Capítulo 26: Divirtiéndose en el viaje

agosto 12, 2016

Tras marcharse del bosque al sur este de Kroix, Dale subió a Latina en el caballo. La niña, como terca descendiente de la raza demonio que era, todavía daba grandes zancadas, sin embargo, Dale no quería cansarla demasiado el primer día.
-¡Qué alto…!
No había ni rastro de temor en la voz de Latina.
-Supongo que por hoy acamparemos… Aunque seguramente llegaremos mañana al pueblo, hoy nos quedaremos aquí.
Si Dale hubiese ido solo, aunque hubiera sido un tanto duro, en esas circunstancias habría seguido un poco más lejos pero esta vez tenía un itinerario con un margen de tiempo. Al estar viajando con Latina, no tenía intención alguna de viajar a través de las peligrosas noches ni de acampar constantemente.
-A Latina no le importa dormir fuera. Mientras Latina esté con Dale se siente segura.-Dijo la pequeña con una gran sonrisa y Dale también sitió el amor.
El amor mutuo de esos dos era bastante significativo.
A lomos del caballo, Latina estaba feliz y empezó a tararear. Su voz y apariencia, balanceándose de un lado al otro siguiendo el ritmo, eran adorables. Sin embargo, la música era algo extraña, como siempre[1].  No llegaba a ser una sordera tonal pero, fracasaba en la música magníficamente. Dale se guardó para sí sus opiniones y continuó en su estado de admiración.
Latina siguió tarareando un rato más en medio del sonido de las pezuñas del caballo.
Creo que la he oído antes pero… Es demasiado peculiar por lo que no puedo recordar exactamente…”
En ocasiones, Dale intentaba adivinar el nombre de la canción pero la respuesta era un misterio.
Acabó siendo un rodeo bastante largo. Después de seguir toda la carretera principal se empezaron a ver, poco a poco, viajeros. Como la carretera conectaba el puerto y la capital, la mayoría eran carruajes de mercaderes.
-¡Guau!-Jadeo Latina maravillada cuando pasaron por el lado de un conjunto de mercaderes.
Incluso en Kroix se podían ver grupos de mercaderes pero verles avanzar así, en grupo, era abrumador.
-También hay muchos aventureros.
-Eso es porque están trabajando como guardaespaldas de los grupos de mercaderes, después de todo, es un trabajo bastante común.
El interés de Latina fue claramente robado por las filas de carruajes y de fuerzas armadas que los protegían. Dale también disminuyó el paso y respondió su pregunta.
Latina miraba para aquí y para allí desde arriba del caballo como si todo fuese interesante.
Si esto sigue así, será mejor que siga en el caballo para que no se canse demasiado…”
Latina era inteligente pero eso no significaba que supiera siempre qué estaba haciendo. Sobre todo en una situación como esta donde todo atraía su interés.
-Dale, hay un río grande.-Informó Latina a Dale en voz alta mientras apuntaba a una brillante superficie de agua.
-Ah, el rio. Kroix del norte empieza a partir de aquí.
-¿Vamos a cruzar el río?
-Vamos a pagar el peaje del puente. No es un rio que podamos cruzar caminando y es más rápido que buscar un barco.
-¿Qué es un “puente”?
A veces Latina no sabía las cosas que parecían ser de sentido común.
-Es más fácil verlo con tus propios ojos que explicarlo. Vamos, en nada lo verás.
El rio estaba cerca de las calles de Kroix y también abundaban los barcos de transporte. Había un gran número de barcos anclados en la orilla del río con muchísima gente trabajando. Allí era donde cargaban y descargaban las mercancías.
A pesar de no ser un pueblo, como era un sitio que reunía a gente, también era bastante normal que se reunieran los mercaderes así creando una zona con incontables paradas en fila.
Había edificios que parecían hospedajes para los trabajadores pero no había posadas. Los viajeros que llegaban hasta ese punto, en vez de parar allí, preferían continuar más lejos hasta Kroix.
El puente que se construyó con piedras espléndidas, estaba hecho para abarcar el enorme rio, con un arco ligeramente más alto para que los barcos pudieran pasar sin ninguna ruptura. Por ello, el arco tenía una forma distinta y hermosa y era una estructura maravillosa para la arquitectura.
-Es enorme…
-Esto es un puente. Sirve para cruzar ríos.
-Guau.
Latina estaba animada, al parecer, sí que era su primera vez viendo un puente.
“Me pregunto si Latina llegó aquí a través de la sierra… O por el otro lado del bosque… Si hubiese venido por mar, no importa qué, habría visto puentes.”, Dale, ante la visión de Latina, profundizaba su hipótesis.
