Capítulo 9

septiembre 25, 2017

Cuando me despierto estoy en un coche, en un coche muy caro. CanSheng sujeta mi cuerpo envuelto en sábanas. Siento como mis manos siguen atadas causándome hiperemia, que hace que sienta las manos heladas a pesar de estar en verano. La lucha extrema me ha levantado la piel de la mano. Las oleadas de dolor punzante y la sensación pegajosa de la mitad de mi cuerpo es peor que lo que me duele el cuerpo en general.
–¿Dónde estamos? – Pregunto.
–Estamos yendo a casa. – Contesta Ye CanSheng.
Entierro la cara en las sábanas blancas. ¿Cuándo se había convertido en nuestra casa? Maldito mocoso, todo esto es demasiado sorprendente para mí.
Continuo hablando después de reírme.
–¿Vas a contarme qué pasa ya?
–Nada. – Sus dos manos siguen sujetándome, dirige la mirada al conductor y dice. – Da la vuelta allí delante.
–Sí, joven amo. – Responde el conductor.
¿Joven amo? Miro a Ye CanSheng atónito. O sea, que he recogido y metido en mi casa a un joven amo y, para acabar de mejorar las cosas, ese joven amo me ha violado.
–¿Joven amo? Ye CanSheng, ¿estás de puta coña?
Me debato por sacar las manos de debajo de las sábanas, le cojo por el cuello de la camisa y rujo.
CanSheng me coge la mano de un modo dominante y, entonces, reajusta la posición de la sábana, volviendo a envolverme. Mira a la persona de delante y con frialdad le dice:
–¿Te he dado permiso para mirarle?
La velocidad del coche se ralentiza y el conductor tiembla.
–No me atrevería a hacer algo así. No he visto nada.
–¿Qué ojo le ha visto? – Sus ojos son extremadamente fríos, su voz parece venir del infierno.
–¡No he visto nada, joven amo! –La mano que tiene en el volante tiembla, el coche también empieza a volverse inestable.
Ye CanSheng se queda callado y entonces, mira en mi dirección de nuevo.
–Como puedes ver, soy el segundo joven amo del jefe de la mafia de aquí.
Todo ha cambiado demasiado rápido, mi mente entra en un estado de confusión. ¡Mafia! ¡Esto es una probabilidad entre un millón y yo lo he conseguido! Jamás me habría imaginado en toda la vida que la persona que iba a recoger de la calle sería parte de la mafia y me maldeciría para siempre.
–Desátame las manos.
–No.
–No voy a escapar.
De todas formas, no creo que pueda ni andar con el cuerpo en este estado.
–No, te verán el cuerpo.
–No soy una mujer, Ye CanSheng.
Conforme le hablo con tranquilidad, mi cuerpo se estremece. No odio a CanSheng, conozco su temperamento. Todos estos días con él me han dejado comprender que teme demasiado al abandono, a que le alejen. Es demasiado parecido a mí. Simplemente, él tiene más aceptado que se debe luchar por lo que deseas, y que hay que usar cualquier método para destruir y obtener el poder que quieres.
–No eres una mujer, pero eres sólo mío. Sólo yo puedo verte, sólo yo puedo entrar en tu cuerpo.
Su mano cubre los mechones de pelo que tengo por la frente y me roza las esquinas de los ojos.
–Eres muy hermoso, me dan ganas de encerrarte el resto de tu vida, YunSheng. –Comenta con dulzura.
–Me volvería loco. – Suelto una risita y tiemblo incontrolablemente. Su obsesión ya ha llegado a lo anormal.
–Aun así, te querría. –Su dedo recorre mi mejilla. Me hace estremecer.
–Mátame.
–Te seguiré queriendo aunque estés muerto. –El dedo de CanSheng se desliza por el contorno de mis labios y mis lágrimas empiezan a caer, sin aviso previo, mostrando mi desesperación.
–¿Por qué lloras? – Su voz es como la de un niño grande, como la que usaba cuando vivía conmigo.
No digo nada, me limito a esquivar su mano que tiene la intención de secarme las lágrimas.
