Capítulo 18

octubre 08, 2017

XiYan, solemne, me dice que CanSheng tiene una reunión con las cuatro grandes familias: Dong, Nan, Xi y Bei. Pensábamos que sería por algún asunto importante, pero en realidad, es para decidir el nombre del cachorro.
A CanSheng le gusta mucho el perro por lo que las cuatro grandes familias se sientan en círculo y empiezan a pensar nombres con el ceño fruncido.
Dong mastica el chicle que tiene en el boca y es el primero en decir nada:
–BaoZi[1].
–¿Por qué?
Dong, sigue masticando.
–Porque está bueno.
Entonces, salta Nan, a quien llaman el caballero del azúcar, con la piruleta en la boca, dice:
–Llámale Caramelo.
Entonces, ocurre algo extraño. Ye CanSheng ordena:
–Lleváoslo.
En cuanto acaba de hablar, LaoNan está encantado. Le echan con una expresión de agravio acompañada de una sonrisa siniestra. Y entonces, XiaoBei, a quien han estado ignorando y que estaba tranquilamente durmiendo a un lado le pregunta a XiYan.
–¿Y cómo lo llamamos?
XiYan se pone bien las gafas y dice bien alto y claro:
–Llamadle: “Cacahuete”. Tanto usted como su pareja tienen el carácter: “Sheng[2]”, el nombre “cacahuete” simboliza que el perro les pertenece a ambos. Además, están muy buenos.
Cuando XiYan termina de hablar, los ojos de CanShen se iluminan instantáneamente, aunque lo que está pensando en realidad es que YunShen está todavía más bueno.

*        *        *        *

Ye CanSheng no va al colegio, pero yo sí. Cada día está más y más ocupado. Estoy seguro que tiene que ver con su hermano.
XiYan me dijo una vez que los hermanos pueden usar cualquier método que quieran para vencer o, incluso matar, al otro. Mientras eviten cualquier responsabilidad legal, es una matanza. Por lo que la situación actual es que el hermano de Ye CanSheng, Ye Yun, planea destruir las raíces del poder de CanSheng ahora que, todavía, no tiene unas bases firmes ya que los pocos que tiene a su lado son los que escaparon con él de la isla. Aunque estos son capaces de ganar en un uno contra diez, carecen de habilidad. No pueden asesinar a alguien tan perspicaz como Ye Yun y, a pesar de que el entrenamiento de CanSheng fue más cruel en comparación con el de su hermano, las habilidades de Ye Yun no están nada mal. Además, su hermano no sólo está en el mundo de la mafia, también tiene sus garras metidas en la justicia. El día que conocí a Ye CanSheng, los del lado de la justicia le habían engañado y él había conseguido escaparse.
La casa sin CanSheng es bastante aburrida, por lo que he decidido ir a comprarme un móvil nuevo e ir a la escuela.
Cuando llego las profesoras están en una discusión animada, para variar. En realidad, hasta el director sale de su oficina para preguntarme qué me había pasado.
Obviamente, intento evitar sus preguntas lo más que puedo. Únicamente le digo que Ye CanSheng es un paciente y que no quiero revelar nada más. Seguramente, descubre mis intenciones, su cuerpo se estremece de la ira, a punto de estallar, sin embargo, no entiendo por qué contiene su enfado.
Respira pesadamente por la nariz, su mano golpea el escritorio y exige:
–¡Explícate! ¡¿Por qué no he podido ponerme en contacto contigo estos días?!
Chillo por dentro. ¿Cómo voy a recibir ninguna llamada si Ye CanSheng hizo trizas mi móvil hace siglos?
Su expresión demuestra que está mucho más enfadado de lo que parece mientras apunta mi nuevo número. Se sacude unas cuantas veces antes de tranquilizarse, camina hacia la puerta y yo le miro. ¿Ya está? ¿Mi paga sigue igual? Para empezar, no es que fuera muy buena, pero ahora que tengo un cachorro extra en casa… En cuanto el director va a cerrar la puerta, se acuerda de algo, vuelve a abrirla y me dice:
–¡Oh, rufián[3]! ¡Esto no puede volver a pasar!
Sus palabras me sorprenden.
¿Hace falta estar tan nervioso? ¿No soy un psicólogo sin importancia? ¿Qué importa si estoy aquí o no? Ninguna, ¿no? Pero me habla como si fuera más valioso que su vida.

*        *        *        *

ShangFang también está en la escuela. De lo que habían estado hablando las profesoras era de ShangFang, o mejor dicho, mi padrastro.
Un invitado VIP ha venido esta mañana a la oficina del director. Los rumores dicen que el director ha ido a buscarle personalmente y que ese invitado VIP es atractivo, rico y demás.
ShangFang se sienta en el sillón del despacho del director y repasa la información que hay sobre la mesa.
–¿Es lo que han enviado?
–Sí, todo. No falta nada.
Los atractivos rasgos de ShangFan emiten un aura peligrosa.
–¿Por qué no se sabe nada de él desde los diez a los veinte años? ¿Se murió y resucitó? Además, ¿cómo es tan simple su vida?
Efectivamente, el papel que contiene la información sobre la vida de Ye CanSheng parece demasiado superfluo. Con unas pocas palabras se resume su vida entera.
Desde que nació hasta los cinco años vivió con su madre y no salió casi nunca. Desde los cinco hasta los diez un jefe de la mafia le acogió y estudió en casa y, después de eso, le enviaron a otro sitio muy lejos sin motivo aparente, pero volvió a los veinte años con sus propias fuerzas.
Por otro lado, hay un buen pedazo de información de su familia. ShangFan tira la información a la mesa y coge la taza de café para dar un sorbo.
–¿Qué ha dicho YunSheng?
El cuerpo gordito del director tiembla.
–Que sólo es un paciente.
–¿Paciente? Jaja… – ShangFang se levanta de la silla y camina hacia la puerta. – Llévame donde está.
En esos momentos, yo estoy sentado en una silla intentando recordar con todas mis fuerzas el número de CanSheng que, seguramente, no tiene ni idea de que he venido a trabajar.



[1] BaoZi son bollos al vapor.
[2] HuaSheng (花生) significa: “cacahuete”, y tiene el mismo carácter que CanSheng y YunSheng.
[3] En realidad, el director no le llama: “rufián”, sino “zuzong” o en chino “小祖宗”. Antiguamente, los criados llamaban así a los dueños, cuando eran niños, de esta manera. No obstante, hoy en día se utiliza para referirte a un niño travieso que te importa mucho y al que no puedes pegarle, ni regañarle. 

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