Capítulo 70: Disfrutando del foco

octubre 20, 2017

Cuando la canción terminó todo el mundo seguía encandilado como si la hermosa melodía continuase sonando en sus oídos. Li Zhang Le sonrió y se levantó para hacer una reverencia. Los invitados reaccionaron por fin y se levantaron para elogiarla y mirarla con admiración.
–Tengo que agradecerle al quinto príncipe que me haya acompañado con la flauta. – Dijo Li Zhang Le sonriendo.
Tuoba Rui observó a Li Zhang Le, embelesado.
–He hecho lo que he podido.
–No seáis modestos, ¡este tipo de música sólo se oye en los cielos!
–¡Sí, sí! Ha sido una melodía muy agradable, y la voz de Li xiaojie es maravillosa, ¡muy bonita!
Todo el mundo estaba hablando a la vez, hasta había jóvenes que quisieron recitar unas poesías para alabar la belleza de Li Zhang Le. Li Zhang Le sonrió y anduvo hacia Li Wei Yang con ojos complacidos. Todas las mujeres de buena familia sabían tocar instrumentos ordinarios, pero ella se había pasado seis meses en su residencia con Lin Gu para aprender a tocar el arma, sin comer, ni dormir, para poder sorprender a todo el mundo en una ocasión como esta.
En cuanto Li Wei Yang y Li Zhang Le intercambiaron miradas, la boca de Li Wei Yang se convirtió en una sonrisa adorable.
Li Zhang Le no adivinó el motivo, pero se sintió exasperada y abochornada, y frunció el ceño inconscientemente. Iba a decirle algo a su hermana cuando, de repente, escuchó a la princesa Yonging hablar en un tono que parecían cuchillos.
–Me preguntaba quién era. Con que se trata de la hija del Primer Ministro a la que perdonó el Emperador. Deberías estar en casa reflexionando por tus malas acciones y, sin embargo, estás aquí en público. ¡Qué vergüenza!
La expresión de todo el mundo cambió cuando escucharon esas palabras. A pesar del dolor por el que pasó la princesa, nadie la había escuchado hablar con tanta dureza jamás.
–Debes haber pasado mucho tiempo aprendiendo a tocar tan bien. Has pasado tanto tiempo con esto que no te ha quedado para aprender modales, normal que se te ocurriese una idea que causó el caos para el país y para sus gentes.
Todo el mundo se quedó atónito; era como si a Li Zhang Le le hubieran tirado agua helada a la cara.
El quinto príncipe, al ver que estaban reprendiendo a la belleza, salió en su ayuda.
–Li xiaojie es sólo una señorita de una familia importante, que se le ocurriese un plan ya es algo notable. Padre ha prometido perdonarla.
La princesa Yonging se rio con frialdad.
–Padre siempre es generoso y la ha perdonado, pero eso no significa que sea inocente. Li xiaojie no entiende las reglas al ser tan joven, no pasa nada, pero, ¿cómo puede ser que Li Furen no le haya enseñado lo que es el decoro y la propiedad?
Li Xiao Ran, como el Primer Ministro, y Da Furen brillaban allá donde fueran. Jamás habían tenido que soportar una humillación semejante. Da Furen se quedó sin palabras.
Tuoba Rui se disgustó.
–Huang jie, sólo estaba cantando y tocando, ¡¿qué tiene que ver con la propiedad?!
La princesa Yonging tenía ira en los ojos.
–¡“El inolvidable anhelo eterno”! ¡¿Cómo se atreve la hija del Primer Ministro a cantar una letra tan obscena?! ¡Estás atrayendo abejas y mariposas[1]! ¡Qué desgracia!
Li Zhang Le respondió afanosamente.
–Princesa, he usado esta canción para describir el ambiente, las otras chicas también han cantado canciones parecidas…
La expresión de Yonging se volvió más y más fría.
–¡Te atreves a debatirme!
Li Zhang Le se sintió agraviada. Yan xiaojie, que también había cantado una canción similar, se asustó. Esta dinastía insistía en el decoro entre hombres y mujeres, pero era imposible evitarlo en este tipo de situación. Rouxin, la cuarta hermana de la princesa Yonging también escribió un par de versos para expresar su amor por su príncipe consorte. ¿Eso no se consideraría obsceno también? Yan xiaojie echó un vistazo a la princesa y descubrió que rabia iba dirigida a Li Zhang Le. 
