Capítulo 35: Informando a la chica de sus grilletes

agosto 20, 2016


En el momento en el que Latina escuchó esas palabras, su cuerpo entero se sobresaltó de la sorpresa. Se le cayó la cuchara haciendo un ruido fuerte. Era extraño que se comportase así.
-¿Latina…?
Había dejado de moverse por completo, y estaba cabizbaja. Ni siquiera respondía a Dale que no conseguía dar con el motivo de su cambio repentino.
-¿Qué pasa?
-Nada… Estoy bien.
Latina cambió la expresión y volvió a coger la cuchara, volviendo a comer como si nada. Hasta el final de la cena, Latina no volvió a abrir la boca.
Hasta cuando se preparaba para dormir en una de las esquinas del comedor, Latina siguió callada. No era una cama cómoda pero, tener un sitio donde dormir sin tener que preocuparse del temporal ni del tiempo o los depredadores era bastante bueno.
Latina se envolvió con las sábanas y apoyó la cabeza en la espalda de Dale.
-¿Estás bien, Latina?
-Latina está bien…
Dale suspiró al escucharla repetir las mismas palabras. Esa chica tenía mucha paciencia y no se quejaba. Él giró el cuerpo para ponerse de car a Latina, la abrazó con la sábana y todo. Le acarició la espalda con suavidad mientras se tumba con ella.
-¿Dale?
Dale se tapó con su propia sábana sonriendo. Podía sentir como la jovencita se aliviaba sólo con ser abrazada por él.
Latina cerró los ojos entre los brazos de Dale y murmuró:
-Dale… ¿Te quedarás con Latina?
-Sí.
-Si ese es el caso, entonces… Latina está bien.
Mientras miraba como ella se quedaba dormida, Dale pensó en la razón por la que Latina se pudiese asustar. Agarrarse con fuerza de su camisa mientras dormía, era algo que solía hacer cuando se encontraron. Seguramente, ahora lo estaba haciendo porque le preocupaba algo. Últimamente, había mimado a Latina, pero, ni aun cuando ella le pedía que durmieran juntos, se abrazaba así.
-Banafsaji…
El motivo por el que Latina se había puesto rara, había sido el nombre de este dios.
Entonces… ¿Podría ser que… la razón por la que echaron a Latina de su pueblo sea…?”
En Kroix no había un templo para Banafsaji ya que, de hecho, los templos eran organizaciones de las que se ocupaban aquellos con la protección divina y raramente aparecían humanos con la protección de Banafsaji, por lo que en una ciudad humana, como Kroix, no había motivo alguno por el que tener un templo a ese dios. La fe entre los humanos también era frágil. Al haber tan pocas oportunidades de bendecir, en comparación con otros dioses, este perdió su credibilidad. Sin embargo, no era así para las otras razas.
La protección divina de Banafsaji tiene la habilidad única de poder ver el futuro. La fuerza de la protección determina lo que se puede ver. Sin embargo, dejando de lado a los que podían predecir el tiempo o los desastres, el resto no parecían demasiado útiles para protegerse.
-El futuro de una persona, sabes, sólo se puede predecir vagamente, incluso ni los sacerdotes de alto rango pueden.-Dale acarició la espalda de Latina otra vez.-Basándome en cómo lo explican, pueden predecir el futuro tantas veces cómo quieran… Me pregunto por qué, los de tu pueblo, decidieron tu destino por algo tan incierto…
Los murmureos de Dale contenían una pizca de dolor y soledad, pero en la quietud de la noche, nadie lo escuchó.
-Id con cuidado.
-Esperad las buenas noticias.
Preparándose temprano, al lado de Dale, a quien Josef despedía, Latina se agarraba fuertemente a Dale. Era mucho más temprano de la hora a la que ella solía despertarse, pero en cuánto Dale se levantó, Latina también saltó de la cama en pánico. Dale sonrió amargamente pero, sin decir nada, meramente le acarició la cabeza.
Normalmente, al ver las gachas de trigo que había hecho Wuute, los ojos de Latina habrían saltado en la cocina que normalmente no veía en Kroix. A pesar de eso, desayunó tranquila y en silencio. Como si estuviese intentando esconder algo. Conteniendo la respiración como para que no la descubrieran, como si intentase que algo terrorífico pasase.
-¿Aatiaa? ¿Aichi?
Lo que cambió el ambiente fue la inocente sonrisa de la niñita. La bebé le daba su cuchara a Latina sonriendo. Por lástima, la mitad de lo que había en la cuchara se derramó y cayó por los movimientos temblorosos de la niña, pero a Maaya no pareció importarle.
-Maaya, sí, está bueno.
Cuando Latina volvió a sonreír como si escondiese algo, Maaya se confundió, y entonces, se entristeció.
-¿Atiaa? ¿Ay, ay?
En el mismo momento en que Latina se sorprendía, Maaya arrugó la cara y empezó a llorar.
-¿Ay…?
-¿Maaya?
-¡Guaaaaa!
Latina se asustó por el arranque de Maaya. La imagen de Latina agitada era algo nuevo para Dale.
-¿Eh? ¿Maaya? ¿Qué pasa…?
-Es porque los niños pequeños son sensibles a las emociones de los que están a su alrededor, ¿sabes?
Wuute cogió a Maaya de una forma habitual y empezó a consolar los lamentos de su hija. Perpleja, Latina sonrió incómoda.
-Latina, tú igual. Es mejor soltarlo todo cuando lo necesitas. Ya sea algo que te de miedo o que sea doloroso, ¿sabes? Después de todo, los niños pueden confiar en los adultos para eso.
Latina que había estado en un trance, se agitó con diferentes emociones.
Sus grandes ojos se llenaron de lágrimas, y tras un pequeño instante, grandes lágrimas empezaron a caer como si no pudiese retenerlas más.
Dale, en silencio, se quedó a su lado y le acarició la cabeza muchas veces, como solía hacer, Latina, mientras le abrazaba, empezó a gimotear.
Durante un rato, las voces llorosas de las niñas resonaron.
Cuando Maaya dejó de llorar, volvió de inmediato a como estaba antes y se acabó el desayunó frío. Tal y como era de esperarse, para Latina que estaba sorbiendo un té  que Wuute le había hervido, no era tan fácil.
-Lo siento… Muchas gracias.
-No pasa nada. Aunque no sé qué es lo que te da miedo, ¿no es mejor sentirte bien después de llorar? Todavía eres joven, no tienes que forzarte demasiado.
A Dale le costaba entender las expresiones de los hombrebestia pero, a juzgar por el tono de su voz, estaba seguro de que Wuute sonreía.
-Wuute… Lo siento…
-No hay nada por lo que disculparse. Después de todo, liarla es el trabajo de un niño.-Le dijo a Latina.
Aunque Dale no podía distinguir las apariencias de los hombresbestia, pensaba, desde lo más hondo de su corazón, que Josef se había casado con una persona muy buena.
-Dale…

