Capítulo 32

octubre 11, 2017

Es el cuarto día desde que puse en marcha mi plan y ni él, ni yo, nos hemos comprometido.
Al principio se irritaba tanto que usaba la violencia y me mordía dejando marcas azules y violetas en el cuerpo. El tercer día intentó meterme comida en la boca a la fuerza, pero la vomité hasta que me desmayé delante de él, siendo este el último intento de obligarme a comer.
Me sigue amando, pero en comparación con su amor, su tiranía es superior. Además, ya estoy casi al límite.
–YunSheng, ¿por qué no comes nada?
Ye CanSheng sujeta un tazón de comida a mi lado y me pregunta por qué no le respondo. Mi cuerpo está demasiado cansado, claro que tengo hambre. Pasarte días bebiendo sólo agua es muy difícil. Tengo una gota en la mano, XiYan me la puso. Al principio, me arranqué la aguja, pero eso sólo terminó en peores consecuencias, así que ahora acepto estar enganchado a una gota pero me sigo negando a comer nada porque no quiero comprometerme.
Además, con la gota puedo aguantar más tiempo.
Mi silencio le enfada y, seguramente es por eso, que me coge por el cuello de la camisa, sacándome de la cama.
–¡YunSheng, di algo!
Con la mano que no está conectada a la gota, le cojo la suya y le miro.
–CanSheng, ya te he dicho que no me encierres. Si me encierras, no me tendrás.
Sus ojos me miran como absortos, y entonces, me tira a la cama.
–¡Y yo te he dicho que ni se te pase por la cabeza que te voy a dar libertad!
Bajo la mano y elijo quedarme callado una vez más.
Las cicatrices de mi mano están algo mejor que las de los pies, porque llevo atado cuatro días.
Cuando me arranqué la gota y mantuve las distancias con él, Ye CanSheng enloquecía de verdad. Me ató la mano al tobillo y me levantó el otro pie para atormentarme el día entero.
Me penetró sin parar y entró en mí constantemente. Me hizo el amor como un demente, como si quisiera meterme en su cuerpo. Lo hizo mientras repetía que era suyo y este tipo de Ye CanSheng sólo fortalece mis creencias.
Me he vuelto más y más débil, más y más pálido. XiYan dice que si esto continua, una de dos, o yo me destrozaré o CanSheng se comprometerá. Me ha preguntado que, si me parecen tan horribles estos días que he pasado allí y yo, le he respondido que no es que no pueda aguantarlos, sino que no quiero. Impotente, él se enciende el cigarro y me revisa las heridas de las manos, el cuerpo y mi interior. Al concluir su revisión, se pregunta por qué no tengo hemorroides. Yo me cubro con la sábana y respondo que ya es suficientemente bueno que no esté muerto.
Tengo mucha suerte de tener a XiYan. Al menos, CanSheng le permite revisarme las heridas. Aunque él es quien me aplica la medicina, sigue habiendo alguien que me puede salvar la vida en un momento crucial.
Jamás había amenazado con el suicidio. Quiero una vida fácil y cómoda, pero no estoy dispuesto a vivir la que tengo ahora, escondido del mundo.
Amo a CanSheng, pero no quiero ofrecérselo todo por mis sentimientos. Quiero buscar lo que quiero yo solo.
Escucho la respiración pesada al lado de la cama, sé que está intentando controlarse. Mi cuerpo actual no soportaría ni un puñetazo suyo. Estoy seguro de ello, y CanSheng también.
Me alegra que esté dispuesto a tener paciencia por mí.
–¿No vas a comer?
Estoy demasiado cansado para hablar, sólo puedo frotarme contra las sábanas y asentir con la cabeza. Le oigo suspirar y decir:
–XiYan.
Al oír su nombre, mi cuerpo tiembla. Sé que no hay más que una razón por la que le llame en un momento así.
Tal y como cabía esperar, lo primero que hace XiYan cuando entra y me ve es suspirar. Entonces, me arremanga la manga, saca un tubo de plástico y me lo ata al brazo observando los vasos sanguíneos.
Todas estas acciones me hacen retroceder. Sólo deseo un sitio por el que poder escapar. Sin embargo, no hay ningún lugar en el que poder esconderme y me limito a empujar a Ye CanSheng.
Ye CanSheng me abraza, me inmoviliza la mano que está enganchada a la gota y, entonces, me pellizca la otra mano que, ahora, tiene el tubo. Me arremanga un poco más y asiente.
Alimentación en tubo, tres veces al día para mantener mi frágil vida. Como me vacunan muy a menudo, conmigo usan una aguja muy fina, como la de los niños. XiYan dice que es para evitar dañar mis vasos sanguíneos. Pero esta aguja no solo prologa el tiempo que tarda la inyección, también aumenta mi dolor.
Cada vez que me vacunan, todo mi brazo se enfría como el hielo, se pone rígido y se entumece, y la hinchazón continua hasta la siguiente inyección.
–No… No quiero una inyección…
El temblor no se detiene, mi mano se cierra en un puño. La fuerza de mis manos hace que el tubo empiece a sacar sangre. Ahora mismo, no me quedan fuerzas para rebelarme. Al ver que XiYan está a punto de irse tengo el impulso de chillar.
Ye CanSheng, viendo lo mucho que tiemblo, me suelta la mano, me abraza la cabeza y dice:
–Come. Si comes no tendrás que ponerte una inyección.
Sin duda, es muy tentador. Pero mi terquedad es más obstinada de lo que pensaba. No puedo dejar de sacudir la cabeza, no me puedo rendir llegados a este punto.
No puedo.
–¡YunSheng! ¡¿Qué es lo que quieres?!
–CanSheng, déjame salir y acompáñame a dar un paseo, ¿vale?

Levanto la cabeza y le miro la cara, mi tono es de suma esperanza. La niebla de mis ojos empieza a volverse más densa, no lo puedo aguantar más. Este tipo de vida me arrebata mis fuerzas y me hace temblar de miedo. El nivel de aguante de mi mente y cuerpo decae demencialmente. 

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