–No me atrevería. – Li Zhang Le contestó desesperada.
–Zhang Le no quería ofenderla, ¡espero que la princesa sepa perdonarla! – Interrumpió Da Furen.
Tuoba Yu suspiró, Li Zhang Le era muy poco cautelosa. Su madre, la concubina Zhangde, le había mencionado alguna vez que la princesa Yonging y su príncipe consorte estaban muy enamorados; ambos escuchaban canciones de harpa de las regiones oeste y se enamoraron, así que invitaron a un musico para que les enseñase. Pero cuando el príncipe consorte murió, la princesa estaba tan dolida que al ver el harpa la hizo añicos y no quiso volver a ver ese tipo de instrumento nunca más. Era un secreto dentro de la familia, así que sólo lo sabían una o dos personas y nadie se atrevía a esparcir el rumor. ¿Quién hubiese imaginado que Li Zhang Le tocaba este instrumento que apuñalaba el corazón de la princesa?
Los ojos de Tuoba Yu deambularon por el rostro de Li Zhang Le y, de repente, sonrió. Esa hermosa mujer no sabía nada de la historia, pero, miró a Li Wei Yang y sintió que ella sabía algo o que, al menos, todo esto lo había preparado ella.
Lao Furen vio la expresión de la princesa cambiar. A pesar de que pensaba que las palabras de la princesa habían sido demasiado duras, no pretendía defender a Li Zhang Le. Se levantó y dijo:
–¡¿No has oído a la princesa?! ¡Vete!
Li Zhang Le estaba tan enfadada que se sintió enloquecer, no sabía qué había hecho mal para enfurecer a la princesa. Da Furen, viendo todo aquello, se quejó en secreto y se acercó para tirar de ella.
Los ojos de la princesa se cernieron sobre Li Zhang Le y la siguieron como una sombra.
El quinto príncipe quería hablar por Li Zhang Le, pero viendo la furiosa expresión de su Huang Jie, decidió que eso sólo lo empeoraría y bajó la cabeza.
Li Min Feng observó con ansia y tuvo el impulso de defender a su hermana, pero, al final, no se atrevió.
Li Min De quería sonreír, pero se limitó a curvar los labios ligeramente. Él sabía de dónde venía todo esto. Su San jie le había dado al artesano cien piezas de oro para que se presentase ante Li Zhang Le. Wei Yang calculó a la perfección que Li Zhang Le le pediría que le enseñase para poder lucirse en público y, como la princesa Yonging organizaba tantos banquetes, no sería difícil imaginar lo que acabaría sucediendo tarde o temprano, pero ¿cómo sabía Li Wei Yang el secreto de la princesa?
Después de este incidente nadie se atrevió a elogiar a Li Zhang Le, primero hizo enfadar al Emperador y ahora a la princesa, el futuro de esta hermosa mujer había terminado. ¿Quién se atrevería a casarse con la mujer que había ofendido a la familia imperial? Aunque tenía unos antecedentes sólidos y una apariencia bellísima, aquel que se casase estaría condenado si el Emperador recordaba sus malas acciones.
Da Furen casi hace añicos la taza que tenía en las manos. No conseguía hallar qué había fallado, todo había sido perfecto. ¡¿Por qué se había vuelto así?!
Li Zhang Le se dio una vuelta entera y miró a Li Wei Yang como una serpiente venenosa. ¡Este incidente tenía que ver con ella! Pero no sabía qué conexión debía haber.
Li Wei Yang sonrió despreocupada, no podía culpar a Da Furen, ni a su hija por resentirla. ¿Cómo iban a saber nada del placer de la princesa Yonging y de su difundo marido? Ni siquiera el Emperador sabía esto. En realidad, tenía que agradecer a Tuoba Zhen porque era un hombre que se estrujaba el cerebro para enterarse de los secretos de todo el mundo, y se lo agradeció pues ahora, Li Wei Yang, sabía todo lo que no debía saber.
Tuoba Zhen vio la escena y no pudo evitar sacudir la cabeza. Li Zhang Le llevaba una racha de mala suerte. Había escogido el harpa que era como echarle sal a la herida de la princesa. ¡Se atrevió a usarla como si no quisiera vivir más! Por supuesto, en aquel momento no vinculó el asunto con Li Wei Yang.
