Capítulo 101: Los nuevos cambios

mayo 06, 2017

Dale se dio cuenta que era normal que los que le rodeaban le regañaran con tanta ímpetu.
¿Cómo la chiquilla puede ser tan adorable? De verdad.
Aunque a juzgar por la frase podría parecer que nada había cambiado. Sorprendentemente, a pesar de que ahora lo sabía todo, si tuviese que describir lo que sentía con una sola palabra esta sería: “igual”. Sin embargo, se estaba acercando al punto en el que cambiaría su forma de tratarla.

Dale se recuperó en una semana y decidió volver a Kroix. Latina que se había alojado en la capital todo este tiempo se había tenido ocupada a su manera, leía los libros que habían en la residencia del duque y aprendía modales de Rose.
La razón por la que Latina había sido capaz de saludar y hablar con su alteza el duque era porque Rose, en algún momento, ya le había enseñado modales. Además de magia le había enseñado a comportarse para no dejar en evidencia a Dale, que siempre entraba y salía de la casa del duque.
Dale rechazó de corazón la invitación al banquete del duque. No quería mostrar a propósito a esos nobles que amaban los rumores a Latina, una muchacha extraordinariamente hermosa además de su familia siendo él alguien famoso, en cierta forma.
Cuando le preguntaron si no quería ver a Latina con un vestido apropiado para la ocasión, maquillada y con accesorios y joyas, el corazón de Dale se sacudió. Por supuesto que quería, estaría adorable. No hay duda de que sería el centro de la fiesta. Era obvio. No obstante, era precisamente porque no quería que Latina atrajera la atención innecesariamente. Para Dale los hombres eran enemigos.
Aunque le había dicho a Latina que nunca había pensado en ella como alguien especial, le disgustaba que estuviera con otros hombres. No era una reacción extraña como tutor, pero el hecho de que esos sentimientos tan infantiles afloraban en él, le impedían determinar si esos sentimientos eran los de un simple tutor.
Era normal para un padre desear que nadie se lleve a su hija, pero si no era su padre entonces eso tenía un significado distinto.
Wind se dedicaba a pasear por los jardines del duque cada día, a su propio ritmo. La bestia también se divertía porque los jardines eran enormes, dignos de la residencia de un noble.
Dale empalideció cuando se enteró que el perro había cavado un hoyo en una esquina del jardín, sin embargo, al considerar el favor que había hecho trayendo a Latina hasta ahí no pudo molestarse demasiado con él y decidió disculparse.
Wind no era tímido en absoluto y tal vez, lo hubiese hecho a propósito.

La recuperación de Dale se aceleró al poder estar al lado de Latina. También era cierto que para empezar se trataba de una herida leve, pero la velocidad de su recuperación fue tan rápida que eso no lo justificaba. Y para entonces, Dale decidió volver a repasar los días de cuando conoció a Latina.
Se sentó en la cama a hablar, con sólo mirarla a los ojos ella sonreía como si nada, con dulzura y por impulso Dale pasó la mano por su cabello, dejándolo caer. Entonces, Latina, sorprendida, se apartó. No fue un acto de rechazo a su padre, sino la pubertad. Sus mejillas se encendieron un poco y él se percató que la había hecho sentir vergüenza.  Los suaves ojos grises que de vez en cuando se humedecían le miraban con lo que parecía pasión. Y él, por fin, descubrió el significado tras la pasión que yacía en sus ojos.
Algo avergonzado, Dale apartó la vista y a ella se le escapó un suspiro antes de volverle a sonreír como si no hubiese pasado nada.
Dale se había obligado a verla como: “su Latinita” y ahora que por fin se había dado cuenta de las intenciones de la muchacha, al mirarla ahora sin filtros parecía, sin lugar a dudas, una doncella enamorada.
Dale contuvo su bochorno y sus viejos hábitos – como el de acariciar su suave melena que siempre había sido suave, tan agradable al tacto, brillante y con una textura que no perdería ni contra la mejor de las sedas desde pequeña –.
Latina se relajó con una expresión encantada, feliz. Hasta esa expresión de confianza plena en él y su manía subconsciente de frotar sus mejillas contra la mano de él parecía algo sexual.
Esta chica es muy indefensa.
Era muy indefensa hasta un nivel sorprendente a pesar de que estaba con alguien del sexo opuesto. Si Dale quisiera ponerle las manos encima… Es como si en cualquier momento pudiera decir: “¡buen provecho!”.  Puede que fuera por la juventud de ella, pero Dale tenía varios pensamientos sobre los riesgos de todo esto.
Esta chica, si sigue siendo así hará llorar a muchos chicos…
Además, si la jovencita que todavía no se había percatado de que todas esas acciones incitaban a las criaturas llamadas hombres llegase a comprenderlo y a usarlo a su favor, no cabe duda que de acabaría sido una “belleza nacional”. Y entonces, aunque la muchacha no tenía ni idea, el joven hombre, Dale, se llenó la cabeza con la idea de poder ser capaz de ponerle la mano encima en cualquier momento.
Todavía era demasiado pronto. Demasiado pronto para eso.
Latina miró y le sonrió inocentemente a un Dale que no dejaba de murmurarse esto como si fuera un hechizo.
Latina todavía era joven. Dale había empezado a notar que su cuerpo había empezado a madurar un poco – pero el resultado todavía era algo que tendría que imaginarse. Después de todo, hasta ella se había dado cuenta que su crecimiento iba más lento que el de sus amigos y que su cuerpo seguía siendo inmaduro.
Era imposible que Latina hubiese podido cambiar tanto en la cantidad de tiempo que había estado sin ella después de llamarlo a todo “una fase rebelde” y de haberse distanciado de ella, además de huir un mes con la excusa del trabajo.

Latina sonreía con dulzura mirando a Dale que desesperadamente luchaba contra sus deseos sin percatarse de lo que estaba pensando. La muchacha empezaba su periodo de crecimiento. Era como un pájaro antes de extender sus alas, estaba convirtiéndose en adulta a una velocidad vertiginosa. Los genes que había recibido de su madre no estaban afectando demasiado a su crecimiento y, conforme pasaban los meses y los años, se convertiría en una mujer extremadamente atractiva y en un dolor de cabeza para Dale.
Así es como Latina se estaba convirtiendo en adulta mientras Dale decidía enfrentarse cara a cara con la relación que tenía con ella.
Y el sueño de la muchacha cambió un poco.

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