Capítulo 58
enero 02, 2018
Conforme pasa el tiempo se va volviendo más y más deslumbrante. A veces se limita a apoyarse en el balcón y me saluda haciendo temblar mi corazón.
Su cuerpo es muy suave, lo mejor es cuando le abrazo mientras duerme. Me gusta verle sonreír, pero me gusta todavía más cuando llora de dolor.
Pero eso no ha pasado nunca. Siempre me sonríe, y es tan cautivador que no lo puedo ni tocar. Quiero hacerle daño, quiero hacerle llorar.
Porque cuando mi mamá amaba profundamente a mi papá, siempre le hacía daño y siempre lloraba.
Si alguien llora de dolor por otra persona, es porque les gusta. Sin embargo, cuando llegué a la escuela alguien se lo había llevado ya.
Pero cuando se lo mencioné estaba muy enfadado, así que me aguanté de buena gana.
Desde aquel día, no dejé de pensar que si le mataba le tendría para mí sólo. Muchas veces, cuando tocaba su artería y sentía la vida fluyendo por dentro, pensaba en que morderla sería un desperdicio. Estaba seguro de que debía ser muy dulce. Un sabor que le pertenecía a YunSheng. Su sangre y su carne se mezclarían con la mía…
Carmesí, ardiente…
No obstante, descubrí que no era capaz de separarme de él. Si le mordía no volvería a pronunciar mi nombre. ¡Todavía no había llorado por mí, todavía no se había enfadado por mí!
Finalmente, no pude soportarlo más, me había ignorado y había mirado a otro con total concentración. Estaba triste por esa persona. Me alejó por esa chica y dijo que retiraba lo de quedarse conmigo…
Su intención estaba clara: ya no me quería.
Y la llamada del día anterior me inquietó. Mi hermano quería que volviese a verle, sino no se lo pondría fácil a YunSheng. ¡Quería que dejase a YunSheng y yo no podía tolerarlo!
Además, también su padrastro también le había tocado, aunque no fuera por voluntad propio, le había acariciado de todas formas, y esa era una verdad irrefutable.
No pasa nada si me odia. No pasa nada mientras no me pueda dejar. Mientras siga mirándome.
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