Pasado el bosque, más adelante, se extendía una sierra escarpada. Pasado ese punto, todo le pertenecía al reino de Raband pero no había pueblos. El motivo era que la sierra escarpada era una tierra dura e inconveniente y que era el hogar de múltiples bestias mágicas.
Había aventureros que cruzaban para esa tierra para encontrar materiales raros o para conseguir experiencia pero, nadie había oído hablar jamás de un poblado humano. Sin embargo, más allá de ahí, yacía el poder de la raza demonio. Era la tierra adyacente al país del Primer Rey Demonio, con lo que no era imposible.
-Dale, Latina quiere caminar. ¿Por favor…?-Dijo Latina cuando se pararon a hacer cola para pagar el peaje del puente. Dale la bajó y Latina camino dando saltitos. Parecía divertirse.
-Aquí tiene.-Con esas palabras la pequeña entregó las monedas que Dale le había dado para el guarda. Latina lo estaba haciendo bien, pero se podía ver su inmadurez en su forma de comportarse.
Delante de ellos tras pasar la inspección, estaba el puente que era muchísimo más grande ahora que desde lejos.
-Guauuuuu.
Latina admiró los alrededores desde el puente.
-Vamos, Latina. Es peligroso para la gente de atrás si te paras de repente.
-Ah, perdón.-Dijo Latina mirando hacia delante rígida. No obstante, no podía parar de saltar.
Dale mostró una sonrisa, cogió a Latina, se acercó al borde del puente y miró hacia abajo.
-Gua. Guau. GUAU.-Latina alzó la voz una vez más al ver el agua fluyendo debajo de ella. Cuando un barco pasó por debajo alzó todavía más la voz.
Latina reaccionaba felizmente al ver la carga y a los pasajeros, haciendo que para Dale también fuese un espectáculo relajante.
Una vez pasado el puente, siguiendo la carretera hacia el norte, Dale se apartó un poco del camino y calculó el tiempo que quedaba hasta el anochecer. Se adentró en los bosques frondosos repletos de cada tipo de árbol, y echó un vistazo.
-¿Dale?
-Hoy acamparemos aquí.
-¿Ya? Todavía hay luz.
Latina parecía curiosa por lo que Dale sonrió y contestó:
-Cuando oscurezca no podremos montar el campamento, ¿no? No obstante, para compensar, nos levantaremos pronto.
No había signos de bestias mágicas donde Dale había mirado. Comprobó el suelo y buscó huellas, excrementos y demás. En los bosques como ese, al menos, debería haber animalillos y animalillos carnívoros que cazan a los anteriores. Eso es lo que juzgaba.
Ató las riendas en un árbol cercano y le quitó el equipaje para aliviar al caballo. Al hacerlo, el caballo empezó a comer hierba.
-Voy a por leña así que espérame aquí, Latina. No te vayas a ningún sitio sola, ¿vale?
-Sí.-Latina asintió seria.
-Si pasa algo, llámame, ¿vale? Porque no estaré muy lejos.
-Sí, no me pasará nada.
Latina rebuscó por el equipaje después de despedirse de Dale. Sacó una pequeña cazuela que Kenneth le había dado.
-No va mal y es barata, así que llévatela. Las carnes secas y las verduras están bien, así que son para después.
La niña sabía exactamente donde estaba todo, pues Kenneth le había estado diciendo y explicando todo mientras lo preparaba. Ella, con seriedad, señalaba y los nombraba todos, y sacó lo que necesitaba.
-No malgastes porque no vale la pena. Sólo hay que usar lo que necesitamos.-Recitó.
En este viaje la pequeña había intentado cumplir un sueño. Para ello, había practicado y se había preparado muchas, muchísimas veces.
-Sería genial hacer que Dale diga que algo está “buenísimo”.
Así se animó y en nada, Latina sacó el cuchillo.
Cuando Dale volvió, Latina había hecho un fogón a partir de varias rocas, había puesto la cazuela encima y estaba a punto de meter las patatas que habían traído mientras que las cortaba.
Dale se sorprendió ante tal visión, pues no se acordaba de haberle enseñado eso.
-Dale, ¿está bien? Kenneth me ha enseñado. Cuando hay rocas, pones la sartén así. ¿Está bien?-Le preguntó Latina.
-Ah… Hasta has hecho un buen agujero para el aire… Kenneth te ha enseñado, eh.
-Sí. Latina ha practicado. Mmm, ya sabes… ¡Porque Latina va a hacer las comidas!-Declaró.
Cocinar para Dale era uno de sus sueños, presumir de los resultados de sus prácticas, conseguirlo en este viaje aunque fuera algo simple, era una gran meta para Latina.



[1]Recordad que Latina es completamente arrítmica y al parecer, no sólo al bailar, también al cantar y tararear.

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