Capítulo 30: Dándole bien a un inútil
marzo 15, 2017Li Wei Yang tenía que pasar por el remoto jardín trasero para llegar a Nan Yuan. Les ordenó a todos sus criados que se escondieran en una esquina oscura. Sólo llevó consigo a Bai Zhi, que le aguantaba el paraguas conforme iban al jardín.
A pesar de que Bai Zhi intentó aguantar el paraguas bajo la lluvia, un lado de los hombros de Li Wei Yang se empapó de todas formas. Gao Jin estaba escondido bajo las hojas de la banana con su criado detrás de él aguantándole el paraguas.
-Shaoye, ¡ya viene San xiaojie!-le alertó su criado.
El par de ojos de Gao Jin ya había empezado a comerse a Li Wei Yang con los ojos. Ella vestía una chaqueta hecha de yunjin[1]con urracas sobre un ciruelo bordadas. Debajo llevaba una alda del mismo color hecha de hongjin[2]. La muchacha parecía delicada y grácil mientras se acercaba caminando. Gao Jin la miró de los pies a cabeza, observándola y poniéndose todavía más nervioso. Se regocijaba en silencio; a partir de ese día ¡ella sería suya!
Bai Zhi tenía la sensación de que había alguien observándolas. Se inquietó:
-Xiaojie, tengo miedo.
Li Wei Yang sonrió débilmente.
-No hay nada que temer.
Su voz, como campanas tintineando contra el viento, hizo sentir a Gao Jin el impulso repentino de tenerla y no se pudo contener más. Saltó con la esperanza de cogerla.
En cuanto saltó, Gao Jin empezó a sentir un entumecimiento y dolor en sus manos.
Li Wei Yang alzó las cejas y le pateó, despiadadamente, en la parte más importante de sus partes bajas. Justo cuando ella posó su pie en las partes bajas de él, las manos de Gao Jin parecieron romperse y, después de soltar un grito, su cuerpo entero se cayó hacia atrás.
Bai Zhi sacó de inmediato una bolsa de tela, le rodeó la cabeza con esta y gritó:
-¡Qué alguien venga deprisa, hay un ladrón! ¡Deprisa!
En cuestión de segundos los criados que habían venido con ellas se acercaron corriendo. Li Wei Yang señaló a Gao Jin y dijo con frialdad:
-Dadle una buena paliza. ¡Pegadle hasta reventarle!
-¡¿Quién osa pegarme?!-la persona con la bolsa en la cabeza gritó.-¡Soy Biao xiaojie!
¿Qué está pasando…?
Todos los presentes estaban confundidos.
Li Wei Yang sonrió fríamente.
-¿Por qué iba a estar Biao shaoye en el jardín trasero? Es obvio que el criminal sólo intenta pasarse de listo con la esperanza de librarse del castigo. ¡Pegadle!
Tras presenciar cómo San xiaojie se había encargado de Hua Mei, todos los criados empezaron a temerla por lo que, ¿quién iba a atreverse a contradecir sus órdenes?
Gao Jin gritó y rogó por su vida, y maldijo a los criados pero los mismos, temiendo que San xiaojie pudiera pensar que no se estaban esforzando lo suficiente, le mantenían sujeto mientras le pegaban.
Li Wei Yang miró hacia el platanero no muy lejos de ahí, y para su sorpresa, vio desaparecer la silueta de una persona.
Estuvieron pegando a Gao Jin durante casi una hora y media hasta que los criados se quedaron sin fuerza y pararon la paliza. Ya habían golpeado al inútil con la bolsa en la cabeza que había querido asaltar a Wei Yang hasta dejarlo casi al borde de la muerte.
Li Wei Yang le miró de soslayo, y entonces, ordenó:
-¡Echad a este criminal!
Cuatro criadas tiraron por encima de los muros a un Gao Jin medio muerto.
El criado que había ido con él por fin se atrevió a salir. Temblando, levantó la bolsa de ropa y vio gotas de sangre en la frente de su señor, tenía la nariz inclinada hacia un lado, le habían arrancado el contorno de los ojos que, por cierto, carecían de color y sus palabras eran incomprensibles. Sabía que esta vez se habían metido en un buen lío.
