Capítulo 46

noviembre 19, 2017

Xiao Li aguantaba a Susu mientras Qi Xiu Yuan sacaba la llave para abrir la puerta. Qi Xiu Yuan volvió a coger a su hermana con delicadeza tras abrir la puerta y bajó el tono de voz.
–Cógeme la toalla de Mickey Mouse y humedécela con agua caliente.
Xiao Li mantuvo los ojos en él unos segundos, entonces, asintió con la cabeza y se dirigió al baño.
Giró el grifo para que saliese el agua caliente y empapó la toalla antes de dirigirse a la habitación de Susu para dársela a Qi Xiu Yuan. La ventana de la habitación no estaba cerrada, así que se podía apreciar el sonido de la lluvia cayendo violentamente contra el suelo. Qi Xiu Yuan acababa de depositar a su hermana en la cama cuando Xiao Li entró con la toalla. La cogió y se la pasó por las manos y la cara de su hermana, entonces, se la devolvió a Xiao Li y cerró la ventana.
Xiao Li volvió al baño para lavar la toalla. Mientras el agua caliente corría por su mano y la toalla, recordó aquellos tiempos en los que cuidaba de Xiao Yang. Sin saberlo, una suave sonrisa apareció en sus labios.
Enjuagó las toallas que había utilizado y las colgó en el baño. Pensó que Qi Xiu Yuan debía estar esperándole en el comedor, así que salió del baño con la idea de ir para allá. Sin embargo, cuando pasó la puerta del baño, le cogieron de la mano y se la fijaron en la pared. Xiao Li se debatió unos instantes por lo incómoda que era la postura.
–No te muevas. – Susurró Qi Xiu Yuan, inclinándose.
Su tono de voz le era irresistible a Xiao Li, pero en sus palabras también moraba algo que suavizó su corazón de inmediato, sin siquiera ser consciente de ello. Se quedó quieto. Había mucho que querían decirse y preguntarse, pero se limitaron a abrazarse con fuerza. El silencio les envolvía y sus frentes se rozaban. Sus alientos danzaban al son de sus latidos y cantaban en armonía.
–Hueles a jabón de manos. – Qi Xiu Yuan susurró entre sonrisas.
–No había gel de ducha en la comisaría. – Susurró Xiao Li y entonces, se le acercó más. – Tú hueles a humedad.
–Me he mojado con la lluvia. – Qi Xiu Yuan, al fin, notó su propia incomodidad por ir con ropa mojada. Besó los labios de Xiao Li con suavidad. – Me voy a duchar. ¿Has cenado ya?
–Todavía no.
–En la cocina hay gachas y comida. Caliéntala. – Qi Xiu Yuan volvió a besarle en los labios. – En nada salgo.
En realidad, Xiao Li no tenía apetito, pero fue a la cocina de todas formas. El tazón de gachas ya estaba frío. Xiao Li cogió un poco y se lo llevó a la boca sin calentarlo. Fregó el tazón en silencio y fue a la sala de estar, al rato, salió al balcón y, finalmente, volvió a entrar a la sala.
Se quedó allí de pie durante unos momentos, entonces, anduvo hacia el baño, abrió la puerta y entró.
Una niebla envolvía el baño y un aire húmedo con un agradable aroma a gel de ducha flotaba por los alrededores. Qi Xiu Yuan estaba quitándose la espuma del cuerpo de espaldas a la puerta. Los músculos se le marcaban por cada uno de sus movimientos. Cuando escuchó el sonido de la puerta cerrándose, se dio la vuelta y se quedó atónito.
–Yo también quiero ducharme. – Anunció Xiao Li y se dio la vuelta para desnudarse.
Se quitó la camiseta y la lanzó al cubo de la ropa sucia, entonces, se quitó los pantalones y también los tiró a la ropa sucia y, finalmente, sus manos se detuvieron en los calzoncillos. Cuando se los bajó un poco con la mano, pudo apreciar como Qi Xiu Yuan contuvo la respiración.
Se quitó la ropa interior y los lanzó a un lado con facilidad, entonces, se dio la vuelta y se acercó a Qi Xiu Yuan lentamente.
Qi Xiu Yuan retrocedió un paso inconscientemente, sus ojos seguían atrapados en la figura de Xiao Li, le era imposible parpadear y respirar.