-¿Sí?
-Latina, sabes, tiene miedo.
-Ya veo…
Dale, simplemente, aceptó las pocas palabras que se escaparon.
-Latina… Es una chica mala, eso dijeron, por eso… Dijeron que Latina no podía volver a donde había nacido… Eso fue lo que predijeron de Latina…
-Latina…
-La familia de Latina, ¿sabes? Dijo que se equivocaban. Que Latina no era mala… Pero, ¿sabes? Por culpa de Latina, Rag murió. Es porque estaba con Latina…-Miró a Dale, una vez más, con los ojos húmedos, y entonces, siguió hablando.-Es tal y como predijeron. Latina es una chica mala.
-Latina, ¿recuerdas la profecía?
Latina sacudió la cabeza ligeramente.
-No lo sé… Todo el mundo dijo muchas cosas sobre mí… Me dio mucho miedo…
-Ya veo… Tu familia dijo que Latina no era mala, ¿verdad?
-Sí.
Dale sonrió y puso su frente sobre la de ella. Reflejado en las pupilas de Latina estaba él, con una expresión llena de amor que ni siquiera notaba.
-Las palabras de dios son problemáticas para la gente, sobre todo las profecías de alto rango que intentan predecir el destino de una persona. Por eso la familia de Latina dijo eso, que Latina no era mala, y seguramente tenían razón.
-¿Eh…?
-Al menos, tu familia no se creyó las palabras de la profecía. Las palabras no declaraban a Latina mala como un hecho.
Latina estaba genuinamente atónita por las palabras de Dale. Jamás se le había ocurrido una posibilidad así hasta entones.
-Dale…
-Creo que sé más sobre protecciones divinas que tú… Latina, no tienes una protección divina, ¿verdad?
-Sí.
-Yo sí. Aunque no es la de Banafsaji… Sin embargo, sé muy bien qué tipo de protección divina es.
Latina sonrió tímidamente mirando a Dale.
-Dale es como un dios… Dale siempre me ayuda. Me da tantas cosas que quiero… Si quien me dejó conocer a Dale fue dios, entonces, supongo que Latina no tiene nada que temer…
Aunque el buen hombre tenía una protección divina, aunque no era muy creyente, a veces rezaba. 
Rezaba para que la chica fuera feliz, para que tuviera salud.
Si fue dios quien le permitió conocer a esta chica, entonces, él rezaría.



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