Capítulo 68

diciembre 15, 2017

En la habitación, Qi Xiu Yuan y los subordinados seguían en la misma posición que antes, pero cuando Li Shi Qing y Xiao Li entraron, todos los ojos se giraron hacia ellos.
Los labios de Xiao Li seguían de un cautivador color rojo por el beso. Los ojos de Qi Xiu Yuan parecían tener ganas de pelear a muerte contra alguien como si de eso dependiese su vida. Su mirada era tan intensa que Xiao Li temió que fuera a decir algo inapropiado para provocar la ira de Li Shi Qing.
Por suerte, Qi Xiu Yuan bajó la vista rápidamente y cerró las manos en un puño.
–¿Has pensado en qué tienes que contarme? – Li Shi Qing se sentó en el sofá y Xiao Li se quedó de pie detrás de él.
No respondas, Xiao Li miró a Qi Xiu Yuan nerviosamente, no le respondas. Déjale mostrar sus cartas, no actúes sin pensar.
Qi Xiu Yuan levantó la cabeza y le miró con una sonrisa.
–He pensado en muchas cosas, pero no sé cuál quieres escuchar.
Xiao Li intentó darle valor a Qi Xiu Yuan con la mirada, pero él parecía estar evitándole deliberadamente y no le devolvió la mirada ni una sola vez.
–¿No lo sabes? – Li Shi Qing se acomodó en el sofá. – Quiero saber por qué un profesor pobre tiene el poder de tener al ministro Sun bailándole el agua.
No seas orgulloso, no presumas, no le respondas, no dejes que te afecten sus palabras. Xiao Li apretó los dientes.
–¿Oh? ¿También quieres que te haga caso? – Qi Xiu Yuan le miró con curiosidad.
Xiao Li parecía aliviado.
–Eres muy listo. – Li Shi Qing rio. – ¿Quién pensaría que nunca has estado en la mafia? Sí, quiero que Sun Ze Yu me haga caso. ¿Puedes ayudarme a conseguirlo, profesor Qi?
No le respondas, sigue demorándole como hasta ahora. Sun Ze Yu no permitirá que su secreto caiga en manos ajenas, mientras le retrases, acabará viniendo a salvarte. Xiao Li observó a Qi Xiu Yuan hasta que él mismo fue consciente de lo obvio que estaba siendo, pero Qi Xiu Yuan no le miró ni una sola vez.
–Encantado de hacerlo. – Qi Xiu Yuan reflexionó. – Pero tengo una condición.
Al escucharle, Xiao Li dio un vuelco. No seas tonto, Qi Xiu Yuan, no seas tonto.
–¿Qué condición? – Li Shi Qing le preguntó con interés. – Haré lo que pueda.
Xiao Li contuvo el aliento.
–Quiero una silla electrónica. – Respondió Qi Xiu Yuan.
Xiao Li suspiró aliviado mentalmente.
Qi Xiu Yuan sonrió ante el semblante sorprendido de Li Shi Qing y explicó algo avergonzado.
–Sentarme en esta silla me hace parecer un bárbaro. Sólo puedo mover una mano, así que es difícil moverme. Oh, sí… Qing Ye, ¿puedes buscarme una de esas que suben las escaleras? La vi en la tele una vez y tienen un brazo para que dejes la bebida y se puede forrar. Es muy avanzada…
Xiao Li no podía verle la expresión a Li Shi Qing desde donde estaba, sin embargo, quería verla.
–Vale. – Contestó él. – Llamaré a uno de mis subordinados para que la pidan. Como veo que estás dispuesto a cooperar, haré que te la traigan de inmediato.
No dejes que te engañe, Xiao Li vocalizó, insiste en que quieres la silla antes que nada.
–Vale. – Qi Xiu Yuan rio. – Siempre estoy dispuesto a ayudar.
Xiao Li abrió los ojos como platos y apretó el puño.
–¿Oh? – Li Shi Qing también parecía sorprendido. – Pues dime, ¿qué información tienes de Sun Ze Yu?
Xiao Li contempló a Qi Xiu Yuan firmemente.
–Hace mucho tiempo, cuando era joven, hizo una cosa mala y dejó pruebas. – Qi Xiu Yuan habló lentamente. Levantó la cabeza y su mirada y la de Xiao Li se encontraron.
¿Estás jodidamente loco? ¿No me digas que vas a contarle lo de tus padres? Xiao Li interrogó a Qi Xiu Yuan con la mirada. ¿Le vas a dar las pruebas que tienes entre manos para que Li Shi Qing pueda mangonear a Sun Ze Yu?
Qi Xiu Yuan le miró con una sonrisita en la comisura de los labios. Al verlo, Xiao Li empezó a tener sudores fríos y sus ojos se nublaron por la desesperación. No seas tonto, Qi Xiu Yuan. Por favor, te lo ruego, sé listo y no te pelees con ellos.
–Me interesa. – Li Shi Qing habló y se percató del semblante de Qi Xiu Yuan, por lo que se dio la vuelta para mirar a Xiao Li que ya había apartado la vista.
–Qing Ye, ¿de verdad quieres saberlo? – Preguntó Qi Xiu Yuan con toda la calma. – Permíteme recordarte, que a veces saber demasiado trae problemas.
–Yo no le temo a la mayoría de problemas.
Xiao Li se dio la vuelta, estudiando a Qi Xiu yuan.
–Muy bien. – Qi Xiu Yuan se inclino hacia adelante con los ojos todavía en Xiao Li. – He estado ocultando mi secreto muchos años…
Xiao Li apretó los dientes, ignorando por completo al guardaespaldas que Li Shi Qing tenía a su lado, y sacudió la cabeza.
No seas tonto, Qi Xiu Yuan. Sun Ze Yu matará y herirá a todo el mundo para proteger su secreto. ¿Qué va a hacer tu hermana? ¿Y yo? Vas a morir-…
–Soy el hijo ilegítimo de Sun Ze Yu. – Dijo Qi Xiu Yuan fon firmeza y una sonrisa astuta.

Xiao Li se quedó de piedra de inmediato. En realidad, todo el mundo a parte de Qi Xiu Yuan se quedó helado. 

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