Capítulo 29: Invitación en la lluvia

enero 13, 2017

La herida del rostro de Li Chang Xi se había convertido en una cicatriz que para cubrir un poco, necesitaba una gran cantidad de polvos. Se tuvo que recuperar en su chambra durante un mes. Con el tiempo, tuvo que dejar de mala gana sus aposentos en Shuang Yue Ge e ir a He Xiang Yuan cuando Lao furen se lo pidió por quinta vez.
Acababa de entrar en el recinto de Lao furen cuando escuchó una risa.
-¡Wei Yang, siempre me haces reír!
Li Wei Yang llevaba un vestido de seda amarilla y verde, en el cuello había orquídeas bordadas haciéndolo destacar mucho. En su cabeza había una simple horquilla de jade. Emitía un aura amigable y jovial, la hacía parecer una persona muy amigable. La sonrisa en su rostro era aún más jovial.
-La suerte es mía por estar al lado de Lao furen.
Lao furen se rio otra vez y le tocó la cabeza mientras le decía a Luo mumu.
-¡Está mintiendo otra vez! ¡Qué lengua más dulce la suya!
Li Chang Xi estaba sorprendida. Lao furen por norma general era seria y respetable. Nunca había sido demasiado cercana a sus nietas. ¿Desde cuándo era tan cariñosa con Li Wei Yang? Lo que no sabía era que durante el mes pasado, Li Wei Yang la había estado visitando regularmente. Se había vuelto la compañera de Lao furen mientras rezaban, bebían té y hablaban. Desde entonces, todo el mundo sabía que la favorita de Lao furen era Li Wei Yang.
Justo entonces, una criada se apresuró a arreglar la apariencia de Wu xiaojie.
Li Chang Xi la siguió enseguida y llevó a cabo sus saludos.
-Chang Xi ha estado enferma, pero ha venido aquí de inmediato para saludar a Lao furen en cuanto se ha recuperado. Perdóname, por favor.
Lao furen la miró despreocupadamente.
-Levántate.
Li Chang Xi sabía que su comportamiento en Nan Yuan debía haber llegado a sus oídos. Estaba algo ansiosa, su cuerpo estaba rígido, incapaz de moverse. Li Wei Yang echó un vistazo a la expresión de Lao furen y entonces, soltó una risita y avanzó. Ayudó a levantarse a Li Chang Xi.
-Wu meimei, no deberías pedir perdón por tonterías todo el rato. Lao furen es una persona benevolente, no te culpará.
La expresión de Li Chang Xi cambió. De repente se dio cuenta que Li Wei Yang ya comprendía el humor de Lao furen muy bien. Ambas eran hijas de concubinas. Si Li Wei Yang podía ganarse el favor de Lao furen, ¿por qué no podría ella?
-Lao furen… Es que Chang Xi está inquieta…-Li Chang Xi parpadeó muchas veces mientras las lágrimas empezaron a caer de sus ojos.
Li Wei Yang sonreía. Parecía que Li Chang Xi lo había pensado bien pues no gritaba palabras venenosas ni se guiaba por el enfado.
Lao furen suspiró y dijo:
-Eres una niña dócil, lo sé. Debe ser difícil para ti.
Cuando escuchó esas palabras de Lao furen, Li Chang Xi por fin dejó de llorar. Li Wei Yang sonrió ligeramente.
-Gracias a la rápida recuperación de Wu meimei, podremos visitarnos más a menudo.
Li Chang Xi miró a Wei Yang sintiendo algo complicado por dentro. Lao furen asintió.
-Exacto. No sólo sois hermanas, también sois las xiaojies de la finca del primer ministro. No permitiré que os peleéis por un asunto tan trivial. Cuando eso pase, da igual quién tenga razón, las dos seréis castigadas, ¿entendido?
Li Wei Yang parpadeó y contestó:
-Entendido.
Poco después, ambas abandonaron el recinto de Lao furen. Lao furen se dio la vuelta hacia Luo mumu y preguntó:
-He oído que Qi yiniang está enferma. Tiene tos seca. Ves a llamar al doctor para que la revise.
Era por San xiaojie, Luo mumu lo entendió de inmediato.
-Sí. Lao furen es la más magnánima. La última vez cuando volvió de Nan Yuan, Laoye comentó que vivir en esa condición era terrible. Se pidió un doctor para Qi yiniang, además de que enviaron cuatro criados para cuidarla. Ahora las cosas están mucho mejor. Debe ser el buen karma.
Lao furen asintió.
-Por suerte para Qi yiniang, tiene una hija inteligente.
Luo mumu respondió:
-Normalmente, cuando Lao furen reza, Da xiaojie también viene, sin embargo, todavía es joven así que se impacienta y se va al poco rato. Pero San xiaojie, hace lo contrario, es muy raro. Se pude sentar y rezar con Lao furen durante dos o tres horas. No hay duda de que tiene a buda en su corazón.
Lao furen rio.
-No estoy ciega. Me es fácil saber quién es genuino y quién no. Aunque lo que esa niña busca es un lugar en el que apoyarse, no me importa ayudarla por su corazón genuino. Y lo más importante de todo, valora el apoyo.
Luo mumu ayudó a tumbarse a Lao furen.
-Espero que San xiaojie no decepcione las buenas intenciones de Lao furen.
Lao furen cerró los ojos y dijo:
-Aunque es lista, todavía es muy joven…-Suspiró.
Luo mumu tuvo un espasmo de la sorpresa y no se atrevió a decir nada más.

