Capítulo 2: La hija no deseada

septiembre 24, 2016

La luz de la vela era muy débil.
Li Wei Yang estaba tumbada en la cama cuando se despertó de repente. Podía escuchar la conversación de fuera a la perfección.
Fuera de la habitación, la señora Ma estaba hablando con cautela:
-Madre, ¿crees qué tendríamos que ir a buscar un doctor para la Tercera Señorita? Después de todo, la enviaron los Li. Si se muere…
Después de escuchar las palabras de su nuera, la cara de la señora Liu se volvió fría y contestó:
-La moza se cree una señorita noble, pero por lo que he oído, es hija de una criada que se encargaba de lavar pies. Además, nació en Febrero, una terrible desgracia. Los Li son una familia respetable. No pudieron matarla así que se la enviaron a sus parientes lejanos de Ping Cheng. Encima, Lao Tai Tai y Li Furen enfermaron como consecuencia. ¿No es la gafe de su familia? Por eso entraron en pánico y nos la trajeron a nosotras, aquí al pueblo. En mi opinión, no sólo es un descalabro, también es una cerda vaga. Cada vez que se le da una tarea pequeñita, actúa como si se estuviese muriendo. ¡Esa culo gordo!
Li Wei Yang se sorprendió por la conversación. Estudió el entorno. La habitación no tenía mucho. La mayoría de ella era una mesa cuadrada, cuatro sillas de madera, un armario y por último, pero no menos importante, una cama de madera donde estaba tumbada en ese momento.
Este sitio es…
Su mente estaba nublada. La conversación de fuera se hizo más ruidosa y más clara.
-Cuando estaba en el estado de Li, tenía criadas y nunca tuvo que hacer nada arduo. Hoy no tuvo cuidado y se cayó en la nieve cosa que la ha hecho enfermar. No es exactamente culpa suya…
En esos momentos, el temporal era extremadamente frío, sin embargo, la señora Liu había obligado a Wei Yang, una jovencita, a hacer la colada en el lago helado. La señora Ma no había aguantado verlo.
La señora Liu se mofó:
-Hasta a un bebé muerto se le daría afecto pero, pero esta Tercera Señorita… Es completamente inútil. Le di una tarea pequeña pero no la ha podido hacer, es como si le hubiese dicho de hacer algo imposible. Lo que dicen es verdad, ¿a quién pretende engañar? Si no la empujo, no se moverá. Otra gente sólo da dos pasos, pero ella tiene que dar tres. Verla ahí, haciéndose la enferma me enfada. ¡También podría dejarla fuera hasta que se congelase!-Después de decir tales palabras, miró con intensidad a la señora Ma con una expresión escalofriante.-¿Crees qué no lo sé? Esa pequeña desgraciada te da pena. ¡Como te da tanta pena, adelante, haz la colada por ella!
La señora Ma respondió rápidamente:
-Madre, tienes razón. No diré más tonterías.
La señora Liu suspiró profundamente mientras se levantaba y golpeaba la puerta.
¿Qué pasa? ¿No estoy muerta? ¿Cómo puede ser que esté aquí?
Li Wei Yang quería moverse, pero su cuerpo carecía de energía, como si no tuviese huesos. Justo entonces, alguien subió las cortinas y entró. Poco después, Li Wei Yang estaba sentada entre los brazos de alguien. Los hombros de esta persona eran pequeños y delgados, con un pecho suave y tenía un sutil aroma a algarroba.
-Come un poco de sopa de arroz. Después de sudar mejorarás de la fiebre.
Un cálido aliento soplo le dio en la cara. Li Wei Yang pensó que estaba viendo un fantasma al ver la cara de la mujer. Si recordaba correctamente, esta pueblerina de unos veinte años era la señora Ma, la nuera más mayor de la familia de granjeros con los que había vivido en el pasado. Pero, ¿cómo podía ser esto? No había duda alguna de que le habían dado vino envenenado y, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, estaba viendo caras conocidas de hacía veintitrés años…
A los dieciséis años se casó con Tuo Ba Zhen. Ocho años más tarde se convirtió en Emperatriz. Después de eso, la encerraron en el Palacio Frío durante doce años. Al morir, ya tenía treinta y seis años. No obstante, la señora Ma estaba igual que hacía veintitrés años. ¡Era completamente increíble! Instintivamente, se miró las manos. Eran delgadas, finas y tan blancas como la porcelana. Ese par de manos no le pertenecían a una mujer de treinta y seis años, sino a una joven doncella. Cuando el pensamiento pasó por su mente, un destello de horror apareció en los ojos de Li Wei Yang.