La escena se detuvo, cuando la princesa se cansó de estar enfadada, frunció el ceño.
Tuoba Rui hizo una mueca y dijo:
–Huang Jie, hay otra xiaojie que no ha actuado todavía. – El joven había decidido que, si regañaban a Da xiaojie, también tendrían que arrastrar a Li Wei Yang.
Da Furen miró a Li Wei Yang con frialdad.
–Sí, Wei Yang también debería actuar.
Justo ahora, la princesa estaba furiosa, ¿quién se atrevería a hacer nada? La gente miró con cierto alivio a Li Wei Yang y su mala suerte.
Lao Furen frunció el ceño. Sabía que Li Wei Yang era inteligente, ¿pero ¿qué podría presentar siendo la última? Además, la princesa estaba alterada.
–Princesa, – empezó. – Wei Yang se ha criado en el campo, no es muy talentosa en literatura, ni en artes. Le ensuciaría la vista.
La princesa Yongning acababa de regañar a la Da xiaojie de la familia Li y, al fin y al cabo, se sentía mal por Lao Furen que siempre había sido noble y respetuosa.
–No importa, – no consideró la reputación de Lao Furen. – nadie la culpará. Que actúe.
A pesar de que la princesa había oído que LI Wei Yang se había criado en el campo, sabía que tenían una criada que les enseñaba etiqueta y todas las señoritas aprendían algún talento. No obstante, no se paró a pensar que Wei Yang ni siquiera había podido llenarse el estómago, y mucho menos había tenido tiempo para aprender literatura y arte.
Li Wei Yang parpadeó y se levantó.
–Sí.
Para ser habilidoso con la literatura y las artes hay que educarte desde una edad temprana. Todas las chicas ahí sentadas, sin excepción, eran expertas. Pero Wei Yang, al haber aprendido estos talentos demasiado tarde, siempre había sido el hazmerreír y jamás había podido perfeccionarlos, por lo que eligió el baile. A los tres años de casada con Tuoba Zhen, aprendió unos cuantos movimientos para contentarle. Por supuesto, no había ni punto de comparación con las señoritas que habían aprendido a bailar desde pequeñas. Por mucho que se esforzase, era imposible compensar los años que había perdido.
LI Wei Yang sonrió. No podía seguir el camino normal, así que tendría que ser creativa.
La princesa Yonging miró a Li Wei Yang y pensó que era distinta a otras chicas. Era como el agua de un pozo bajo la luna, clara y profunda. En sus ojos había cierta frialdad, que dificultaba que pudieran entenderla.
–Necesito pedir dos cosas, espero que la princesa me lo permita. – La voz de Li Wei Yang era muy propia y amable.
–Adelante. – La princesa Yonging asintió.
La oficial acompañó a Li Wei Yang a prepararse.
–Por favor, prepárame estas cosas. – le pidió a la criada mientras caminaban por el pasillo para que nadie viera nada.
La oficial mostró una expresión de incertidumbre al escucharla, pero ordenó que le preparasen todo de inmediato.

*        *        *        *

En el banquete, mientras tanto, Gao Min estalló en carcajadas gélidas.
–¿Qué trucos se va a sacar de la manga si es sólo bailar?
Li Zhang Le quería hacer a cachitos a Li Wei Yang, no podía esperar para ver como se humillaba a sí misma.
–Séptimo hermano, –Tuoba Zhen levantó la copa de vino. – un brindis.
–Gracias. – Tuoba Yu sonrió.
El quinto príncipe que estaba sentado a un lado seguía contemplando la pálida tez de Li Zhang Le, ni siquiera escuchaba la voz del octavo príncipe que le estaba hablando. El travieso octavo príncipe, viendo que su hermano no le prestaba atención, se aburrió y se puso de pie de un salto para buscar gente con quien jugar. Sus ojos notaron a Li Min De, un joven de una edad parecida a la suya, y corrió a su encuentro para hablarle. No obstante, Li Min De mantuvo una expresión respetuosa, sin importar lo que dijera, y eso le hizo enfadar.
Al cabo de un rato, el octavo príncipe observó la bella apariencia de Li Min De y tuvo que decir:
–No me digas que eres una chica.