Al anochecer, Li Wei Yang encontró un libro rudimentario de caligrafía que había dejado en la mesa y empezó a practicar su escritura. En la capital no faltaban doncellas talentosas y habilidosas, por ejemplo, Li Zhang Le. Al primer año, ya podía leer; a los tres, era capaz de recitar poesía; a los cinco, había memorizado las opiniones de Bai. Siempre había sido superior en cuanto a su apariencia y había recibido muchos elogios. En su vida anterior, Li Wei Yang empezó a aprender a escribir y a leer libros cuando volvió a la finca. Estaba rezagada en comparación con el resto de señoritas nobles. Aunque se esforzó al máximo, sólo consiguió reconocer los caracteres. Muchos se habían burlado de su caligrafía hasta que finalmente, había dejado de escribir y de leer. Sin embargo, practicar caligrafía ahora la ayudaba a mejorar su concentración y sus pensamientos. Era una ventaja para Wei Yang.
La ventana se abrió con un fuerte ruido. Una brisa fría se precipitó dentro, haciendo que las páginas de los libros se movieran. Bai Zhi, que estaba cosiendo a un lado, se levantó y cerró la ventana. Frunció el ceño al notar el cambio de tiempo. El día había sido soleado y cálido pero ahora, el tiempo se había vuelto oscuro y sombrío.  Se dio la vuelta y le habló a Li Wei Yang.
-Xiaojie, ya se ha hecho muy oscuro. No deberías practicar caligrafía a oscuras. Deja que te encienda otra vela.
Li Wei Yang asintió pero no la miró. Bai Zhi sabía que cuando ella practicaba escritura, no le gustaba que la interrumpieran. En silencio, cerró la ventana y se marchó.
Pasaron otros treinta minutos, los cielos se volvieron más oscuros y grises. Hubo un rayo seguido del sonido de los truenos y entonces, la lluvia cayó en plomo. El sonido del chubasco se oída por todos lados. Li Wei Yang alzó la vista, se puso en pie y abrió la ventana. Su cuerpo se sacudió al mirar afuera. No le gustaba la lluvia nocturna. La noche en la que Yu Li murió llovía igual. En consecuencia, cada vez que caía un chubasco en el mundo como aquel día, todos esos recuerdos dolorosos volvían a ella.
Justo entonces, Zi Yan se acercó a la puerta apresuradamente y dejó un paraguas de bambú. Después de secarse la cara de la lluvia, entró.
-Xiaojie, acabo de ver a Rong’er que sirve a Qi yiniang. Dice que Qi yiniang te ha enviado una carta.
Rong’er era la nueva criada que habían enviado a Qi yiniang. Era una chica astuta. Li Wei yang cogió la carte que Zi Yan le dio y leyó el contenido.
-Tengo algo que decirte en secreto, ven, rápido.
Li Wei Yang cogió la carta con una mano y alzó la cabeza hacia Zi Yan.
-¿Dónde has visto a Rong’er?
Zi Yan respondió con sinceridad:
-En la zona del jardín. Yo estaba allí buscando semillas de flores y me la he encontrado de casualidad.
Li Wei Yang hizo una pausa.
-La lluvia debió empezar en ese momento. De Nan Yuan allí sólo se tardan treinta minutos.-Pero había estado lloviendo desde hacía una hora…
Zin Yan no comprendió lo que Wei Yang murmuraba. Sintió que era extraño.
-Xiaojie, ¿qué has dicho?
Según la carta, Qi yiniang tenía algo importante que decirle, así que, obviamente, tendría que ir sola. Los dedos de Li Wei Yang acariciaron la carta mientras decía tranquilamente:
-Ves y reúne a todas las criadas y mumus del recinto. Diles que se pongan chubasqueros; tienen órdenes  que seguir.
Por alguna razón, Zi Yan sintió que algo siniestro estaba a punto de pasar…

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