Capítulo 34

octubre 11, 2017

Esta vez lo he conseguido. Le he cambiado. Le he enseñado a ceder, a controlar sus emociones y a hacerme reflexionar. Aunque haya sido un ataque a mi vitalidad, los resultados son mucho mejores. No me echará a la cama por decir que quiero salir de paseo.
Me levanto muy temprano por la mañana. Después de saludar a Ye CanSheng, me dice que, si puedo salir de la cama, me acompañará a dar un paseo. Nunca me hubiese imaginado que sería tan abierto de mente de repente. Me pongo tan contento que le abrazo y le doy un beso, pero al final, en cuanto mi pie toca el suelo pierdo la fuerza y él me lleva a la cama otra vez.
Me mira y con una sonrisa me dice.
–YunSheng, espera a que vuelva esta noche.
Siento mis piernas débiles y sonrió avergonzado.
–Vale…
En un momento de aturdimiento, mis se enredan y caigo con un golpe. Cacahuete salta a mi alrededor feliz, cuando me ve en el suelo y acaba saltando en i espalda.
Me paso cinco días en cama y Ye CanSheng es quien me ayuda a llegar al baño. Al final, mis pies tiemblan tanto cuando ando que no puedo usar ninguna fuerza.
Me levanto del sofá ayudándome de su reposabrazos. Me froto la barbilla y miro a Cacahuete, que sigue moviendo la cola a mi lado, pero no doy ningún paso más en un buen rato.
Entonces, arriesgo mi vida y camino alrededor del sofá un par de veces antes de tumbarme al lado de la ventana. Cojo a Cacahuete y me lo pongo en el estómago.  Creo que por culpa de estar tan débil siento que Cacahuete se ha puesto más gordo estos últimos días. Es muy blandito y agradable al tacto. Es tan suavecito que no puedo apartar la mano. Entonces, me toco a mí mismo y no puedo evitar suspirar. Me he puesto muy delgado. Al principio tenía algo de carne en el estómago, pero ahora parece la reencarnación de un pecador castigado con la hambruna eterna. Estoy tan delgado que soy un saco de huesos. Haré que Ye CanSheng me engorde, porque si no, acabaré muriéndome de tanto movimiento en la cama.
Me tumbo un buen rato bastante aburrido. Miro el tiempo afuera preocupado, ni siquiera es un día soleado, como si fuera a llover. Si llueve, no sé si CanSheng me dejará salir. Ha pasado demasiado tiempo desde que establecí contacto con el exterior por última vez y la gente siempre desea lo que no puede tener.
Abrazo a Cacahuete, el perro empieza a adormilarse hasta el punto de que deja de moverse del todo, permitiéndome abrazarle tanto como quiero. Una de mis manos se agarra al reposabrazos y me levanto lentamente. Todavía siento algo irreal en mis pies. Caminar por el suelo es como caminar por arenas movedizas para mí. La parte inferior de mi cuerpo es incómoda.
Oh, si no hubiese luchado contra él seguramente seguiría encerrado como hasta ahora. Toco la ventana fría, miro a fuera aturdido. Estoy en un lugar alejado de la ciudad, parece una cambra secreta.  Hay un pequeño jardín fuera que emite un aire extraño. Las rosas que escalan las ventanas florecen y son de un color amarillo que le añade un punto cálido a la casa.
Admiro el pabellón al final del claustro, aunque más que un pabellón, es un área abierta donde yacen mesas y sillas de madera. Lo más atrayente es que la silla está conectada a un árbol. Parece muy cómoda…
Ahora que lo pienso, tal vez pueda salir a pasear por ahí hoy…
Mientras yo estoy perdido en mi sueño, escucho el sonido de la puerta abriéndose. Giro la cabeza rápidamente esperando a Ye CanSheng, pero en lugar de eso, veo el rostro escabroso de DongYan.
Entra masticando el chicle sin preocuparse de nada.
–Le he traído la comida, Ye Sao.
Al escuchar mi apodo se me pone la piel de gallina. Giro la cabeza y me acerco al comedor ociosamente. Cacahuete, que hasta entonces estaba entre mis brazos, huye en cuanto escucha la puerta. Mueve la cola como loco y corre hacia DongYan.
–Coma despacio, Ye Sao. Con calma. No me atrevería a ayudarle si se cayese.
Le miro con enfado y mi cuerpo se pone rígido.
–Si me caigo no te culpará nadie. ¿Qué te preocupa tanto?
–Es que es tan atractivo que si le ayudo puede que no sea capaz de controlarme. Si el Joven amo lo supiera, mi vida estaría en peligro.
Alzo la cabeza y miro a la persona que tengo delante, sentado con las piernas cruzadas sin pizca de incomodidad a la vista.
–Me tienes en alta estima.
–¿Cómo puede ser? Montó una pataleta y se negó a comer por lo que el Joven Amo se quedó a su lado durante cuatro días. No le estoy adulando.
