápido.
-¿En serio?
Ante la reacción de Dale, Kenneth puso una cara que decía: “Y ahora qué”.
-Cocinar y limpiar… Y últimamente, también coser. En cuánto se lo enseñas una vez, Latina lo entiende extremadamente rápido. Además, un ambiente en el que una niña así no haya podido hacer nada hasta ahora… es bastante raro.
-¿Eh?
-O sea, ¿no es verdad? Alguien como Latina que aprende tanto aquí, ¿cómo es que hasta ahora no tenía ni idea de magia ni de las tareas de casa? Debe ser porque la niña es de un sitio donde no es raro que pueda hacer esas cosas aunque no se lo enseñen. Da igual de qué raza sean, en esto no debería haber tanta diferencia.
-Bueno, supongo…
-¿Qué?
Los adultos estaban haciendo una montaña de suposiciones sobre Latina que como siempre inclinaba la cabeza.
-Bueno, estamos hablando sobre si estaban es un sitio donde no te enseñaban nada o en el que no hacías nada y si era un buen ambiente…
-¿Mmm? ¿Latina?
-Sí… ¿Dónde Latina nació, no le enseñaban nada?
-Mmm… Bueno, Latina todavía no se había decidido.
Latina les respondió vagamente y entonces, quienes inclinaban la cabeza, eran los adultos.
-¿Qué no habías decidido?
-Latina tampoco lo sabe… Pero, veréis, Mmm… Latina no sabe nada.-Dice tapándose la boca con ambas manos y sacudiendo la cabeza.
Parecía que iba a decir algo pero, como terminó mordiéndose la lengua, Dale y Kenneth se miraron entre ellos, sabiendo que Latina no diría nada más.
A pesar de su apariencia, la pequeña era bastante terca.


You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images