34

julio 10, 2019


Feng Fei llevó a Hai Xiu a un hotel de cinco estrellas que había cerca. El paisaje que lo rodeaba era tan espectacular que Hai Xiu no dabra crédito.
–Por la noche hacen fuegos artificiales y tienen aguas termales. – Feng Fei sonrió. – El ambiente es mucho mejor que en el otro.
La pareja fue a buscar la llave de la habitación y subieron para descansar. Feng Fei no había comido mucho y, pesé a que Hai Xiu no estaba hambriento, decidió acompañarle.
–Tengo que decirte una cosa, Hai Xiu. – Empezó Feng Fei.
Hai Xiu se puso nervioso. Se tragó la comida, dejó el tenedor sobre la mesa y se sentó lo más derecho que pudo.
–¿El… qué?
–No es para tanto, es una tontería. – Desestimó Feng Fei. – Falta poco para Año Nuevo, ¿no? – Feng Fei esperó a que Hai Xiu asintiera con la cabeza. – Pues mis padres vuelven un poco después de Año Nuevo.
–¿Ya?
–Sí, bueno, ha ido todo muy rápido.
Hai Xiu se lo miró de mala gana. No quería dejarle ir.
–Iba a pasar antes o después. Además, esto no significa que no nos vayamos a ver nunca más.
–Bueno, tienes razón. – Hai Xiu asintió.
–Mi padre me ha dicho que quiere que vayamos al pueblo para pasar el Año Nuevo con mi hermano y mi cuñada; también estarán mis abuelos y demás. Como coincide con nuestras vacaciones de invierno y no íbamos a tener mucho tiempo para estar juntos… Por eso he querido pasar la Navidad contigo.
Hai Xiu se llevó una decepción. Feng Fei le había prometido pasar con él el Año Nuevo, pero al final no iba a ser posible. Lo peor de todo, es que Jiang Yu Man estaba muy ocupada durante esas fechas, así que volvería a pasar otros días en soledad.
–¿Cuántos días… vas a estar fuera? – Hai Xiu se obligó a sonreír.
–Pues… Supongo que medio mes.
–¿Tanto tiempo…? – Murmuró Hai Xiu, pasmado.
–¿No me vas a pedir que vuelva antes? – Verle tan desilusionado enterneció a Feng Fei.
–¡No! – Hai Xiu sacudió la cabeza con energía.
Los padres de Feng Fei nunca estaban en casa, no podía decirle que se quedase con él ahora que por fin iban a reencontrarse.
–Pero… Me sabe mal que te pierdas las clases, pero bueno… Ya te pasaré los apuntes. – A Hai Xiu se le pusieron los ojos rojos conforme hablaba.
–¿Cariño? – Feng Fei se sentó a su lado sintiendo cómo el corazón se rompía en pedazos.
Hai Xiu bajó la cabeza. Se sentía furioso y avergonzado por su propio comportamiento. Sólo estarían separados medio mes y era por algo inevitable. ¿Qué tenía de malo? Era una despedida y ya está. Temía que Feng Fei se disgustase con él por pensar así.
–¿Qué pasa? – La sonrisa de Feng Fei desapareció. – Es culpa mía, no me he parado a pensar que-… ¿Hai Xiu? ¿Hai Xiu?
Sin saber qué hacer, Feng Fei se limitó a tirar de él para abrazarle. Era consciente que Hai Xiu no quería que le viese ahora mismo, así que lo abrazó y le permitió esconderse en su pecho.
–Lo siento. – Se disculpó besándole la frente. – El año que viene estaré contigo, ¿vale?
Hai Xiu serenó, levantó la cabeza y le dedicó una sonrisa a Feng Fei.
–¡Vale! El año que viene pasaremos Año Nuevo juntos. Y para entonces ya nos habremos graduado…
–Si tienes ganas de llorar o de enfadarte, hazlo. – Suspiró Feng Fei. – No quiero que te contengas cuando estás conmigo.
Hai Xiu que había conseguido aguantar las lágrimas rompió a llorar en cuanto le escuchó.
–Lo… Lo siento… – Se disculpó. – Sé que molesto mucho… No quería llorar, pero… Es que…
Feng Fei cogió aire y volvió a abrazarle.
–¿Por qué te disculpas? Es culpa mía. Te lo vuelvo a repetir, da igual lo que pase, no pienso romper mis promesas, ¿vale? – Dijo con suavidad.
Hai Xiu asintió una vez más.
–No es tu culpa. – Aseguró un poco frustrado. – ¿Cómo ibas a adivinar que pasaría esto…? No estoy enfadado.
–Te llamaré cada mañana y cada noche, ¿vale? – Feng Fei volvió a besarle la frente. – Te despertaré todos los días, ¿vale?
–No me llames… – Hai Xiu sacudió la cabeza. – Duerme bien. Aprovecha que no tienes clase.
–No podré. – Feng Fei le secó la cara con un pañuelo. – ¿Cómo voy a dormir sabiendo que irás al colegio solo? Oh, ¿por qué no te quedas a dormir en mi casa por las noches?
–No hace falta. – Hai Xiu no quería regresar a una casa donde él no estuviese. – Tengo que ir a casa de vez en cuando de todas formas.
–Pues… – Feng Fei se paró a pensar qué podía decir para convencerle. – Vente cuando tu madre no esté. Te sabes las contraseñas y tienes las llaves. Me quedaré más tranquilo si estás ahí.
–Vale…
Hai Xiu olvidó su tristeza, pero no su deplorable comportamiento. Intentó disculparse un par de veces, pero Feng Fei acalló sus lo sientos con besos.
–Ya está oscureciendo, vamos a ver los fuegos artificiales. – Anunció Feng Fei mientras acariciaba a Hai Xiu. – Ponte la bufanda.
Hai Xiu sabía que su decepción había sido desmesurada porque anhelaba acabar con esos años de soledad. No es que pasar el Año Nuevo solo fuese terrible, pero a veces le abrumaba. Feng Fei llevaba mimándolo demasiado desde hacía tiempo y ahora se había acostumbrado a ello.

El hotel estaba plagado de esculturas de hielo preciosas que la pareja admiró mientras paseaban por los jardines de la mano. La nieve cuajada sonaba a cada paso que daban y no fue hasta un rato después que empezaron los fuegos artificiales.
Feng Fei no le soltó la mano a Hai Xiu en ningún momento y esperó hasta que sonaron los petardos para besarle.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images