A pesar de que Bai Zhi intentó aguantar el paraguas bajo la lluvia, un lado de los hombros de Li Wei Yang se empapó de todas formas. Gao Jin estaba escondido bajo las hojas de la banana con su criado detrás de él aguantándole el paraguas.
-Shaoye, ¡ya viene San xiaojie!-le alertó su criado.
El par de ojos de Gao Jin ya había empezado a comerse a Li Wei Yang con los ojos. Ella vestía una chaqueta hecha de yunjin[1]con urracas sobre un ciruelo bordadas. Debajo llevaba una alda del mismo color hecha de hongjin[2]. La muchacha parecía delicada y grácil mientras se acercaba caminando. Gao Jin la miró de los pies a cabeza, observándola y poniéndose todavía más nervioso. Se regocijaba en silencio; a partir de ese día ¡ella sería suya!
Bai Zhi tenía la sensación de que había alguien observándolas. Se inquietó:
-Xiaojie, tengo miedo.
Li Wei Yang sonrió débilmente.
-No hay nada que temer.
Su voz, como campanas tintineando contra el viento, hizo sentir a Gao Jin el impulso repentino de tenerla y no se pudo contener más. Saltó con la esperanza de cogerla.
En cuanto saltó, Gao Jin empezó a sentir un entumecimiento y dolor en sus manos.
Li Wei Yang alzó las cejas y le pateó, despiadadamente, en la parte más importante de sus partes bajas. Justo cuando ella posó su pie en las partes bajas de él, las manos de Gao Jin parecieron romperse y, después de soltar un grito, su cuerpo entero se cayó hacia atrás.
Bai Zhi sacó de inmediato una bolsa de tela, le rodeó la cabeza con esta y gritó:
-¡Qué alguien venga deprisa, hay un ladrón! ¡Deprisa!
En cuestión de segundos los criados que habían venido con ellas se acercaron corriendo. Li Wei Yang señaló a Gao Jin y dijo con frialdad:
-Dadle una buena paliza. ¡Pegadle hasta reventarle!
-¡¿Quién osa pegarme?!-la persona con la bolsa en la cabeza gritó.-¡Soy Biao xiaojie!
¿Qué está pasando…?
Todos los presentes estaban confundidos.
Li Wei Yang sonrió fríamente.
-¿Por qué iba a estar Biao shaoye en el jardín trasero? Es obvio que el criminal sólo intenta pasarse de listo con la esperanza de librarse del castigo. ¡Pegadle!
Tras presenciar cómo San xiaojie se había encargado de Hua Mei, todos los criados empezaron a temerla por lo que, ¿quién iba a atreverse a contradecir sus órdenes?
Gao Jin gritó y rogó por su vida, y maldijo a los criados pero los mismos, temiendo que San xiaojie pudiera pensar que no se estaban esforzando lo suficiente, le mantenían sujeto mientras le pegaban.
Li Wei Yang miró hacia el platanero no muy lejos de ahí, y para su sorpresa, vio desaparecer la silueta de una persona.
Estuvieron pegando a Gao Jin durante casi una hora y media hasta que los criados se quedaron sin fuerza y pararon la paliza. Ya habían golpeado al inútil con la bolsa en la cabeza que había querido asaltar a Wei Yang hasta dejarlo casi al borde de la muerte.
Li Wei Yang le miró de soslayo, y entonces, ordenó:
-¡Echad a este criminal!
Cuatro criadas tiraron por encima de los muros a un Gao Jin medio muerto.
El criado que había ido con él por fin se atrevió a salir. Temblando, levantó la bolsa de ropa y vio gotas de sangre en la frente de su señor, tenía la nariz inclinada hacia un lado, le habían arrancado el contorno de los ojos que, por cierto, carecían de color y sus palabras eran incomprensibles. Sabía que esta vez se habían metido en un buen lío.
* * * * *
Acababa de llover y de las hojas de color verde jade se deslizaban gotas de agua que caían hasta chocar contra el suelo. Da furen no sabía por qué estaba agitada. Por fin bajó las perlas de Buddha que había estado meciendo durante mucho tiempo y le habló a Li Zhang Le que estaba a su lado.
