Capítulo 35: Reencuentro con un viejo conocido

abril 22, 2017


Al día siguiente Li Wei Yang fue a ofrecer sus respetos a Lao Furen como siempre, pero inesperadamente, se detuvo a medio camino.
-¿No es San Biaomei?-Se escuchó una voz en el pabellón.
Bai Zhi vio a un grupo de jovencitas acercándose y su rostro se tensó. Li Wei Yang siguió su línea de visión y vio como unas cuantas chicas caminaban en su dirección a zancadas; Gao Min, a quien había visto el día anterior, dirigía el grupo. Los ojos de Gao Min se entrecerraron.
-¡Li Wei Yang!
Gao Min era la hija mayor de Guo furen y el marqués de Bo Chang; tenía una reputación respetable y era habilidosa en literatura y música además de ser muy conocida en la capitla. Ayer había sido víctima de las tácticas de Wei Yang por lo que no pudo evitar estar sedienta de venganza.
-¡Ayer te divertiste!-Gao Min era alta y un mes más grande que Li Zhang le. En ese momento miraba a Li Wei Yang.
-No estoy segura de lo que pretendes decir con esas palabras.-Li Wei yang desestimó sus palabras con tranquilidad.
Esta yatou era arrogante. Una pizca de rabia cruzó los ojos de Gao Min.
-Si sabes que soy tu biaojie, ¿por qué no me saludas?-Gao Min alzó las cejas en forma de hoja de sauce y su voz.
Li Wei Yang sonrió.
-He crecido en el campo así que no entiendo estas etiquetas, no te ofendas, por favor.-Cuando terminó de hablar sus ojos se posaron sobre Li Zhang Le, que estaba a un lado. Wei Yang sabía por su expresión tan tranquila que ella debía ser quién había instigado a Gao Min para molestarla.
Gao Min rio con frialdad:
-¡Arrodíllate y admite tu culpa!
Sus modales eran tan arrogantes y déspotas que los ojos de Bai Zhi enrojecieron de ira.
Li Wei Yang miró a Gao Min, su rostro tenía cierta malicia. Era alguien que se creía superior al resto y siempre pisoteaba a los demás como si de hormigas se tratasen. Este tipo de gente era muy abominable.
-¿No sabes qué culpa tienes? Eres la hija del Primer Ministro, hija de una familia eminente. Deberías cultivar tu personalidad y comportarte éticamente pero encubres el mal comportamiento de tus criadas y no dejas de inventar excusas. Si me diera por contar tus fechorías, ¡no podrías ni soñar con casarte!
Las palabras de Gao Min eran maliciosas y la expresión de Li Zhang Le era tan tranquila como si no pudiera oír nada. Li Chang Xi lo escucho desde el otro lado y sus labios se alzaron en forma de sonrisa. Ya fuera Li Zhang Le o Li Wei Yang la que cayese en desgracia daba igual, le alegría del mismo modo. Sólo el rostro de Li ChangXiao revelaba sus preocupaciones a pesar de no decir palabra alguna.
-Así que he estado equivocada desde un principio…-Li Wei Yang pareció estar hablando consigo.
-¡Por supuesto! ¡Y muy equivocada!-Gao Min alzó la barbilla y la menospreció desde donde estaba.-Si te arrodillas y pides perdón ahora, voy a considerar dejar que salgas airosa. Si el asunto de ayer se hiciera público tu reputación estaría arruinada.
Li Wei Yang mostró una sorprendentemente sonrisa glacial.
-¿Arrodillarme y pedir perdón?-Li Wei Yang de repente avanzó un paso, mirando directamente a los ojos de Gao Min.-¿Quieres que todo el mundo sepa de lo ayer? ¿Qué todo el mundo sepa que tu Er ge es un pervertido, un tonto que intentó asaltar a una mujer y que sólo consiguió que le pegaran? ¿O que mi hermana Li Zhang Le quedaba con tu Er ge pero que mi pobre SanDi les descubrió así que los dos se juntaron e hirieron de gravedad a SanDi para eliminar los testigos? Min Biaojie, sólo soy la hija de una concubina. ¿Qué crees que les interesará más a las gentes de la capital: mi irracional y obstinado comportamiento o la vida amorosa de la hija de buena reputación del Primer Ministro? Si dejas que todo el mundo se entere de esto, ¡me arruinarás a mí pero también a tu querida Da Biaomei!
Estas palabras, una a una, golpearon el rostro de la, en un principio, arrogante y déspota muchacha. La expresión de Gao Min cambió y retrocedió un paso sin querer. La cara de Li Zhang Le se tornó completamente blanca y, en cuanto a las demás, estaban perplejas. Jamás habían visto un comportamiento tan agresivo de Li Wei Yang.
Gao Min habló:
-¿Te atreverías? ¿De verdad te atreverías?