Cojo las gachas de la mesa y las remuevo con desprecio.  Llevo cinco días comiendo lo mismo, no puedo seguir así.
–¿Odias que le haya robado el alma a tu señor? – digo después de comerme una cucharada de gachas.
–No. – La voz de DongYan baja el tono y se vuelve más seria. – Desde que el Joven Amo desapareció y te conoció ha cambiado mucho. Antes, era obvio que no tenía ni pizca de entusiasmo y solía quedarse callado en las discusiones, así que, pelear con Ye Yun era muy difícil.  – Hace una burbuja con el chicle y sigue hablando cuando peta, mientras que yo me como las gachas. – Pero cuando apareciste, es como si el Joven Amo se hubiera convertido en una persona distinta. En cuanto aparece un problema ya tiene las contra mesuras pensadas.  También estamos empezando a atacar en lugar de defender. Y todo porque el Joven Amo quiere acabar rápido sus asuntos para volver a verte.
Mientras juego con pequeños pedazos de carne, digo:
–¿Qué intentas decir?
–Eres demasiado importante para él, así que será mejor que no pienses en huelgas de hambre y tal, porque con esas cosas le haces daño al Joven Amo y a ti.
–¿Te crees que hacerme daño me hace feliz?
–Sé que eres un ángel. La verdad es que había una mujer que solía pegarse al Joven Amo, pero después de presenciar su verdadera personalidad, no pudo aguantar más de dos días y huyó.
Sonrío y dejo el tazón. Entonces, cojo el Golden terrier del suelo y me tumbo en el sofá.
–¿Me estás elogiando?
–Sí. – Puedo oír la pequeña sonrisa de tu tono de voz, es una sonrisa desde el corazón. – Usted es especial, está influenciando muchísimo al Joven Amo.
–Por ejemplo, ¿como cuando me niego a comer y CanSheng ignora los asuntos del grupo durante cuatro días?
–Ye Sao es muy listo… – El hombre delante de mí pretende ser estúpido y se rasca la parte posterior de la cabeza.
–Conozco tus intenciones, y también sé lo importante que es CanSheng para vosotros. No hace falta que pretendáis nada delante de mí. – Suelto el cachorro.
–¿Cómo osaría? Es sólo que, Ye Sao, su vida es demasiado importante. No bromee con ella como si nada. Últimamente el estado mental del Joven Amo no es muy bueno. Se ha quedado trabajando hasta tan tarde que empezaron a salirle hilos de sangre en los ojos y se desmayó del agotamiento, físico y mental.
–¿Cómo está? – Me levanto de inmediato del sofá sorprendido.
Él vuelve a hacer otra burbuja.
–Ye Sao, ¡se está preocupando por él! ¡El Joven Amo se alegrará cuando lo sepa…!
–Cállate, te he preguntado cómo está.
–¿Acaso no está XiYan? No se preocupe, XiYan ha dicho que es porque su mente está en un estado constante de tensión y alerta. Así que, Ye Sao se preocupa por nuestro Joven Amo…  – DongYan me mira y ríe regocijándose.
Suspiro.
–No te preocupes, hacer esto una vez ya me ha sido suficiente.
–El Joven Amo le quiere mucho y le está muy agradecido por tanta tolerancia. – A juzgar por su tono, sé que está encargándome de Ye CanSheng.
Me siento en el sofá.
–¿Todos me veis como Dios?
–Sí, más o menos. – El hombre levanta una ceja con un aspecto malicioso.
Me quedo sin palabras durante unos instantes, aturdido.
–He acabado de comer. Vuelve y ayuda a tu Joven Amo. No voy a escapar, ni montar una pataleta, no te preocupes.
Cuando DongYan se va me siento mal, pero no es por la dependencia de Ye CanSheng. No soy un Dios, y por eso, deseo momentos gloriosos y felices. Tampoco soy una marioneta sin sentimientos, ni deseos que es capaz de pasarse el día tumbada en la cama a la espera de que Ye CanSheng vuelva y disfrute.
Me alegra que Ye CanSheng se preocupe tanto por mí hasta el punto de olvidarse de todo lo demás, pero es como si, a ojos de los demás, tolerarle se haya convertido en mi obligación.
Más o menos, puedo soportarlo. En realidad, es mejor que yo. Tiene gente a su lado que se preocupa por él y que trabaja para él, sin embargo, yo sólo le tengo a él.
Tiene mi vida bajo control y no puedo rebelarme.
Por suerte, Ye CanSheng ya ha accedido a no encerrarme el resto de mi vida y, lo que ha pasado, no volverá a repetirse. Y de todos modos, habiendo llegado tan lejos en el viaje, no me queda nada que pedir.

Voy a vivir así, puedo quedarme en casa y esperar a que vuelva. Y, por otro lado, mi única exigencia es que me acompañe a dar un paseo de vez en cuando. 

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