La señora Ma habló preocupada:
-¿Qué pasa? ¿Todavía tienes frío?-Su voz estaba llena de calidez y se podía adivinar sin esfuerzo que era una amabilidad totalmente genuina.-Tenemos que ver un doctor, pero mi madre… Ella…
Li Wei Yang miró el tazón de sopa de arroz entre las manos de la señora Ma. No sabía qué tipo de arroz se usaba para cocinar la sopa, pero tenía un olor extraño. Por alguna razón, sus ojos se humedecieron. Si esto era un sueño, esperaba no despertarse nunca porque sentía, estaba sintiendo, que todavía estaba viva.
Li Wei Yang estaba a punto de hablar pero, de repente, vio a otra persona levantar las cortinas y entrar rápidamente. La señora Ma aún con el tazón de sopa de arroz miró y vio la expresión de la señora Liu. Todo su cuerpo tembló.
-¡¿Qué haces?! ¡Levanta!
La señora Ma se sorprendió y soltó a Li Wei Yang apresuradamente. Se levantó e hizo ademán de dejar el tazón en la mesa, pero, a causa de su ansiedad, un poco de sopa se derramó y le quemó la mano, pero se forzó a sí misma a aguantar la dolorosa quemada y dejó el bol en la mesa con cuidado.
La señora Liu hervía de enfado al presenciar cuán descaradamente su nuera le había dado comida en secreto a Li Wei Yang. Cogió el bol de sopa de arroz de la mesa y se lo tiró a la cara a la señora Ma. El sonido del bol haciéndose añicos contra el suelo resonó por la estancia mientras la señora Liu señalaba a la señora Ma.
-Zorra, ya te he dicho que no podías darle de comer. ¿Mis palabras te entran por un oído y te salen por el otro? ¡Si no quieres vivir en esta casa entones lárgate! ¡No te quedes aquí y me avergüences!
La lamentable señora Ma estaba empapada por el bol de sopa. Su cuerpo entero estaba rojo por haberse quemado. Tenía lágrimas en los ojos pero no se atrevió a decir una sola palabra. Todo lo que pudo hacer fue aferrarse a su faldón mientras se sacudía la sopa y pasaba a limpiar el desastre del suelo.
La señora Liu no había cambiado ni un ápice según lo que recordaba. Trataba a los demás mal sin ninguna compasión. No le importaba si era ella o la señora Ma, Liu las trataba como esclavas. Li Wei Yang miró intensamente a la señora Liu. Quería hablar, pero la señora Ma le guío el ojo rápidamente, como diciéndole que no dijera nada o sino, la castigarían aún más.
La señora Ma era una nuera amable, pero, no importa qué hiciera, esa malvada suegra suya no lo veía. Esta, se pasaba el día entero buscando fallos. Cuando vio a la señora Ma defendiendo a Li Wei Yang, inmediatamente pensó que la señora Ma estaba intentando ponerse en su contra, haciendo que sintiera rencor contra ambas.
Li Wei Yang apretó los dientes y observó a la señora Liu sin mediar palabra.
Instintivamente la señora Liu miró a Li Wei Yang. La señora Liu vio una gélida frialdad en los ojos de Wei Yang. Su corazón dio un brincó y gritó:
-¡¿Estás loca?! ¡¿Cómo me miras así?!
Li Wei Yang no tuvo tiempo de preguntarse por qué había vuelto a su viejo yo de trece años cuando el pensamiento dio la vuelta. Bajo su pecho, sintió un colgante de jade. Este colgante de jade se lo había dado su madre biológica cuando todavía era un bebé.