–Octavo príncipe, soy un hombre. – Li Min De bajó la vista con tranquilidad.
El octavo príncipe alzó la cara llena de sospechas.
Justo entonces, los criados trajeron una pantalla de cuatro lados de papel blanco.
–¿Qué es esto? – se rio Wei Guo Furen. – ¿No iba a bailar? ¿Quiere dibujar delante de todos?
La curiosidad cruzó los ojos de la princesa. Todo el mundo discutía.
Li Wei Yang se cambió de ropa y se puso un atuendo blanco de baile que le había preparado la princesa y se metió entre las cuatro pantallas. Todos podían ver su sombra, pero no su cuerpo, por lo grande que eran las pantallas.
Todo el jardín estaba en silencio, como si no hubiera nadie.
Cuando empezó a sonar la música, Wei Yang movió las mangas, siguiendo la melodía. Giró el cuerpo, hizo revolotear las mangas y meció sus horquillas de un lado a otro. La flor se movió con el viento; continuó bailando al son de la música. El público no le podía ver la cara, sólo la figura delgada como las nubes.
Nadie había visto este tipo de baile jamás. En realidad, los bailes que habían presenciado aquel día les había parecido del montón, sin embargo, aquella sombra les fascinó.
–Qué niña tan lista. – La princesa sonrió.
Li Zhang Le soltó una risita por lo bajo. Li Wei Yang tenía muchos trucos, sabía que sus movimientos de baile eran del montón, así que había usado la sombra para actuar y ocultar su falta de habilidad.
El octavo príncipe, en ese momento, dio un brinco y abrió los ojos.
–¡Mirad!
Todo el mundo miró con curiosidad y se dio cuenta que la pantalla blanca tenía una marca. Entonces, aparecieron tres flores al ritmo de la música. La gente se sorprendió al ver que con los movimientos de la mano de Li Wei Yang aparecían flores como si se hubieran despertado de un largo letargo.
La muchacha bailó como las nubes en el cielo, como la niebla transformándose en gotas; bailó como pájaros volando en un bosque, como si escapase de su jaula.
–¡Bien, bien! – El octavo príncipe se levantó lentamente, con la carita totalmente excitada y aplaudió como loco. – ¡Ay! ¡Esto es genial! ¡Mucho mejor que las otras!
Todos los presentes se sorprendieron, no podían describir esta actuación. No es que no tuviese rival o que sus habilidades fueran exquisitas, pero al combinar ambas cosas, se volvió algo hechizante. Cada movimiento se coordinaba con el florecer de una flor, cada nota correspondía a un trazo de pintura. Las flores florecían y danzaban. ¡Qué ingenioso!
La princesa Yongning concentró su mirada en ella, y sonrió hasta el final.
–Qué chica tan lista. – Asintió.
Cuando la música terminó las cuatro paredes rebosaban flores. Li Wei Yang cogió aire y salió de detrás de las pantallas. Todos vieron que sus mangas estaban empapadas de tinta negra, pero la muchacha pretendió no notarlo e hizo una reverencia ante la princesa.
La princesa sonrió.
–Qué buena idea has tenido, no me extraña que le gustes a padre. ¿Qué tipo de baile es?
Los ojos de Li Wei Yang sonrieron.
–Es el baile de la tinta.
–Muy apropiado. – Asintió la princesa.
Dicho esto, movió la mano para indicarle a la criada que acercase la bandeja. Li Wei Yang la miró de soslayó y descubrió que había bolsos y joyas. Li Wei Yang le agradeció a la princesa con el rostro lleno de sonrisas y volvió a su asiento. El rostro de Li Zhang Le estaba lleno de resentimiento cuando la miró, pero a LI Wei Yang no le importó y le contestó con la más dulces de las sonrisas mientras se sentaba.
El quinto príncipe no pudo pronunciar ni una sola palabra.
El tercero, Tuoba Zhen, sonrió. Sabía que Li Wei Yang no le decepcionaría, era una chica muchísimo más lista que Li Zhang Le. En cuanto a los movimientos de baile, Li Wei Yang no era rival para la hija del oficial del ministerio de asuntos exteriores, Li xiaojie; en cuanto a caligrafía, no se la podía comparar con Xue Ningyan. Siendo consciente de sus carencias, lo único que le quedaba era usar su astucia.
