Capítulo 69

diciembre 15, 2017

Li Shi Qing se recuperó después de varios segundos. Juntó las cejas y se volvió hacia Xiao Li.
Xiao Li se había quedado inexpresivo. Li Shi Qing volvió a girarse, entrecerró los ojos un buen rato y observó a Qi Xiu Yuan. Por fin, habló con frialdad.
–Será mejor que no juegues conmigo.
–La única razón por la que alguien obedece y hace caso a otra persona es porque le teme o porque le debe algo. ¿Nunca te lo habías plateando? – Qi Xiu Yuan le miró y rio de buena gana. – ¿De verdad crees que a alguien como el ministro Sun le podría importar lo más mínimo alguien como Han Jia? Pero yo quise salvarle, así que fue y lo salvó. Cuando ingresé en el hospital me puso en la habitación más avanzada. Ya lo debes haber investigado, ¿no? También contrató a un guardaespaldas para que me vigilase las veinticuatro horas del día. ¿Quién pasaría por todo esto por un desconocido? Si no te lo crees, puedes preguntárselo a los que me han traído. He gastado mucha energía en evitar a mi guardaespaldas.
Li Shi Qing le echó un vistazo rápido, entonces, miró al subordinado de la puerta y le hizo una seña. El subordinado salió por la puerta y a los pocos minutos volvió junto a Ah Long.
–Qing Ye. – Ah Le se quedó a cierta distancia. – Qi Xiu Yuan ha sido muy cooperativo y, en efecto, ha ideado un plan para evitar a su amiga.
Li Shi Qing habló consigo mismo al escucharle.
–Sinceramente, no entiendo por qué has hecho eso…
Qi Xiu Yuan rio.
–Un hijo ilegítimo que odia a su padre hará todo lo posible para darle problemas. ¿Tan difícil es de entender? – Levantó el brazo enyesado. – Has estado buscando información por todos lados… ¿No es porque te está dando problemas? Dime, ¿no podría ser que lo esté haciendo para vengarse por mí?
Li Shi Qing le observe el brazo con su expresión habiendo empeorado.
–No. Cuando me dijo que tenía que echar a Xiao Li de la mafia, me indicó claramente que le cortase una mano o le partiera las piernas. Si de verdad es tu padre, ¿por qué trataría a tu… a tu…? – De repente, se percató que Xiao Li seguía detrás de él, frunció el ceño y cortó las palabras que tenía en la punta de la lengua.
–Qing Ye, no quiero esconderlo, pero los asuntos familiares no es algo que se deba ir esparciendo por ahí. – Qi Xiu Yuan hizo una breve pausa, suspiró y volvió a hablar. – Es mi padre biológico y no quiere que su hijo sea gay. No sólo no le gusta, además paga su enfado con quien hizo a su hijo gay. ¿A qué es molesto?
Li Shi Qing frunció el ceño y reflexionó un buen rato con una expresión turbada.
–¿Con una llamada para verificarlo – Qi Xiu Yuan rio suavemente. – no confirmarías si te estoy engañando?
El silencio cayó sobre la habitación una vez más. Todos los criminales de la estancia tenían los ojos sobre un hombre tranquilo y sereno sentado en una silla de ruedas. Ninguno sabía si el hombre al que habían secuestrado era una bendición o una maldición.
Li Shi Qing se acomodó en el sofá y continuó valorando a Qi Xiu Yuan.
–Ah Long, quédate aquí y vigílale. – Dicho eso, se levantó y se marchó sin mirar atrás. – Xiao Li, – dijo con la voz más suave. – te ayudaré a cambiarte el vendaje.
Xiao Li le respondió con un simple: “vale”, y le siguió a la puerta con dos guardaespaldas detrás de ellos.
Qi Xiu Yuan alzó la voz de repente mientras contemplaba sus espaldas.
–¿Cuándo llegará la silla eléctrica, Qing Ye?
Los pasos de Li Shi Qing no se detuvieron a pesar de que esas palabras retumbaron por toda la sala. Qi Xiu Yuan había mantenido los ojos en Xiao Li, que parecía tranquilo y era imposible adivinar su estado de ánimo. Sin embargo, antes de salir por la puerta, Xiao Li le echó un vistazo rápido.
Qi Xiu Yuan les vio salir y miró a Ah Long que le estaba vigilando desde uno de los lados. Ignoró su entorno, se reclinó en la silla y cerró los ojos despreocupadamente.

Una sonrisa apareció en sus labios al pensar en la mirada que le había echado Xiao Li. 

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images