-Hoy estoy inquieta, como si…
Li Zhang Le bajó la vista, cubriendo la frialdad de sus ojos. Iba a pasar algo con el tiempo, pero para ella, sería una buena noticia.
Tan sólo había dicho parte de lo que quería decir cuando abrieron las cortinas de la puerta y alguien se apresuró a entrar. Tal vez el criado había corrido hasta ahí por lo que no podía parar y se cayó al suelo. No fue hasta después de rodar varias veces por el suelo y levantarse que recuperó la compostura. Ni siquiera se molestó en limpiarse la suciedad de la cara y le gritó a Da furen:
-¡Da furen, mal! ¡Ha pasado algo grande!
La persona en cuestión era Qiuzi que sería a Gao Jin. La complexión de Da furen empalideció:
-¿No sabes dónde estás? ¡¿Cómo puedes entrar así?! ¡Vete ahora mismo!
El rostro de Qiuzi emblanqueció.
-Malas noticias, malas noticias… ¡Ha pasado una cosa muy gorda!-Habló como si se acabase de encontrar con unos fantasmas, su cuerpo entero temblaba.-Xiaoye estaba en el jardín ahora mismo, él… él…
Da furen estaba sorprendida.
-¿Qué ha… hecho esta vez?
La anciana quería preguntar en qué problemas se había metido ya pero era inapropiado decir algo así, por lo que lo parafraseó. Li Zhang Le levantó los labios un poco, esta escena también era parte de su plan. Después de que Biaoge tuviese éxito, tenía que enviar a su criado a dar la noticia de que había confundido a San Xiaojie con una criada así que la había reclamado como suya. En ese momento, cuando la anciana se enterase, a pesar de que se enfadaría, le cubriría de todas formas. Así, se podrían librar de Li Wei Yang que era como una espina en sus ojos.
-Shaoye estaba en el jardín, quién se iba a imaginar… quién se iba a imaginar que…-Qiuzi estaba muy ansioso, tanto que tenía la cabeza cubierta de sudor.-Quién iba a imaginarse que San xiaojie traería a un m montón de gente para darle una paliza a Shaojie.
Da furen se quedó de piedra, con ojos helados.
-¿Li Wei Yang? ¡¿Qué ha pasado exactamente?!
Qiuzi vaciló sin decir ni una sola palabra. Da furen habló con frialdad:
-¿Ha vuelto a acosar a Li Wei Yang? ¡Estúpido! ¡Absolutamente estúpido!
En ese momento la mujer escuchó el sonido del cristal rompiéndose desde un lado. A Li Zhang Le se le había caído sin querer su taza, derramando todo el té por el suelo. Llegados a ese punto, Da furen lo comprendió de repente, y saltó:
-¡Idos todos menos Da xiaojie!
Qiuzi quería decir más pero el resto le sacaron fuerta. El bello rostro de Li Zhang Le se puso blanco de repente como pasmada por el fracaso de su primo y, lo que es más importante, no sabía cómo encararse al interrogatorio de esa mujer.
-¡Eres muy estúpida!-Da furen ya no estaba tranquila, alzó las cejas y su semblante armonioso hervía de rabia.
-¡Madre!- A Li Zhang Le le atacó el pánico por un momento pero se calmó justo después. Rechinó los dientes enfadada en su boca roja y su voz era tan fina como un cuchillo.-Quería castigarle…
-¡Eres demasiado impaciente!-Da furen apretó las manos que tenía cogidas mientras se paseaba de un lado al otro de la habitación. Li Zhang Le la observó sorprendida, en sus recuerdos, jamás había visto a su madre tan descompuesta.
-Madre…
-¡¿Cuántas veces te tengo que decir que tienes un futuro prometedor?! ¡¿Cómo te puedes involucrar con este tipo de gente?!-Da furen detuvo sus pasos brevemente, giró la cabeza, su expresión era dura. De repente, como el rojo apareciendo en la oscura noche, se volvió evidentemente cruel.-En un principio iba a guardarlo para usarlo más adelante, pero ahora que ha pasado esto, ¡sólo podemos sacar lo mejor de esto! ¡Tenemos que deshacernos de este señorito!
-Hoy estoy inquieta, como si…
Li Zhang Le bajó la vista, cubriendo la frialdad de sus ojos. Iba a pasar algo con el tiempo, pero para ella, sería una buena noticia.