La actuación de ese día combinaba baile y pintura, lo que sorprendió a todos los presentes, y, en cuestión de horas, Li Wei Yang se hizo famosa.
Tuoba Yu continuó brindando con la gente que tenía a su alrededor, y su sonrisa se hizo más obvia. Da Furen dio tantos golpecitos con la uña del dedo, que se le acabó partiendo mientras escuchaba las felicitaciones de las otras señoras como si realmente se sintiera honrada.
–Caray, la xianzhu de tu familia no sólo es adorable y lista, ¡sus movimientos son buenos y su caligrafía también! ¡Nunca había visto un baile tan exquisito!
–Sí, sí. ¡Todo gracias a las enseñanzas de Li Furen!
–¡Qué extraordinario! No ha tenido ni un poquito de miedo escénico a pesar de ser tan joven. ¡Qué baile tan fantástico!
La sonrisa de Da Furen se quedó de piedra y en su manga apareció una pequeña mancha de sangre. Esa zorra de LI Wei Yang se había apoderado del foco. ¡Qué insoportable!
Desde aquel día el baile de sombras se volvió popular. Hasta muchas concubinas reales se ensuciaron las mangas para ganarse el favor del Emperador. Si era popular en palacio, también lo sería entre los plebeyos. El nombre de Li Wei Yang y su baile se extendió por todos los rincones de Da Li al poco tiempo, pero eso fue algo que ni siquiera la propia Wei Yang se esperaba. Sólo había pensado en cómo superar este obstáculo y hacer que los otros la recordasen. No es que no tuviese talento, pero no quería presumir delante de los otros.
–Princesa, nosotras no deberíamos ser las únicas en actuar. – Dijo alguien.
La princesa Yongning sabía muy bien que todos los que habían acudido al banquete buscaban un marido o una esposa, era un banquete para encontrar pareja, por lo que sonrió y dijo:
–Wu di, he oído que padre te ha otorgado un arco. ¿Qué te parece si nos lo traes para que lo veamos?
Tuoba Rui sintió simpatía por Li Zhang Le y estaba más que dispuesto a rescatarla y evitar que fuera el centro de atención. Por lo que se levantó a prisa.
–Sería aburrido que sólo tirase una persona, ¿qué te parece si hacemos una competición? Pero, si competimos, ¿habrá algún premio?
La princesa Yongning sonrió y le indicó a la criada que mostrase un espejo con gemas incrustadas.
–Madre me ha regalado este espejo, quien gane, se lo queda.
El quinto príncipe mostró una pizca de júbilo en su mirar. Si lo ganaba, le podría dar el espejo a LI Zhang Le y rescatarla de esa escena tan incómoda y consolarla. Sonrió a Li Zhang Le y habló.
–De acuerdo, traed mi arco.
Los otros muchachos también se frotaros los puños para indicar que también querían participar.
En los banquetes era habitual que hubiese juegos de tiro de arco, por lo que todos se habían traído sus instrumentos.
El tercer príncipe, Tuoba Zhen, le sonrió a Tuoba Yu.
–Qi di, ¿quieres intentarlo?
En ese momento, el cuerpo de Tuoba Yu estaba bañado por la luz de las velas, levantó las cejas y sonrió con tranquilidad.
–¿Cómo voy a rechazar la invitación de mi hermano?
Los guardias prepararon las dianas en poco tiempo. Cada diana estaba diez metros más lejos que la otra y, en total, había cien metros de distancia.
–Veamos quien dispara más lejos y con mayor precisión.
Li Min Feng quería ganar para compensar el bochorno por el que había pasado su hermana. Sonrió y recibió el arco, lo cogió y disparó a la diana del medio. Los otros jóvenes se unieron a la competición con ganas, pero ninguno fue capaz de llegar a la sexta diana.
Tuoba Rui sonrió con seguridad y cogió su propio arco; su arco era casi tan algo como él y era de color negro. Tenía algo que parecía una gema incrustado. Tuoba Rui hizo uso de su hombro para aguantarlo y disparó a la séptima diana, dando justo en el blanco.
