Capítulo 10

septiembre 25, 2017

–Sí, de tu pasado.
–No, no, no…–Se levanta del sofá y me empuja, absorto por el miedo. Parece nervioso, mira a su alrededor y dice. – Mamá dijo que nadie podía decir eso, nadie. – Sus ojos relucen por el dolor y el miedo. – Mamá me castigará, todo el mundo me castigará. ¡No quiero! ¡No quiero!
Me captura, el miedo se derrama en mi interior como un monstruo salvaje. No me atrevo a seguir preguntándole. Me temo que perderá el control, temo que volverá a enloquecer. Y a la vez, me da pena, es un niño frágil, todo lo que ha tenido que soportar, sin importar cuándo fuera, podría destruirle.
–Vale, no me digas nada. No te voy a escuchar. No sé nada. No sé nada. – Extiendo las manos y abrazo su cabeza. Siento con toda claridad sus miedos. El pasado provoca este tipo de reacción en él.
Día y noche, tiene dos extremos. Su día es violento, frío, loco. Su noche es lamentable, cariñosa y frágil.
No puedo odiarle cuando es así, me entristece. ¿Qué debió pasar para que se volviera así?
–YunSheng, no me puedes dejar. – dice entre mis brazos.
–¿Por qué estás tan obsesionado conmigo?
–Porque eres el primero… – Su voz es pequeña, está apoyado contra la base de mi cuello. Es tan frágil que me da pena.
–¿El primer qué?
–Muchos primeros. – Estira las manos y me abraza, se frota contra mi cuello con suavidad y dice. – No me dejes, YunSheng.
En realidad, no debería prometerle nada, pero el hombre entre mis brazos es demasiado frágil. Temo que si le rechazo, se hará añicos.
–Vale…
–¡YunSheng!
De repente se acerca a mi rostro y me muerde los labios. Usa una fuerza extraordinaria. Me tira al sofá, me sujeta la cara y me muerde sin dejar de repetir mi nombre.
–YunSheng, YunSheng…
Siento su inseguridad. Después, me abraza.
–Tendré que irme un rato mañana. Pórtate bien y espérame en casa, ¿vale?
Por dentro estoy sorprendido, no sé si es felicidad o tristeza lo que siento, pero, de todos modos, permanezco callado.
–Espera a que vuelva.
No puedo decir nada porque lo primero que me viene a la cabeza es escapar.
Creo que el motivo por el que muestra todo estos temores se origina en la casa donde está a punto de volver.
Esta noche duermo entre sus brazos, y para cuando me levanto al día siguiente, no hay nadie a mi alrededor. No puedo escapar porque hay una cadena enorme en mi tobillo. La cadena es tan gruesa como mi dedo gordo del pie y suficientemente larga como para permitirme moverme hasta la cocina, la sala de estar, la nevera y el baño, pero no para llegar a la entrada. Además, no llevo nada puesto, y ahora con esta cadena me es imposible ponerme nada.
Ye CanSheng me ha quitado el móvil y me ha encerrado aquí porque quiere que me porte bien y le espere hasta que vuelva. Percatándome de ello, cojo el mando a distancia y lo lanzo contra el televisor. Saco la camisa más grande y me la pongo. Entonces, me dirijo a la cocina y con un cuchillo empiezo a trabajar. No puedo parar porque no sé cuándo volverá Ye CanSheng.
Tengo que huir sino me volveré loco.
El agujero se hace lo suficientemente grande por fin y consigo romper la cadena, pero justo entonces, se abre la puerta. El cuchillo me cae de las manos por la sorpresa. ¡¿Ye CanShen ha vuelto?!
Todo mi cuerpo se tensa, no me atrevo a moverme. Y entonces, la voz de un desconocido aparece desde atrás.
–El joven amo, CanSheng, lo ha dejado muy claro. Por esta hora ya deberías haber sido capaz de romper la cadena, he venido a ponerte una nueva.
La cadena rota se desliza, rota, al suelo. Esas palabras me provocan escalofríos por toda la columna.

No puedo escapar, eso es lo que pienso.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images