Tal vez no debería haberle recogido aquel día en la lluvia. No puedo predecir mi futuro. Le tengo miedo a la soledad, pero nunca he rechazado ni detestado mi vida, de hecho, todo lo contrario. Tengo ganas de vivir mi vida normal. Siempre me he esforzado por sobrevivir para conseguir un futuro donde tenga una silla y una taza de té en las manos.
Esta vez he sido yo quien me ha destrozado la vida.
Al mismo tiempo, me siento mal por la soledad y la brutalidad que alberga Ye CanSheng al ignorar cómo preocuparse por alguien. Su pasado debe ser más doloroso que el mío, he fracasado como psicólogo.
–Joven amo, hemos llegado.
Ignorando todas las miradas, me lleva en brazos envuelto en las sábanas blancas escaleras arriba.
–Estamos a casa. – Anuncia.
Me deposita en el sofá, me arranca las sábanas y se inclina, contemplando mi cuerpo.
–YunSheng eres muy hermoso.
–Desátame, CanSheng. –Le enseño las manos.
La sangre ha dejado que circular y están muy entumecidas, casi ni las siento.
Me desata el cinturón de cuero obedientemente y me suelta las manos. Me miro las muñecas y descubro las heridas. La piel que rozaba el cinturón está destrozada, de un color rosado y tierno. Me froto las muñecas y digo:
–CanSheng, ¿qué es lo que quieres?
Me sujeta ambas manos, me mira y responde.
–A ti.
Su pelo moreno le cubre los ojos, puedo ver la bella forma de su rostro y sus hermosísimos labios. Me rio mientras abro las piernas, me engancho a sus caderas y comento.
–Ya me has tenido.
–No es suficiente, no lo es en absoluto. –Su enorme mano avanza a la parte baja de mi cuerpo.
Todo mi cuerpo se tensa, odio este tipo de cosas, siento un temor extremo. Suspiro y le empujo cuando ya ha empezado a morderme.
–Apártate, voy a ducharme.
Cuando entro al baño veo que Ye CanSheng está de pie al lado del sofá, de espaldas a la luz del sol. Escondido bajo su pelo negro su apariencia es sombría. Tal vez sea una ilusión, pero siempre tengo la sensación de que lucha contra algo. Su silueta sigue inestable, pero lo paso por alto.
Es el segundo joven amo de la mafia, lo que significa que hay otro joven amo. ¿Cómo ha podido sobrevivir cada paso hasta aquí? De repente, recuerdo lo que me dijo: “mi madre lo hacía porque me quería…”. ¿Por amor? Mucho me temo que era odio.
Me empapo de agua caliente. Un dolor punzante me apuñala constantemente. Entonces, miro el resto de mi cuerpo y sonrió amargamente. No entiendo cómo ese Ye CanSheng, ese mocoso, puede pensar que este cuerpo es hermoso. Hay marcas de sus mordisco por todas partes y chupetones violetas. Chupa con demasiada fuerza, y seguramente también tengo hiperemia. Es horrendo.
Alzo la cabeza y observo la luz encima de mi cabeza pensando: “Si de verdad es el joven amo de la mafia, ¿podré escapar?”.
No sé ni cómo voy a explicarle al director todo lo sucedido. Si dijera que estoy enfermo no me creerían ni los fantasmas. Si no huyo, seguramente enloqueceré entre este amor erótico y su malicia.
Súbitamente me percato de que mi habilidad de adaptación es superior a lo normal. ¿Mafia? ¿Joven amo? ¿Por qué parece un puto sueño? Hey, venga ya. Esto es demasiado largo para ser un sueño…
Me sumerjo en el agua mirándome.  Mi vida es demasiado miserable.
Cuando salgo del baño, Ye CanSheng sigue sentado en el sofá. Se da la vuelta y anuncia:
–YunSheng, tengo hambre.
Sólo entonces me doy cuenta que el cielo ya está oscuro pero que, aun así, Ye CanSheng ha estado sentado ahí, a oscuras.
–¿Por qué no enciendes la luz?
–Así es más seguro.
El dolor estalla en algún punto de mi corazón. Me acerco a él, me siento a su lado y le digo:
–Háblame de tu pasado.

–¿Del pasado? – Murmura. 

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