Tan sólo había dicho parte de lo que quería decir cuando abrieron las cortinas de la puerta y alguien se apresuró a entrar. Tal vez el criado había corrido hasta ahí por lo que no podía parar y se cayó al suelo. No fue hasta después de rodar varias veces por el suelo y levantarse que recuperó la compostura. Ni siquiera se molestó en limpiarse la suciedad de la cara y le gritó a Da furen:
-¡Da furen, mal! ¡Ha pasado algo grande!
La persona en cuestión era Qiuzi que sería a Gao Jin. La complexión de Da furen empalideció:
-¿No sabes dónde estás? ¡¿Cómo puedes entrar así?! ¡Vete ahora mismo!
El rostro de Qiuzi emblanqueció.
-Malas noticias, malas noticias… ¡Ha pasado una cosa muy gorda!-Habló como si se acabase de encontrar con unos fantasmas, su cuerpo entero temblaba.-Xiaoye estaba en el jardín ahora mismo, él… él…
Da furen estaba sorprendida.
-¿Qué ha… hecho esta vez?
La anciana quería preguntar en qué problemas se había metido ya pero era inapropiado decir algo así, por lo que lo parafraseó. Li Zhang Le levantó los labios un poco, esta escena también era parte de su plan. Después de que Biaoge tuviese éxito, tenía que enviar a su criado a dar la noticia de que había confundido a San Xiaojie con una criada así que la había reclamado como suya. En ese momento, cuando la anciana se enterase, a pesar de que se enfadaría, le cubriría de todas formas. Así, se podrían librar de Li Wei Yang que era como una espina en sus ojos.
-Shaoye estaba en el jardín, quién se iba a imaginar… quién se iba a imaginar que…-Qiuzi estaba muy ansioso, tanto que tenía la cabeza cubierta de sudor.-Quién iba a imaginarse que San xiaojie traería a un m montón de gente para darle una paliza a Shaojie.
Da furen se quedó de piedra, con ojos helados.
-¿Li Wei Yang? ¡¿Qué ha pasado exactamente?!
Qiuzi vaciló sin decir ni una sola palabra. Da furen habló con frialdad:
-¿Ha vuelto a acosar a Li Wei Yang? ¡Estúpido! ¡Absolutamente estúpido!
En ese momento la mujer escuchó el sonido del cristal rompiéndose desde un lado. A Li Zhang Le se le había caído sin querer su taza, derramando todo el té por el suelo. Llegados a ese punto, Da furen lo comprendió de repente, y saltó:
-¡Idos todos menos Da xiaojie!
Qiuzi quería decir más pero el resto le sacaron fuerta. El bello rostro de Li Zhang Le se puso blanco de repente como pasmada por el fracaso de su primo y, lo que es más importante, no sabía cómo encararse al interrogatorio de esa mujer.
-¡Eres muy estúpida!-Da furen ya no estaba tranquila, alzó las cejas y su semblante armonioso hervía de rabia.
-¡Madre!- A Li Zhang Le le atacó el pánico por un momento pero se calmó justo después. Rechinó los dientes enfadada en su boca roja y su voz era tan fina como un cuchillo.-Quería castigarle…
-¡Eres demasiado impaciente!-Da furen apretó las manos que tenía cogidas mientras se paseaba de un lado al otro de la habitación. Li Zhang Le la observó sorprendida, en sus recuerdos, jamás había visto a su madre tan descompuesta.
-Madre…
-¡¿Cuántas veces te tengo que decir que tienes un futuro prometedor?! ¡¿Cómo te puedes involucrar con este tipo de gente?!-Da furen detuvo sus pasos brevemente, giró la cabeza, su expresión era dura. De repente, como el rojo apareciendo en la oscura noche, se volvió evidentemente cruel.-En un principio iba a guardarlo para usarlo más adelante, pero ahora que ha pasado esto, ¡sólo podemos sacar lo mejor de esto! ¡Tenemos que deshacernos de este señorito!
[1]Yunjin: (南京云锦) se trata de un brocado increíblemente hermosa hecha en Nanjin, la ciudad capital de la provincia oriental Jiangsu.
[2]Hongjin: otro tipo de tela.
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