Capítulo 27

octubre 11, 2017

No está tan sereno como pensaba. No está para nada tranquilo.
–Lo siento, YunSheng. Es que no me puedo controlar. Sólo te quiero a ti. No puedo controlar el instinto de abrazarte, de violarte. Quiero dejar marcas en tu cuerpo para que sólo puedas pensar en mí. A veces, a menudo, quiero encerrarte para que no puedas poner ni un pie fuera de la puerta. Quiero que sólo me mires a mí, que sólo pienses en mí…
–No digas nada más. Voy a romperme. – Me apresuro a cortar su discurso.
Pero no se detiene, se entierra en el hueco de mi cuello y sigue hablando para sí.
–YunSheng, no tienes ni idea de lo mucho que me agité, ni de lo mucho que quería matar a alguien cuando vi que no estabas en la habitación. Lo único que quedaba en mi cabeza era tu silueta… YunSheng, casi me vuelvo loco…
La dulzura y la tristeza de sus palabras me hacen pensar en su pasado. Ese pasado por el que hay que culpar al amor.
Al fin y al cabo, sigo siendo de corazón blando y sigo amándole.
–CanSheng, no quería dejarte.
Él afloja su agarre y me mira como absorto. Su mirada se mueve hacia la parte inferior de mi cuerpo. Mi mente se agudiza y sigo sus ojos hasta que se posan en el sello que tengo en el interior del muslo.
A pesar de que las letras son pequeñas, son muy claras. Todavía hay un color verdoso por la cura y una fragancia muy delicada sobre el área enrojecida e hinchada.  Aún siento como se me enfría la sangre cuando veo la horrenda herida mientras tiemblo de miedo.
A pesar de ello, CanSheng la observa fascinado, como si estuviese apreciando una obra de arte. Su penetrante mirada da rienda suelta al placer que le provoca contemplar la herida sin parar, inquietándome.
–Deja de mirarla. – Extiendo la mano y lo aparto.
El dolor todavía no ha desaparecido por completo. No consigo reunir fuerzas. Mis dos ojos se descentran y caigo hacia adelante para aterrizar entre los brazos de Ye CanSheng, medio inconsciente.
Él me llama nervioso y, entonces, me tumba con sumo cuidado. Puedo sentir su mano parándose en mis labios, es cálido y suave.
Lentamente, se disipa mi mareo. Abro los ojos y vuelvo a mirarle para encontrarle con una sonrisa nerviosa.
–Dame ropa. – ordeno.
Mi voz sigue ronca y nasal. También me arde la garganta, pero en comparación con esto, me preocupa más estar desnudo. No puedo ni mirarme.
Sólo tengo una frase rondándome la cabeza: “demasiado horrendo para verlo”.
Él se levanta, sale por la puerta y vuelve con una camisa blanca holgada. En realidad, es la que solía llevar en casa, a la que le faltan unos cuantos botones.
Casa…
No puedo seguir allí. ShangFan volverá a buscarme sin lugar a dudas. Tiene mi DNI y mi custodia. Será pan comido llevarme a Hong Kong.
Así que, cuando Ye CanSHeng me abraza mientras me visto, reflexiono constantemente en la situación actual. ¿Qué hubiera pasado si ShangFan me hubiese llevado de verdad?
Nunca consigo tener el suficiente valor como para sacarle el tema a Ye CanSheng, así que, hasta que le pregunto a XiYan ignoro qué pasó.
Al parecer, Ye CanSheng le llamó para decirle que tenía que detener el coche de ShangFan despue´s de ver el vídeo, y CanSheng, también le atrapó rápido.
Ye CanSheng se comportó como si quisiera asesinar a ShangFan. Nadie se puede ni imaginar los métodos que podría usar después de haber estado en un campo de entrenamiento de asesinos. Cuando bloqueó la carretera y ShangFan salió del coche, CanSheng se dirigió a él con la intención de asesinarle, pero dentro de su coche había alguien que no podía pasar por alto. El hombre que me había hecho desmayar tenía fama de tener muy buenas habilidades. Por lo que, ShangFan me usó como intercambio para escapar.
Al conocer los detalles del incidente, me queda claro que ShangFan no me ama. Lo que quiere es mi cuerpo.

Por supuesto, es un hecho que experimentaría cada día en HongKong. 

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