Los pasos de Xiao Li eran suaves y casi insonoros, y se apoderaba de Qi Xiu Yuan con una mirada tentadora. Dejó que sus ojos bajaran del rostro ruborizado y mojado hasta su cintura. De repente, se paralizó y le contempló como ausente durante unos segundos y una expresión complicada. Finalmente, no pudo evitar reír. Su dulce tono de voz resonó por el baño.
–Tú también… – Xiao Li rió hasta que se apoyó contra la pared, cubriéndose los ojos con la mano. Si no temiese despertar a Susu, habría estallado en sonoras carcajadas. – ¿Ya has comido?
Un cuerpo cálido se apoyó contra el suyo mientras una mano le apartaba la suya de la cara. Xiao Li dejó de reír. En los ojos de Qi Xiu Yuan no había ni rastro de humor, en su lugar, había una pasión profunda y un deseo que anhelaba revelarse. Mientras tanto, el miembro duro que había visto apenas unos instantes antes estaba firmemente presionado contra sus muslos, emitiendo un calor atrayente que era difícil de ignorar.
–Tú eres mi comida. –  Contestó Qi Xiu Yuan con voz ronca.
Eran unas palabras cliché que Xiao Li había escuchado a menudo en Jin Ting, e incluso él mismo las había usado con otras mujeres. Sin embargo, cuando sus ojos capturaron las pupilas obsidianitas de Qi Xiu Yuan, que relucían como estrellas en el cielo nocturno, una sensación cálida le atrajo. Cualquiera sentiría deseo al ver las pequeñas gotas de agua que rodaban encantadoramente por su atractivo rostro. Como si le hubieran invadido, se sintió débil. Xiao Li, no se atrevió a mirarle más a los ojos.
–Cierra los ojos. – Le ordenó Qi Xiu Yuan mientras le besaba los ojos con delicadeza.
Xiao Li cerró los ojos. Sintió como los suaves labios de Qi Xiu Yuan se movían de su párpado derecho al izquierdo, besándolos suavemente unas cuantas veces. Entonces, la punta de la lengua de Qi Xiu Yuan le lamió las pestañas provocando que le invadiese una sensación cálida.
Lamía a Xiao Li con tal dulzura que su cuerpo ardía. Estrechó la mano en un intento de apartarle, pero Qi Xiu Yuan ejerció más fuerza para sujetarle antes de que sus labios se posaran en los de Xiao Li.
No fue un beso apresurado. Qi Xiu Yuan le saboreó lentamente, le lamió y probó cada centímetro. Su lengua, húmeda y caliente, lamió y bailó por los dientes de Xiao Li, deslizándose hacia las profundidades de su boca. Entonces, se enrolló y chupó la punta de la suya. Todo el proceso fue extremadamente lento, tan lento que Xiao Li pensaba que sus pulmones estaban perdiendo aire. Un escalofrío placentero le recorrió la columna cerebral hasta el cuello, haciéndole gemir. Estiró la mano para acercarse más a Qi Xiu Yuan, con el deseo de apoderarse de ese beso tan intenso y apasionado. Pero Qi Xiu Yuan cogió aire para oprimirle y ganar poder sobre él. Enganchó la lengua alrededor de la de Xiao Li, obligándole a seguir su ritmo. Dejó que su mano descansase en la parte trasera de la cabeza de Xiao Li, acercándole todavía más. Inclinaron las caras a un lado para ayudar a ajustar el ángulo del beso, no dejando ninguna separación entre sus bocas.
Ahogarse completamente en aquella gratificante sensación desafió los instintos masculinos de Xiao Li. Abrió los ojos y, consumido por la lujuria, de un empujón obligó a Qi Xiu Yuan a retroceder hasta la otra pared, donde se apretó contra su cuerpo. Ambas manos volaron a tomar el rostro de Qi Xiu Yuan y, como una pantera hambrienta, atacó los labios rosados que tenía delante para continuar con el beso.

Un gemido encantado, claramente intoxicado por el deseo, raptó por la garganta de Qi Xiu Yuan. Mientras se enredaba con los labios suaves y la lengua de Xiao Li, repasó la línea de los músculos de su espalda hasta su cintura flexible y poderosa, atándole con fuerza. Entonces, con algo más de fuerza, giró el cuerpo de Xiao Li y lo aplastó debajo del suyo. Se inclinó sobre Xiao Li, usando su propio ritmo duro para aplastarle, hasta llegar al punto de que su propia respiración se tornó pesada y violenta. 

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