Li Wei Yang sonrió. El quinto príncipe, en realidad, era un hombre con talento para las artes marciales y la literatura. Sin embargo, estaba tan ciego por Li Zhang Le que acabaría muriendo en las garras de su belleza, tarde o temprano. Eso es lo que admiraba de Tuoba Zhen, jamás permitió que nadie le desconcentrase y le apartase de su meta.
El quinto príncipe sonrió y le pasó el arco a Tuoba Zhen.
–Tercer hermano, por favor. – Estaba seguro que Tuoba Zhen no le superaría porque sus habilidades eran del montón.
–Ay, ¿cómo son las habilidades del tercer príncipe?  – Se preocupaban las mujeres. – ¡Casi nunca le vemos practicar su tiro al arco!
–Mucho me temo que no es rival para el quinto príncipe… He oído que el Emperador en persona le enseñó a disparar.
–¡Yo he oído que el quinto príncipe puede dar en el blanco de cualquier diana!
Cuando Tuoba Zhen cogió el arco, miró inconscientemente a Li Wei Yang. Antes, le hubiese cedido esa oportunidad de brillar a Tuoba Ri, pero no sabía por qué no quería perder delante de esa muchacha.
Gao Min apretó el pañuelo que tenía en la mano y le dio un empujoncito a LI Zhang Le.
–Zhang Le, ¿crees que el tercer príncipe podrá ganar?
Li Zhang Le todavía no se había recuperado, así que no respondió.
Li Wei Yang curvó los labios. Conocía muy bien a Tuoba Zhen. Sus habilidades siempre habían sido mejores que las de Tuoba Rui, pero no estaba dispuesto a demostrarlo para que nadie lo supiera. Si actuaba tal y como ella esperaba, perdería. Siempre escondiéndose, sin atreverse a ganar abiertamente… ¿Cómo había podido pensar alguna vez que este tipo de hombre podría ser su apoyo? Li Wei Yang expresó cierto desprecio.
Las pupilas de Tuoba Zhen se dilataron y sintió que la sonrisa burlona de Li Wei Yang le apuñalaba. Comprendió, de repente, que LI Wei Yang pensaba que perdería. ¡Esta muchacha…! Tuoba Zhen sonrió ligeramente, tiró de la cuerda con el pulgar y usó el dedo índice para apoyar su pulgar. Con fuerza, hizo una media luna. Lo único que se escuchó antes de las aclamaciones, fue el sonido del arco disparando y clavándose en el medio de la décima diana.
Excepto Li Wei Yang que sonrió con una mueca que no parecía una sonrisa, todo el mundo se quedó estupefacto.
La princesa Yonging se sorprendió, pensaba que las habilidades en las artes marciales de su tercer hermano eran del montón.
–Tus habilidades han sorprendido a todo el mundo. – Dijo mientras sonreía. – Séptimo hermano, te toca.
Tuoba Yu cogió el arco. En comparación con los otros arcos, el suyo era uno normal, sin ninguna decoración. Sonreía e ignoraba su apariencia, era como si no hubiese venido a disparar, sino a mirar, por eso, nadie esperaba que dispararía directamente a la décima diana y daría justo en el blanco.
La princesa Yonging también se quedó atónita como los demás, y unos instantes después, hubo un gran aplauso.
–¡Raramente se ve esto! ¡Los dos príncipes han dado a la décima diana!
–¡Sí, inédito!
–¡Extraordinario!
Li Wei Yang sonrió entre los elogios. Esos dos siempre habían sido iguales en fuerza, pero Tuoba Yu no era capaz de ser tan despiadado como Tuoba Zhen y, al final, sufrió una derrota desastrosa y perdió el trono. El ganador se convertía en el rey, y el perdedor en el bandido, siempre era así.
El aspecto del semblante del quinto príncipe era terrible. No podía creérselo. Había querido ser el centro de atención, pero al final, se lo habían robado. Tuoba Zhen nunca había demostrado sus habilidades, y Tuoba Yu siempre estaba de viaje. ¿Cuándo habían aprendido algo así? Empezó a pensar que tenía que protegerse de esos dos, sobretodo de Tuoba Zhen. Se dio cuenta que no debía verle como un simple seguidor del príncipe heredero.
