Capítulo 33

octubre 11, 2017

Sus cejas se juntan. En sus ojos negros como la noche hay autodominio y angustia. No es fácil enseñarle a contener su tiranía, pero cada vez aguanta más y más.
Sé que está apretando los dientes y conteniéndose. Su pelo se convierte una sombra sobre sus ojos, mostrando el exquisito contorno de su rostro, frío y sexy.
Se queda callado un buen rato y, entonces, llama a XiYan.
XiYan asiente con la cabeza, sujeta el algodón desinfectante y se me acerca. Mi complexión debe ser muy blanca mientras mis manos ejercen toda la fuerza que consiguen reunir y se rebelan contra el agarre de Ye CanSheng.
–Joven amo, cójale las manos, o se le moverá la aguja.
–¡Vete!
Hoy en día, en cuanto veo la aguja empiezo a temblar.  La cadena de metal de mi pie resuena y se enreda en el brazo de CanSheng. La aguja vuela a mi mano. Una oleada de dolor penetrante me deja sin fuerzas en la cama. Echo un vistazo a la mano para ver que lo único desgarrado es mi piel. La herida no es muy grande, pero es extremadamente desagradable. La sangre ya ha empezado a fluir de la herida y parece horrible en contraposición con la palidez de mi tez.
Con la respiración acelerada, miro a Ye CanSheng.
Un poco de sangre le mancha el rostro y me mira blanco por el miedo. Me sujeta las manos con los ojos furiosos mientras me ruge:
–¡¿Por qué tienes que herirte así?! ¡¿Eh?!
Su voz es muy alta, da tanto miedo como la fuerza de sus manos. Me asusto y giro la cabeza a un lado. Ante mis ojos hay un paisaje nevado. Mi conocimiento se nubla más y más, pero el dolor constante de la mano me arrastra de nuevo a la realidad.
–¿Y tú? – muevo mis labios secos y rotos. – ¿Por qué me tienes que obligar a llegar a este punto?
–XiYan, para la hemorragia.
Le oigo suspirar una vez más y presencio como se compromete una vez más. Abro los ojos y le miro, negándome a rendirme.
–Si de verdad te sientes tan mal, puedes acompañarme cada vez que salga. Puedes mirarme. Si no estás, no saldré. ¿Qué te parece eso…?
Antes, aceptaba mi libertad porque no había confirmado que era suyo. Antes, su posesividad no evitaba que saliéramos juntos. Pero después del incidente con ShanFang, se ha vuelto un niño temeroso y ha intentado esconderme. Atarme a su lado de por vida.
–CanSheng…
Le vuelvo a llamar al ver que sigue callado, mientras que más y más energía abandona mi cuerpo. La lucha de antes ha gastado la mayoría de mis fuerzas y ahora, uso lo que me queda para rogarle. He dicho esto muchas veces pero, si no está dispuesto, entonces, no aguantaré mucho más.
Justo cuando pienso que no queda esperanza, Ye CanSheng me saca de la esquina y me susurra al oído.
–De acuerdo…
Sonrío y pienso que por fin podré librarme de este tipo de vida.
–Tienes que cumplir tu palabra…
–Lo prometo. – Dice y entonces, presiona sus labios contra los míos. – Estás obligándome a enloquecer.

Suelto una risita en voz baja y mi conocimiento se nubla.  

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