Li Wei Yang se limitó a quedarse ahí de pie, despreocupadamente, y las miró.
-¿Qué no me atrevería a hacer?-Se acarició la manga y dijo cada palabra.-Tú estás harta de mí y yo no quiero posar mis ojos en ti. Como no podemos soportar vernos, espero que a partir de ahora si Min Biaojie me ve se quede a un mínimo de tres pasos de mí, por favor.-Tras terminar de hablar, se dio la vuelta para marcharse.
-¡Li Wei Yang!-Gritó Gao Min enfadada.- ¡Maleducada! ¡Mira, como cuent-…!
-¿Contárselo a mi padre?-Li Wei Yang se dio la vuelta con brusquedad, con los ojos disparado rayos como si no fuera una frágil doncella de trece años.-Adelante, estoy segura que disfrutará que Min Biaojie meta las narices en mis asuntos y le ayude a educar a su hija. ¡Creo que padre todavía no ha olvidado del todo lo que dijiste la otra vez!
Gao Min temblaba de ira, su rostro empalideció; no podía pronunciar palabra alguna mientras miraba a Li Wei Yang.
Li Zhang Le, en un principio, quería que la arrogante Gao Min castigase a Li Wei Yang pero a juzgar por la situación no le quedó alternativa a mantener la calma y decir con dulzura:
-Min Biaojie, nuestra San mei ha crecido en el campo, todavía es joven y no entiende demasiado. Por favor, no te tomes muy a pecho si te ha ofendido con algo.
Al escuchar esto, Li Chang Xi sonrió y dijo:
-Como San jie ha convivido con semejantes patanes durante un tiempo se ha vuelto más y más vulgar e ignorante. Lo mejor para ella ha sido volver y culturizarse. Así podrá evitar ser una impresentable y que los otros se rían de ella.
Li Chang Xiao se mordió los labios, quería defender a Li Wei yang pero se contuvo.
-¿Oh? ¿No te gusta el hecho de que os estoy dejando en evidencia?-Los ojos de Wei Yang eran como leños de un fuego glacial.-Da jie, wu mei, cada año para vuestros cumpleaños, padre hace todo lo que puede para preparar regalos para vosotras, estas hermosas sedas están hechas por chicas inocentes que trabajan día y noche hasta quedarse ciegas para hacerlas; estas glamurosas pieles de oso las han atrapado duros cazadoras que han estado al acecho durante días en la espantosamente fría nieve de invierno; estas invaluables lágrimas de sirena las buscaron esos humildes plebeyos que sacrificaron sus vidas en el océano. Lo que coméis, lo que bebéis, con lo que camináis, ¿qué de todas esas cosas no vienen de esa gente humilde y vulgar que todas menospreciáis? ¡Cogéis lo que es de los plebeyos pero no paráis de arrojar insultos, ¿quién está siendo vulgar?!
Todo el mundo se distrajo al escuchar esto. No supieron cómo reaccionar ante los delicados rasgos de Wei Yang que mostraban una sonrisa inexplicablemente gélida, sólo podían tener miedo.
Li Chang Xi vio que la expresión de Li Zhang Le era de vergüenza y dijo a prisa:
-Da jie, ¡que no te moleste! ¡Vámonos!
-Sí, todas vosotras sois gente muy distinguida, será mejor que no le deis demasiada importancia a las palabras que dice una inocente chica vulgar como yo. ¡Nadie sabe cuál se romperá cuando la porcelana y el caucho se tocan!-Li Wei Yang rio con severidad. Estaba viviendo una vez más y no se tragaría los insultos en silencio ni se contendría por respeto.
Eran ellas quienes se le habían acercado, así pues, no las dejaría escapar tan fácilmente.
-¡Jajaja!-De repente, la clara risa de un hombre resonó desde las montañas de atrás.
Todas se quedaron atónitas al ver a dos señoritos caminando grácilmente hacia ellas. Delante iba un gallardo y atractivo joven vestido con un changshan[1] verde con flores de loto cosidas de hilo dorado. Llevaba un abrigo de piel de zorro por fuera y tenía el cabello negro azabache recogido; su hermosa apariencia encajaba con la de una mujer.
Li Chang Xi le vio y sonrió felizmente:
-¡Da ge, has vuelto!
Li Min Feng hizo una mueca:
-Ahora no, saludad a San dianxia[2].-Antes de terminar de hablar, todas vieron a un joven alto y atractivo acercarse sin prisa.
Todas se quedaron maravilladas…


[1] Changshan (长衫): Es una chaqueta larga o túnica tradicional que llevaban los hombres.
[2] Diànxià (殿下): Puede usarse como honorífico o como nombre, en ambos casos su traducción sería: “Su Alteza”, “Su Majestad” o similares.

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