–Qué mal, – se rio la princesa. – la diana es demasiado grande. Cambiadla. – Su mirada deambuló por los presentes y descubrió que Li Wei Yang estaba cabizbaja, comiéndose una manzana. – Podemos usar una manzana como diana. Que venga alguien.
De inmediato, un soldado se acercó a un árbol lejano y recogió cinco manzanas. Cada una posicionada a treinta metros.
–¿Cómo puede ser? ¡Están demasiado lejos!
–Es un reto demasiado grande. ¡Es imposible!
–Sí, sí. Hoy el viento sopla demasiado fuerte. Las manzanas no paran de moverse, ¡es imposible que alguien le pueda dar!
Entre la multitud, Tuoba Zhen soltó una carcajada y ordenó:
–¡Traedme mi arco!
Estiró el brazo y disparó cinco flechas. El público no alcanzo a ver cómo disparaba hasta la última flecha. No reaccionaron a tiempo para ver cómo todas sus flechas hacían caer una manzana.
Los soldados corrieron a por ellas y las trajeron. La princesa Yonging ls estudió y vio que todas tenían su flecha.
–¡Dios mío! – Exclamó Gao Min. – ¡Qué rápido! Ha sido como un sueño.
–Las habilidades de tiro del tercer príncipe son increíbles. Lo nunca visto. – Los ojos de Li Zhang Le relució como sino pudiese evitar hablar.
Todas las señoritas empezaron a charlar.
–¡No me puedo creer que el tercer príncipe sea tan bueno!
–¡Sí, nunca había demostrado tanto talento hasta ahora!
Ni siquiera Wei Guo Furen pudo contenerse y le dijo a Da Furen:
–Ahora le vemos con otros ojos.
Da Furen observó con frialdad.
–No lo creo. ¡Mucho me temo que debe tener otros motivos para haber estado escondiendo esto tanto tiempo!
Después de todo, a Da Furen no le gustaban los antecedentes del tercer príncipe. No importaba qué hiciera, nunca sería lo suficientemente bueno. No obstante, a su lado, Li Zhang Le ya había olvidado su desaliento y le brillaban los ojos.
Li Wei Yang se percató de ello, sonrió con frialdad y continuó masticando su manzana.
Tuoba Zhen se dio la vuelta y le dijo a Tuoba Yu:
–Hermano, te toca.
Las manzanas estaban justo delante de sus ojos y Tuoba Yu sonrió lentamente mientras las miraba.
–Qué bueno eres, tercer hermano.
Tuoba Yu levantó el arco y, sin dar tiempo de reacción, atravesó la primera manzana. Escucharon un sonido y, de repente, una manzana explotó. Otra flecha se clavó en la segunda manzana, y otra vez se hizo añicos. Y así continuaron la tercera, la cuarta y la quinta.
Nadie había visto algo así jamás y todos los presentes se quedaron estupefactos. Nadie aplaudía, ni elogiaba, estaban callados.
–No os burléis de mi actuación, por favor. – Sonrió Tuoba Yu.
Tuoba Zhen sonrió de mala gana, pero empezó a aplaudir.
–¡Maravilloso!
Todos se acordaron de lo que debían hacer y también empezaron a aplaudir.
–¡El séptimo príncipe es muy bueno!
–¡Sí, no me puedo creer que haya presenciado una habilidad como esta!
Li Wei Yang se detuvo y no pudo evitar mirar de soslayo al muchacho. Tenía cierta curiosidad y la anticipación empezó a crecer. Tuoba Yu era una persona interesante y esperaba, de todo corazón, que siguiera haciéndose más fuerte para girarle la cara a Tuoba Zhen.
Li Min De contempló la escena desde lejos y sonrió. El octavo príncipe estudió a Li Min De meticulosamente. Vio su atuendo lila y sus mangas doradas, además de su aura noble. A pesar de que era muy joven, era difícil ver el fulgor de su mirar. Ese chico inquietaba a la gente.
El octavo príncipe estaba como ausente mientras le observaba.
–Lan Er, no mires así y ten cuidado de que nadie te descubra. Si padre descubre que has robado la ropa del octavo príncipe y te has hecho pasar por él, se enfadará mucho.