Su padre la había enviado a unos parientes lejanos hasta que tuvo los siete años. Al principio le habían dado sirvientas y criadas, pero, con el tiempo, se dieron cuenta que el Primer Ministro Li no tenía intención alguna de volvérsela a llevar a la capital. En vez de eso, bajo la persuasión de otra persona, la enviaron al campo y tuvo que vivir con una familia granjera a la que cada mes se le enviaban diez platas para sus gastos.
Seis meses atrás, por alguna razón, se habían dejado de pagar sus gastos. La señora Liu ya había ido tres veces a su puerta y les había pedido lo suyo, pero a los familiares de Li no les importaba. Por eso, la señora Liu todavía la resentía más. No sólo trataba a Wei Yang como una criada, la señora Liu era, encima, abusiva. No dejaba que Wei Yang se marchase y llamaba a gente para que le pegasen hasta que la niña tuvo todo el cuerpo magullado.
La señora Liu miró la apariencia de Wei Yang, frunció el ceño y gritó:
-¡Pequeña puta, ¿por qué estás tan estupefacta?!
El colgante de jade era lo único que su madre le había dejado como recuerdo. Había arriesgado su vida para guardarlo, temiendo que la señora Liu pudiese posar sus ojos en el.
Pero hoy…
Li Wei Yang levantó la cabeza y miró a la anciana. Había un destello de frialdad en su mirar, pero en un abrir y cerrar de ojos, apareció una sonrisa espléndida.
-Tía Zhou, más o menos, me has cuidado. No tengo nada con lo que mostrarte mi gratitud excepto este collar de jade que me gustaría darte como muestra de afecto.
Si no recordaba mal, la señora Liu encontraría el colgante de jade dos semanas más tarde. Deseosa de recuperarlo, en aquel entonces, sufrió un abuso físico muy cruel. Más tarde, cuando se convirtió en la mujer del Tercer Príncipe, envió gente a buscarlo, sin embargo, el pueblo había pasado una epidemia y la mayoría de los villanos habían muerto, incluida la señora Liu. Por tanto, el colgante de jade no se encontró jamás.
La señora Liu no podía creer que la misma Li Wei Yang en persona le estaba ofreciendo el collar que siempre había querido y que estaba escondido en algún lado. Se puso feliz, pero se mofó fríamente y arrebató el collar de las manos de la niña diciendo:
-¡Esto no es suficiente!
La señora Ma estaba sorprendida y miró a Li Wei Yang como si no la conociese. Hasta dónde ella sabía, Wei Yang siempre había escondido cautelosamente el collar para evitar que alguien se lo quitase. ¿Cómo podía estar dándoselo de repente a la señora Liu…?
La señora Liu se aferró al collar, su humor había mejorado. Hizo un ruido y dijo en tono burlón:
-Olvídalo, quédate en cama hoy, pero mañana, ¡tienes que despertarte y trabajar!
La sonrisa de Wei Yang era amable y obediente.
-Por supuesto, tía Liu. ¡Mañana trabajaré sin parar!
La señora Liu se sorprendió ante la obediencia de Li Wei Yang. Estuvo a punto de decir algo, pero justo entonces, entró un hombre alto. Como si estuviese ya acostumbrado a tal escena, al ver como estaba el interior, con cara enfadada, miró a la señora Ma, desdeñoso y rió forzadamente:
-Madre, ¿por qué estás tan enfadada? Vamos. He traído una tela de seda del mercado que es idéntica a la que llevaba Li Furen. ¡Ven conmigo a mirarla!-Instó y arrastró a la señora Liu afuera.
Mientras la señora Liu era arrastrada, se dio la vuelta y le dijo a la señora Ma:
-¡Si te pillo dándole de comer otra vez, te arrancaré el pescuezo!
Después de eso, la señora Liu desapareció. La señora Ma se cubrió el rostro y rompió a llorar.
Li Wei Yang miró a la señora Ma y sacudió la cabeza ligeramente. Uno no debería ser débil ni fácil de manipular. Había muchas formas de recuperar el colgante de jade. Al tratar con alguien tan trapacero como la señora Liu, ¡uno tenía que usar un método todavía más maquiavélico! 

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images