El octavo príncipe, Tuoba Cong, y la novena princesa eran gemelos idénticos. La única diferencia entre ellos era que, la princesa tenía un lunar rojo en la ceja. ¿Quién habría pensado que ese muchacho tan travieso, en realidad, era una jovencita? La princesa Xiang Lan no le hizo ningún caso al quinto príncipe y se limitó a observar a Li Min De descubriendo, que el muchacho no dejaba de mirar a Li Wei Yang. Se sintió un poco descorazonada, pero, al segundo, volvió a estar contenta. Si se hacía amiga de Li Wei Yang, ¿podría ver a Li Min De más a menudo?
El quinto príncipe le echó un vistazo a Li Wei Yang y, de repente, sonrió.
–Dejadme ver el arco del séptimo príncipe. Todas sus flechas han llegado muy lejos. – Dicho esto, corrió hasta la manzana más lejana y dijo en voz alta. – Las manzanas están hechas pedazos. – No estaba dispuesto a aceptar el resultado. – No soy rival para el séptimo hermano en cuanto a distancia. – Mientras hablaba, disparó una flecha drásticamente.
La flecha se dirigió a los asientos de las mujeres. Todas las mujeres chillaron y dieron un brinco y, entonces, se dieron cuenta que la flecha iba para Li Wei Yang.
Se hizo el silencio. Li Min De sólo podía escuchar sus latidos. No obstante, la flecha pasó por delante de la muchacha y se clavó en un árbol cercano. Li Wei Yang miró al quinto príncipe, su expresión seguía imperturbable.
Tuoba Rui no podía creer que Li Wei Yang no lo hubiese esquivado, su rostro empalideció. Su intención no había sido matarla, sólo quería intimidar a esa astuta jovencita. Por supuesto, no esperaba que se quedase quieta y le observase sin ningún miedo.
–¡Rui Er, qué haces! – Exclamó la princesa Yonging furiosa.
Tuoba Zhen dio un paso hacia adelante inconscientemente y suspiró aliviado. Cuando vio a Tuoba Rui levantar el arco, su corazón se dilató hasta ver que Li Wei Yang estaba sana y salva. A pesar de que ignoraba el motivo por el que se sentía de esa manera, sabía que Li Wei Yang había captado su intriga y, por tanto, esa muchacha no podía desaparecer hasta satisfacer sus dudas.  Quería que Li Wei Yang siguiera viva, al menos, hasta que supiera que rechazarle había sido una acción terriblemente estúpida.
–Quinto hermano, eres demasiado imprudente. ¡¿Cómo has podido disparar de esta forma?! ¡Has asustado a Anping Xianzhu! ¡Date prisa y discúlpate!
Le hizo una seña con el ojo y Tuoba Rui le entendió.
–Sólo quería ver lo lejos que podía disparar. Xianzhu, no te enfades, por favor.
–La vista del quinto príncipe no es tan buena, – Li Wei Yang sonrió y habló con toda la calma. – no ha sido nada. Pero, no estoy sentada muy lejos de la princesa… Que yo me haga daño no es nada, pero que la princesa salga herida no es nada bueno.
El rostro de Tuoba Rui se volvió verde. Al principio había querido asustar a Li Wei Yang hasta el punto de hacer que se mease encima y se humillase, jamás se habría imaginado que sería ella quien le regañaría. Sus ojos, en especial, le hacían sentir como un payaso.
El semblante de la princesa tampoco era bueno. Ese niño no tenía sentido de la propiedad y mucho menos, modales.
–Rui Er, ¿padre es quien te enseñó a tirar con arco? Si ve que estás por ahí haciendo el tonto se decepcionará muchísimo.
Tuoba Rui sabía que el Emperador favorecía a la princesa. Se asustó y admitió su culpa.
–Huang Jie, perdóname por favor. No volveré a hacer algo así.
La expresión de la princesa era gélida y, justamente entonces, escuchó a alguien entrometerse para mediar en la disputa.
–¡Vaya! ¡Pues entonces, la persona que ha disparado más lejos ha sido el quinto príncipe!
Todo el mundo miró en esa dirección y, sin lugar a duda, el quinto príncipe había recorrido doscientos metros. El premio era suyo.
–¡Un momento! – En ese preciso instante, otra vez habló.
Todo el mundo miró hacia atrás y se quedaron atónitos.



[1] “Atraer abejas y mariposas” o en chino “招蜂引蝶”, significa flirtear con hombres. 

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